La semilla de soja está en la tierra y ahora hay que esperar que el clima acompañe hasta la cosecha, para recolectar una producción que se estima alcanzará 53 millones de toneladas, con el aporte consiguiente de divisas para el país.
La siembra concluyó, ocupando una superficie estimada en 17,7 millones de hectáreas, según el informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. "Si bien la actual estimación de área refleja una caída de 200 mil hectáreas en comparación con nuestra proyección al inicio de campaña (17,9 millones de hectáreas al 26 de septiembre de 2018), la favorable condición del cultivo sobre gran parte de la región agrícola eleva el rinde potencial por encima a los promedios históricos", precisó el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la entidad.
Por este motivo, el PAS mantiene la proyección de producción en 53 millones de toneladas de soja. De acuerdo con los especialistas, los cultivos de soja, maíz y girasol aportarían un récord superior a 100 millones de toneladas durante el ciclo 2018-2019.
El maíz
La siembra de maíz con destino grano comercial, ya se ubica en el 96,8 % del área estimada, a punto de terminar y "las buenas expectativas de rinde de los lotes tempranos permiten elevar la proyección de producción hasta 45 millones de toneladas, dos millones más que en nuestra estimación previa", dijeron.
Gran parte de los cuadros que aún restan sembrar se ubican en las regiones del NOA y NEA, y se espera que en las próximas dos semanas se den por concluidas las labores.
Por otro lado, los lotes tempranos del centro del país continúan llenando granos bajo muy buenas condiciones por lo cual la expectativa de rinde se encuentra por sobre el promedio de las últimas campañas.
Más uso de agroquímicos
El Departamento de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales porteña sostuvo que en la campaña 2017-2018 el consumo total de fertilizantes alcanzó las 2,8 millones de toneladas, un 4% por encima del volumen registrado en el ciclo previo.
Este crecimiento estuvo traccionado principalmente por los cultivos de invierno: Las gramíneas representaron el 73% del consumo total. Las fuentes empleadas fueron variadas entre cultivos, concentrándose en fuentes nitrogenadas en gramíneas y en fosfatadas, en oleaginosas.
Se aplicaron 87 kilogramos de fertilizante por cada hectárea sembrada en la Argentina en la campaña 2017-2018, cantidad que es un promedio y varía según región, cultivo y nivel tecnológico considerado, según el informe.
Sólo un 16% del total de productores realizó muestreo de suelos y fertilizó en función de los resultados obtenidos en el análisis y de acuerdo con el reporte, el consumo de fertilizantes creció por segunda campaña consecutiva.
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