El economista Javier González Fraga, expresidente del Banco Central, fue uno de los varios analistas que predijo que el agro estará visto como un factor de crecimiento en 2017 para una alicaída economía argentina, que no avanzará más allá del 3 por ciento según sus cálculos.
Variadas expectativas están centradas en el devenir del campo para morigerar la crisis económica actual.
En rigor, el año que se fue comenzó con las primeras medidas del presidente Mauricio Macri, que eliminó las retenciones de los productos agropecuarios, con excepción de la soja a la que bajó cinco por ciento y quedó en 30 por ciento.
También dejaron de estar vigentes las trabas a la exportación con la desaparición de los ROE (permisos de embarques) y otros manejos discrecionales del destino de la producción agropecuaria.
En 2016 se instaló la denominación agroindustrial para el sector y sus actividades en una clara apuesta a la suma del valor agregado a la materia prima, otro tópico de crecimiento que se espera avance en 2017.
La pregunta es si el campo dejará atrás la intensa pérdida de rentabilidad que vivió en los últimos años.
Un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario, realizado por las especialistas Sofía Corina y Emilce Terré, afirmó recientemente que la participación del productor en la renta de exportación de trigo aumentó más del 150% y así por cada dólar exportado, pasó del 3,3% en diciembre de 2015 al 9,5% al mismo mes de 2016.
Ernesto Ambrosetti, economista en jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), vaticinó en declaraciones a un matutino porteño que el ingreso del agro mejorará en unos 2000 millones de dólares en esta campaña 2016-2017, dinero que se reinvertirá.
Otras evaluaciones indican que la lechería fue uno de los grandes perdedores en 2016 y reclaman políticas en las que los funcionarios de turno den una vuelta positiva de tuerca para el sector.
La industria láctea, por su parte, se queja de que no recuperó la rentabilidad necesaria para ser sustentable a causa de precios y el clima que afectó a cuencas tamberas, lo que dará una menor producción de leche.
Por su parte, Carlos Iannizzotto, el flamante presidente de Coninagro, la entidad cooperativista, consideró que en general los productores del agro no cuentan con las herramientas financieras e impositivas que necesitan para producir más.
El gran repunte vino del lado de la ganadería y, como dijo en la revista Nuestro Agro el presidente del mercado televisado ganadero Rosgan, Eduardo Romagnoli, en 2016 hubo retenciones de vientres y muchos productores han ampliado sus rodeos.
Mientras que el Gobierno dio una cifra: las exportaciones de carne vacuna crecieron un 10 por ciento entre enero y octubre, afirmó.
En tanto, el activo Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva), con Ulises Forte a la cabeza, se apresta a tener este 2017 una fuerte presencia en las ferias de alimentos internacionales más prestigiosas con el ya calificado "Argentine Beef", el stand donde se dan cita consumidores, exportadores argentinos e importadores de distintos países.
El otro triunfador fue el sector de la maquinaria que, además de su crecimiento, obtuvo una línea de créditos oficial y el Gobierno autorizó la importación de equipos usados.
La venta de maquinarias agrícolas alcanzó en el país durante el tercer trimestre una facturación de 5.147,6 millones de pesos con un aumento de 148,2 por ciento en relación al mismo período de 2015.
En otro lado del vasto segmento agroindustrial, la fruticultura sufrió bastante, pero hubo un logro y fue que el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura (USDA/Aphis, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos publicó la Norma Final en el Registro Federal que permitirá la importación de fruta fresca de limón del noroeste argentino hacia el mercado norteamericano.
El sector de biocombustibles reclama que el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y sus secretarios den señales claras oficiales a futuro.
En otro sentido, el año terminó con una espada de Damocles sobre la zona núcleo productiva, ya que un fenómeno climático derramó hasta más de 200 milímetros de lluvias sobre dos áreas de las 10 millones de hectáreas que componen la región que está en jaque por la posible llegada de nuevas precipitaciones, caso contrario habría un aumento de rindes en soja y maíz.
La otra deuda es una Ley de Semillas que no vio la luz y la promesa: una cosecha récord que podría llegar a los 130 millones de toneladas.
NEGOCIOS AGROPECUARIOS
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