El productor siempre se mantiene cauto a la hora de hacer estimaciones sobre los rendimientos de la cosecha, porque más allá de los pronósticos, la única que canta la verdad después de la trilla es la balanza.
Sin embargo, esta vez el maíz pisa fuerte y desde la Bolsa de Comercio de Rosario destacaron que sin nuevos ajustes en el área sembrada total y en la que se prevé que será no cosechada, se sigue manteniendo en 5,66 millones de hectáreas la superficie destinada a grano comercial en la Argentina, pero hay cambios importantes en las estimaciones de rendimiento.
Los números de rinde de las siembras tempranas se afianzan y las condiciones de los cultivos tardíos y de segunda suben las expectativas. Estos transitan etapas críticas en excelentes condiciones ambientales.
Las labores de cosecha comenzaron muy lentamente, apenas superan el 6% de avance a nivel nacional, pero son compatibles con las altas expectativas de producción y las recientes tormentas que dificultan el secado de los granos. En la región núcleo comienza a despuntar la actividad de recolección.
Los primeros lotes ofrecen rindes de 100 a 120 quintales por hectárea. Se esperan picos de rindes muy interesantes, en lotes puntuales y de alta productividad pueden superarse incluso los 150 quintales por hectárea.
La estimación de la productividad unitaria promedio nacional es de 83,6 quintales por hectárea, 1,3 quintal por hectárea por encima de la marca de hace un mes. Con un millón de hectáreas que no entrarían al circuito comercial, la campaña arrojaría una producción de 47,3 millones de toneladas a escala nacional, lo que dejaría un crecimiento interanual de un 48 % del volumen producido.
Habrá media cosecha más de soja
Con un rinde nacional record de 32 quintales por hectárea, 1,2 quintales más que en el informe anterior, la oleaginosa superará la máxima marca que había alcanzado en 2016/17 que era de 31,9 quintales por hectárea. Se espera un 54% más de volumen que el año pasado.
La tregua de las lluvias de febrero fue fundamental, pero también lo fueron las tormentas de los últimos tres fines de semana que cortaron la ola de calor que amenazaba a los cultivos. A pesar de que el calor dejó sus marcas, las estimaciones de rindes mejoraron en casi todas las provincias. La gran perjudicada es el área del sudeste bonaerense junto al sur de La Pampa. Marginadas de las lluvias que sí estuvieron presentes en el resto de la región pampeana, sus rindes descienden casi a los niveles del año pasado. San Luis es otra de las provincias que cae en esta campaña. Sus rindes quedarán por debajo de los 20 quintales.
Córdoba y Entre Ríos: récord en soja
Con 32,9 quintales por hectárea, la soja cordobesa marca un nuevo hito en la producción, superando los 32,6 quintales por hectárea de la exitosa campaña 2016/17. Entre Ríos también en ese ciclo marcó su máximo (28,7 quintales por hectárea y ahora lo superará con 29,7 quintales por hectárea. Es una marca excelente que incluso puede superarse cuando la cosecha imponga sus números finales.
Santa Fe y Buenos Aires quedaron muy cerca de sus máximos rindes, pero cada una tiene áreas con grandes problemas. En Santa Fe, el norte quedó muy afectada por las inundaciones. En Buenos Aires fue la falta de agua que se ensañó con el sudoeste. De todas formas, las mejores condiciones del resto suben los rindes respecto a 30 días atrás. Santa Fe trepa 2 quintales y se posiciona con una media de 36,6 qq/ha. Buenos Aires gana medio quintal y ahora se la estima con 31,7 quintales por hectárea.
COMENTARIOS