La eventual reducción del Ministerio de Agroindustria a una secretaría dependiente de Producción luego de las elecciones legislativas de octubre hizo estallar una fuerte polémica en uno de los sectores clave de la economía.
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que preside Dardo Chiesa, y de la que el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, fue vicepresidente segundo, se convirtió en la activa entidad agropecuaria que se opone a la eventual reestructuración.
La noticia partió del diario La Nación en un artículo que evaluó que el gobierno de Mauricio Macri aprovecharía la salida de funcionarios para ser candidatos en octubre y efectuaría la remodelación institucional.
En tanto, una fuente allegada a Buryaile confirmó que todavía no está cerrada la posibilidad de que el actual ministro sea candidato a senador por el radicalismo de Formosa, pero otros que fueron consultados descartaron que se aleje del Ministerio para pelear la senaduría.
Partiendo de la base de que no es un Estado moderno uno que tenga 21 ministerios, se lanzó el rumor de que el Gobierno bajaría del podio a Agroindustria, Turismo, Ambiente, Comunicaciones y Finanzas.
El primero en poner el grito en el cielo ante esa eventualidad, fue Chiesa con un argumento que no admite demasiada réplica y es que el sector agroindustrial argentino representa el 56 por ciento del PBI.
“Sería un retroceso y una señal muy mala para el sector. Nosotros históricamente solicitamos la creación de un Ministerio. El sector agroindustrial representa el 56% del PBI. Somos además el que genera y no el que gasta”, sostuvo el presidente de CRA.
Además agregó: “Necesitamos políticas activas y por eso es importante que como sector estemos representados por un ministro que pueda hablarle de igual a igual a otros ministros en una reunión de jefatura nacional de Gabinete”.
“Si la idea del Gobierno es ahorrar plata de la administración pública, es un grave error cercenar al Ministerio de Agroindustria que es el que produce la plata y no el que la gasta”, insistió.
Chiesa destacó que “los modelos en las Provincias que han copiado el modelo nacional de Ministerio de Agroindustria han funcionado mucho mejor que aquéllas donde existe un Ministerio de Producción del que depende un secretario de Agricultura”.
El viernes, para concluir, CRA plasmó su descontento en un comunicado que institucionalizó las declaraciones de Chiesa.
Mientras que una encuesta que realizó en Twitter La Nación Campo, arrojó que sobre 404 respuestas el 64% votó en contra de esa posibilidad.
Otro 36% se expresó en favor de la fusión y que Agroindustria quede como Secretaría.
En la polémica, una de las opiniones que circuló fue la de Arturo Navarro, ex presidente de CRA y de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), quien en la senda de Chiesa, también advirtió que “si están dispuestos a que el país produzca 160 millones de toneladas de granos al 2027 tiene que seguir como Ministerio”.
Habló de la importancia de “jerarquizar su estructura reduciendo costos para estar en línea con la reducción de gastos que pretende la administración nacional”.
“Se pueden hacer reducciones muy importantes en la estructura de Agroindustria y en los organismos descentralizados -que no se hicieron- sin rebajar la jerarquía de Ministerio a Agroindustria”, señaló Navarro.
El Ministerio de Agroindustria de la Nación actualmente tiene una Jefatura de Gabinete, cuatro coordinadores, una auditoría, cuatro secretarías, 14 subsecretarías y dos coordinadores más, uno para UCAR y el otro para Fondagro y una cantidad de direcciones.
En el hipotético caso de que se concretara el pase al Ministerio de Producción y Francisco Cabrera fuera su jefe, la cartera que maneja los asuntos del campo y su industria, estaría bajo las órdenes de un empresario e ingeniero en electricidad y electrónica de la Universidad de Mendoza.
Lo único que tiene en común con la agroindustria, el Ministerio de Producción es que uno de sus organismos descentralizados es el Mercado Central.
El mítico Mario Llambías, ex presidente de CRA en la dura época que comenzó en 2008, enfrentamiento del agro con el Gobierno de Cristina Kirchner mediante, opinó por las redes sociales.
“No. Un ministro para el campo ayuda al diálogo y a las inversiones en el campo. No queremos que se nos trate una vez más como al pavo de la boda. Si queremos un mayor y mejor aporte del campo a la economía del país, hace falta un ministerio con poder para diagramar las políticas del área”, dijo.
NEGOCIOS AGROPECUARIOS
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