ENFOQUE

Escenarios de una nueva gestión: puentes para ganar la paz social

Las nuevas perspectivas para el sector agropecuario abren nuevos desafíos para los hombres de campo, para las empresas cooperativas, sus dirigentes y sus entidades  referentes.

Con este marco, el cooperativismo agropecuario busca insertarse en los tiempos por venir con renovadas ideas acerca de la misión que le compete.

Un gran reto tenemos por delante. A la sociedad, le interesan las organizaciones como las cooperativas, capaces de incorporar orgánicamente a pequeños y medianos productores, a pequeños elaboradores, Pymes, a comercializadoras integradas. 

Representamos a asociaciones que generan trabajo arraigado en el territorio, con lo cual moderan la tendencia de otras unidades económicas a expulsar población hacia las grandes concentraciones urbanas. 

Por eso, deberemos ayudar al productor agropecuario para que incremente su pertenencia, incremente el arraigo y lo traslade a su familia. 

Los jóvenes deben capacitarse, con lo máximo en la medida de sus posibilidades, pero deben desear regresar al hogar, a su pueblo, con el fin de aprovechar y aplicar su conocimiento a la empresa familiar, a la actividad rural o a los nuevos emprendimientos, aún en actividades periféricas, comerciales en sus regiones, en sus lugares de origen. 

Pero esto se logra cuando cambia la estructura educativa, se fomenta el cooperativismo y el asociativismo en las escuelas. 

Desde la ruralidad creemos que podemos construir puentes para ganar paz social, a través de la generación de mayores recursos y de una mayor producción de alimentos.

Necesitamos, como actores sociales del cooperativismo, que se difundan los valores. Y nosotros somos responsables de contribuir a difundir esos valores. Es nuestra responsabilidad trabajar para incrementar el valor agregado, incorporando los paquetes  tecnológicos que nuestro campo necesita, para ganar competitividad.

Tenemos grandes empresas cooperativas y nuestra gestión gremial va a ser decidida en apoyarlas en su economía de escala, para evitar más concentración en las diversas actividades, y lograr que sean más competitivas, porque significa más productores, más  trabajo, más salario y mejor precio para el consumidor.

Desde Coninagro fomentaremos la educación rural con un contenido en valores como la solidaridad, laboriosidad, y en el valor de la familia, como también la necesidad de formar y retribuir a nuestros docentes rurales acordes a los cambios innovadores que la tecnología exige. 

Nuestra educación rural merece mayor infraestructura en contenidos y en inversión física. No es proporcional lo que el campo da en recursos con lo que se invierte en ella, si es que  queremos ser futuro hipermercado del mundo.

 

 

(*) Presidente de 

Coninagro