La soja finalmente no quedó indemne frente a las inclemencias climáticas y los embates de las lluvias frecuentes e intensas, que generaron anegamientos en algunas regiones e inundaciones en varios distritos.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario indicaron que la porción situada entre el sudeste de Córdoba, sudoeste de Santa Fe y noroeste bonaerense sigue siendo la más frecuentada por las precipitaciones. Maria Teresa, al sur de Santa Fe, tuvo el mayor registro de la semana que concluye, con 65,6 milímetros, seguida por Rufino con 63,2 milímetros, mientras que General Villegas, pasada por agua, superó los 30 milímetros.
En el resto de la región las lluvias y estos acumulados permitieron avanzar con la trilla de la oleaginosa. Con 25 puntos de avance intersemanal, la cosecha de soja de primera avanzó al 80% en la región núcleo, pero esta vez los rendimientos promedios bajaron dos puntos con respecto a lo que se venía obteniendo, hasta quedar en 38 quintales por hectárea.
Cosecha de maíz
De a poco se retoma la cosecha de maíz. A medida que la soja va desocupando los lotes, las cosechadoras avanzan sobre el cereal. El progreso de la trilla lleva un 80%, sin embargo los rendimientos promedios bajaron 5 quintales respecto a los obtenidos semanas atrás; ahora rondan los 90 quintales por hectárea.
A su vez, durante los últimos días nuevamente las lluvias provocaron anegamientos puntuales e intransitabilidad en los caminos de áreas del centro del país, las cuales ya venían afectadas producto de las tormentas del verano. Mientras que para los cuadros tardíos se espera que no haya heladas que puedan afectar la última etapa de llenado de granos.
Bajo este escenario la entidad porteña mantuvo sin cambios la estimación de producción en 37 millones de toneladas, lo que refleja un incremento del 23% contra el ciclo anterior.
El más beneficiado de los cultivos ante las condiciones climáticas que se enunciaron fue el maíz tardío, que continuó su desarrollo normal, óptimo y sin inconvenientes. Los sembradíos evidencian y consolidan las muy buenas expectativas y resultados a futuro, como se ha venido informando. Asimismo, con indicadores que mostraron muy buena a buena uniformidad en los lotes, buen stand de plantas, escasa a nula presencia de malezas y con óptima disponibilidad de agua útil en los perfiles de los suelos y temperaturas.
Pequeños productores “ahogados”
El Consejo Directivo Central de Federación Agraria Argentina se reunió en Rosario el último jueves y allí directores de todo el país manifestaron su preocupación por la realidad de los pequeños productores y la situación social, con amplias franjas de la población que continúan estando por debajo de la línea de pobreza.
Entre los temas más urgentes del sector, se mencionaron las dificultades para las economías regionales y las pérdidas de numerosos chacareros afectados por emergencia hídrica, que serán las causas de asambleas la próxima semana.
En la reunión, también se analizó un informe técnico de Agricultores Federados Argentinos, que revela que en zona núcleo, el resultado neto para un productor de granos con 50 hectáreas propias y 100 arrendadas, apenas supera lo calculado por INDEC como canasta básica. “Por eso reiteramos, como lo hicimos durante años a la gestión anterior, que siguen faltando políticas diferenciadas que permitan un desarrollo territorial. La foto se repite entre horticultores, fruticultores, yerbateros o viñateros. Hay problemas en cada región y una enorme brecha de precios entre la chacra y la góndola”, advirtieron los directores FAA.
Ante la crisis hídrica que afectó a varias provincias, se pidió celeridad para concretar las obras de infraestructura, así como se recordó desde FAA la necesidad de impulsar un nuevo ordenamiento territorial y políticas de uso del suelo.
Además, manifestaron que “la fuerte presión tributaria, los aumentos en los insumos, tarifas y fletes, complican aún más la ecuación para producir. Pero además advertimos con preocupación la falta de transparencia en las cadenas, que castiga por igual a productores y consumidores. Ante un mercado interno deprimido, otro dato desalentador es la creciente importación de alimentos”.
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