El mes pasado, después del éxito de nuestra participación en China, el cumplimiento casi total de la Cuota Hilton y el crecimiento de las ventas al exterior, asegurábamos que la cadena de ganados y carnes estaba en el buen camino y que esperábamos terminar el año con 500 mil toneladas exportadas por un valor cercano a los 2.000 millones de dólares.
Decíamos entonces que la cadena, con una buena articulación entre el Estado y los privados, representados en el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), era uno de los pocos sectores que podía dar “buenas noticias” al país en el marco de un contexto económico complicado.
Ratificando lo dicho, hace pocos días se logró la ansiada reapertura del mercado de Estados Unidos para la carne argentina, después de muchos años de trabajo.
Estados Unidos, que es uno de los principales países exportadores de carne a nivel mundial, también importa grandes volúmenes y es muy codiciado por todos los países productores dado su alto poder adquisitivo.
Hace muchos años que trabajamos por su reapertura y, de hecho, fue el Instituto el que financió en su momento el ‘panel’ (instrumento para dirimir diferencias comerciales entre dos países) que se le realizó a los Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) dada la injusticia del mantenimiento del cierre una vez superados los inconvenientes sanitarios; juicio que fue favorable a la Argentina.
No obstante, aún restan aguardar algunas definiciones que demorarían un par de meses los primeros embarques -como por ejemplo saber si las plantas habilitadas son las mismas que exportaban antes del cierre o se habilitarán nuevas- y el restablecimiento de las relaciones entre empresas y clientes.
La reapertura de este mercado no solamente permitirá nuevos negocios para el país sino que además nos habilitará el paso por tierra a Canadá, otro aspecto muy esperado para abastecer un mercado abierto hace relativamente poco tiempo.
La apertura de Estados Unidos es una nueva muestra de que el trabajo conjunto entre privados y el Estado redunda en beneficios para toda la cadena de ganados y carnes.
Por otra parte, le confiere a la Argentina un cierto “status sanitario” no escrito a nivel global que posibilitará pensar en otros destinos del Caribe (por ejemplo, Jamaica), iniciar las negociaciones con México, y “ayudará” en las negociaciones en curso con otros mercados muy exigentes y de alto valor, como Japón y Corea.
La apertura de estados Unidos es una nueva muestra de que el trabajo conjunto entre privados y el Estado redunda en beneficios para toda la cadena de ganados y carnes y, por extensión, para todo el país, empezando por los miles de pueblos relacionados directa o indirectamente con la ganadería y la industria frigorífica. Son 20 mil toneladas, que no son despreciables y sobretodo es que muchos países se espejan en Estados Unidos. Estar operativos y con carne en Estados Unidos agiliza México, Caribe, Japón (libre de aftosa con vacunación) y poder llegar a Canadá.
Hoy a Canadá no podemos llegar de otra forma que no sea vía aérea, pudiendo pagar un puerto estadounidense y arribar por tierra es otra cosa.
Otro aspecto destacable de Estados Unidos es que paga buenos precios para la carne destinada a hamburguesas (dentro de la cuota), en el orden de un 15% superiores a los de otros destinos (ronda los U$S 4.000 la tonelada).
También es codiciable por los cortes especiales de gran valor destinados a cadenas de restauración especializadas (por ejemplo el ojo de bife) y otros productos específicos, como el vacío para la cocina Tex Mex.
En otro sentido, en Argentina hace falta muchísimo agilizar la comercialización. Es necesario que aparezcan herramientas del Estado. El mercado tiene que ser el gran rector y debe estar el Estado acompañando los egoísmos que posee ese mercado.
Por su parte haber alcanzado cubrir los cupos de la Cuota Hilton es un hecho histórico y vamos por más, ahora algunos empresarios ya empezaron a discutir para lograr un mayor cupo. Otra variable es que estamos eufóricos porque alcanzamos las 500 mil toneladas de exportación, pero todavía nos faltan 300 mil para alcanzar las cifras de 2006.
Hicimos estudios de mercado desde el IPCVA en China, en Europa y ahora falta Estados Unidos. En China, el principal comprador de las carnes vacunas argentinas son totalmente diferentes a nosotros lo que hasta genera discusiones internas, muchos dicen que debemos enseñar a comer a los chinos el bife jugoso argentino con sal nada más como comemos nosotros y yo digo: “¿estamos seguros que con 200 años de historia vamos a poder cambiar una historia milenaria? Entonces por qué no les vendemos la carne de calidad y que la cocinen como a ellos les gusta. Ese es un tema de la apertura para considerar.
(*) Presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
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