El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Justiniano Posse –Córdoba– trabaja en el aprovechamiento de los residuos derivados de un feedlot y la aplicación de los efluentes como biofertilizante en maíz, aumentando los rindes hasta en 1200 kilos por hectárea.
Ocurre que la intensificación de la ganadería en sistemas confinados de engorde bovino, conocidos como feedlot, deriva en el aumento y la concentración de los efluentes.
Por esto, técnicos del INTA Justiniano Posse trabajan en el aprovechamiento de los residuos y su uso como biofertilizante para mejorar la calidad del suelo y el rinde de los cultivos.
Lisandro Errasquin, especialista de esa unidad del INTA, aseguró que la intensificación y concentración de la producción genera como consecuencia el problema de la acumulación de efluentes líquidos y sólidos.
"Buscamos aprovecharlos como insumo productivo porque pueden representar una excelente oportunidad para usarlos como enmiendas orgánicas", señaló.
Los residuos de los sistemas confinados de engorde bovino aportan altos contenidos de materia orgánica, fósforo y nitrógeno; su distribución en el lote, contribuye a la disponibilidad de estos nutrientes, claves en los sistemas de producción agrícola extensivos, y a la mejora de las propiedades físicas del suelo.
Para Alejandro Saavedra, especialista del INTA Justiniano Posse, el destino final más económico para reponer nutrientes es su aplicación al suelo.
"De esa forma, el productor reduciría notablemente el costo de las aplicaciones de fertilizantes minerales", aseguró Saavedra, para quien "en los residuos tenemos una oportunidad para agregar valor en origen y contribuir a la sustentabilidad del sistema".
USO DE EFLUENTES EN CULTIVOS
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