El clima, siempre el clima se convierte en un factor determinante para la producción agrícola en la zona núcleo, que luego repercute en la cosecha de todo el país. Ahora, a pesar de que este año se cosecharán unas 273 mil has menos que el año pasado, la región obtendrá más soja: se espera un 27,5% más de producción que la campaña anterior, por mejores rendimientos. Pero no ha sido una campaña fácil, demasiados problemas de siembra que dejaron afuera a 185 mil hectáreas.
También se perdieron 270 mil hectáreas implantadas por excesos y luego los problemas con las malezas. Sin embargo, el buen tiempo y la moderación de las lluvias en estas últimas tres semanas cambiaron el rumbo de la campaña: del deterioro semanal se observa ahora una sostenida mejora de la condición, sobre todo en lotes de soja de primera.
Este año se diferencian dos grandes grupos opuestos de sojas tempranas, las no afectadas por los excesos y las dañadas por la permanencia del agua. Las no afectadas empiezan a estimarse con rindes de 45 quintales por hectárea en adelante. Las afectadas con rindes de 30 a 40 quintales por hectárea. Las de segunda están más complicadas pero los agrónomos son optimistas.
Si el buen tiempo sigue y las lluvias siguen de forma amigable, con volúmenes no mayores a los 60 milímetros, aún hay tiempo y el cultivo puede mejorar sus expectativas.
Mejora la condición de la soja
El 65% de los lotes de soja de primera se encuentra en condiciones muy buenas a excelentes. El cultivo está desarrollándose con adecuadas reservas de agua que le permiten transitar los estadios más demandantes con buena disponibilidad hídrica.
Los cuadros transitan la etapa de inicio de formación de granos en un 43% del área; el 55% está en plena fructificación y una menor proporción más adelantada está llegando al tamaño máximo de semillas (R6). La mayor parte de la soja de segunda se encuentra recorriendo las etapas reproductivas, entre inicio de floración (R1) e iniciando la fructificación (R3), concentrándose el 60% de los cuadros en esta última etapa.
El 60% de la superficie sembrada exhibe un estado muy bueno a excelente, un 20% bueno; y el 20% en estado regular a malo condicionada en su desarrollo por los excesos hídricos sufridos.
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