El trigo pelea palmo a palmo con el clima para tratar de sobrevivir a los excesos hídricos que amenazan al cultivo, situación que está supeditada al volumen de lluvias que se descargan en las distintas zonas tras cada tormenta.
De todas formas, de acuerdo con lo informado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las buenas condiciones climáticas permitieron recomponer el estado del cereal implantado en las provincias de Buenos Aires y La Pampa, regiones comprometidas por las inundaciones acumuladas durante el invierno.
El 33 % de las 5.350.000 hectáreas incorporadas durante el ciclo 2017/18 aún presenta una condición de humedad excesiva, que si bien registró una mejora en los últimos días, continúa afectando el normal crecimiento y desarrollo del cereal.
Sin embargo, el 45 % del área nacional presenta un estado hídrico entre óptimo y adecuado, concentrado principalmente sobre las regiones del centro del país, donde la condición del cultivo es muy buena y se esperan rendimientos por encima del promedio zonal.
Áreas afectadas
En el Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires las pérdidas de área por los excesos hídricos acumulados podrían promediar entre un 10 % y 30 % en lotes que transitan etapas de macollaje y encañazón, en función de la fecha de siembra.
En cuanto al estado sanitario se relevó gran presencia de roya, mancha anaranjada y amarilla, aunque el estado del cultivo en ambientes altos es muy bueno. Situación similar ocurre en el Centro de Buenos Aires, región que a la fecha presenta más del 55 % de la superficie triguera con excesos hídricos y anegamientos.
Por otro lado, en el Sudoeste de Buenos Aires-Sur de La Pampa se realizaron aplicaciones de fertilizantes nitrogenados en lotes que diferencian macollos con el fin de lograr los parámetros de calidad a cosecha. La condición de humedad es óptima, aunque algunos ambientes mantienen excesos hídricos producto de las últimas precipitaciones registradas.
En el Sudeste de Buenos Aires, región que aportó el 12 % del trigo implantado a nivel nacional, el cereal continúa transitando etapas vegetativas de macollaje y encañazón. Gran parte del área implantada se encuentra bajo exceso hídrico, limitando no sólo el crecimiento y desarrollo de las plantas, sino también la posibilidad de realizar aplicaciones de fertilizantes.
Habrá lluvias intensas
El productor deberá tener en cuenta que en la próxima campaña habrá lluvias intensas, algunos pulsos de calor y menos probabilidades de heladas, mientras que, sin ser un año Niña, el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial tendrá impacto, informó la Bolsa de Comercio de Rosario.
"No será un año Niña, pero el enfriamiento, físicamente, tendrá implicancias en Argentina", indicó el experto José Luis Aiello, director científico de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la entidad. Así, el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial tendrá efectos en los meses claves de los cultivos de verano para la Argentina.
"Es un año muy complicado para los meteorólogos cuando tenemos eventos neutrales o Niñas o Niños muy débiles, ya que, sumado a la inestabilidad que genera el cambio climático, perdemos calidad en la previsión", indicó Aiello.
Con suelos colapsados por los recientes efectos de las lluvias de un invierno que no dio tregua a gran parte de la región Pampeana y en especial a la provincia de Buenos Aires, y paradójicamente en zonas del oeste del país, las lluvias no aparecen.
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