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PANORAMA AGROPECUARIO

La lluvia dejó huellas en la zona núcleo

Se recolectaron 21.300.000 toneladas de soja en esta región, un 14% menos que en la campaña anterior, como consecuencia de las adversidades climáticas.

Las lluvias intensas y frecuentes, provocadas por el fenómeno climático “El Niño”, generaron pérdidas en la actividad agropecuaria de la zona núcleo, situación que se refleja en una importante caída de la producción de soja, que llegó al 14%
La Bolsa de Comercio de Rosario que dio por terminada la recolección de la oleaginosa, señaló que se cosecharon 21,3 millones de toneladas, tres millones menos que en la campaña anterior, debido a las lluvias que afectaron el cultivo en abril.
Así lo confirmó el referente de la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa rosarina (BCR), Cristian Russo, al señalar que si no hubiera sido “por las condiciones climáticas” se hubiera cosechado una cifra similar al ciclo previo 2014-2015.
Consideró que “la cosecha más complicada de la historia productiva de la región llegó a su final, un mes más tarde que el año pasado”.
La región núcleo que releva la GEA es el norte de Buenos Aires, sur de Córdoba y de Santa Fe y hasta que finalmente “con frío pero seco al fin, las excelentes condiciones ambientales de esta semana colaboraron para avanzar sobre el 4% de soja de primera y el 9 % de la de segunda que restaban”.
Si bien quedan algunos lotes aislados, los rindes de la región ya están consolidados: “¿Cuáles son los números que deja esta emblemática campaña en la región núcleo 2015-2016?”, se preguntó Russo.  
“El guarismo de 21,3 millones de toneladas es la cifra final que marca la soja de la campaña 2015-2016 surge de una superficie cultivada de 6,1 millones de hectáreas, un rinde promedio de 3666 kilos por hectárea, mientras que hubo una superficie que no pudo ser cosechada, valorada en 334 mil hectáreas”, manifestó Russo.

Menos rindes promedio

En tanto, en el informe de la Guía, al ahondar en los números encontraron que la soja de segunda implantación, un 8% del área sembrada, muestra este año, un promedio final de 2850 kilos por hectárea, lejos de los 3300 kilos del año pasado.
La campaña estuvo marcada por un antes y un después del temporal de abril en los números de la soja de primera ya que previo a que se desataran las lluvias, se cosechó un 41 % hasta fines de marzo con 4030 kilos por hectárea de rendimiento.
   Lo que siguió, que representa el 45 % de la cobertura, se cosechó a 3470 kilos la hectárea en promedio y así el fatídico mes de abril la dejó a una gran distancia de los 4300 kilos del ciclo pasado.

Ahora La Niña

El fenómeno meteorológico conocido como “La Niña” intenta sobreponerse a “El Niño”, que opone resistencia con las lluvias que lo caracterizan, según el análisis que el especialista en agroclimatología, Eduardo Sierra, realizó para la Bolsa de Cereales porteña en un informe estacional.
No obstante, “el reciente debilitamiento de El Niño redujo significativamente los riesgos de inundaciones y anegamientos para el final de la campaña agrícola 2015-2016, mejorando las condiciones para el avance de la cosecha, aunque las pérdidas ya producidas son cuantiosas y no podrán recuperarse”, aseguró en su análisis.
Explicó que paralelamente, la disipación de “El Niño” abrió paso al posible desarrollo de un episodio de “La Niña”, que ha pasado a constituir la hipótesis favorecida por la mayor parte de los servicios meteorológicos del Mundo, con excepción del australiano.
“No obstante, las elevadas reservas de humedad dejadas por El Niño, así como su acción residual, mitigarán en buena medida los efectos depresores de las lluvias que suele producir La Niña en el este del área agrícola, minimizando sus impactos negativos”, indicó Sierra.
A esta situación, según el reporte, se adicionará la posibilidad de heladas intensas desde mediados de otoño hasta mediados de primavera, que afectarán a la mayor parte del área agrícola, llegando a alcanzar peligrosidad sobre su extremo norte. 

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