AVANCE TECNOLÓGICO

Viaje al futuro de la maquinaria agrícola

Mario Bragachini, experto del INTA, cree que en 2025 habrá más equipos automatizados y precisos al servicio de la producción.

Los "fierros" son casi una religión para los productores agropecuarios, porque equipos, maquinarias e implementos contribuyen a lograr más eficiencia en la explotación y a aprovechar mejor la capacidad de generación de alimentos que tiene la tierra.
En ese sentido, los avances tecnológicos son vertiginosos y modifican los sistemas de trabajo en el campo. "En los próximos diez años se producirá una revolución tecnológica en la maquinaria agrícola global que provocará cambios de paradigmas productivos comparables a lo que produjo la irrupción del tractor "gasolero" en las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado", señaló Mario Bragachini, coordinador del Programa de Agregado de Valor de INTA, con sede en Manfredi, provincia de Córdoba.
Según el especialista, hacia 2025, las máquinas serán precisas, inteligentes, automatizadas, robotizadas con inteligencia precargada. También regirá el automatismo de funcionamiento programable, con robots y sensores. Estarán interconectadas a través de una plataforma web y otros sistemas de comunicación en tiempo real. El objetivo es adaptar y guiar el trabajo de las máquinas respetando todo tipo de variabilidad de suelo, de cultivo, de clima, y la información que se pueda detectar y segregar en cada metro cuadrado de la unidad productiva.
"En cada campo y lote habrá más máquinas que operarios", dice Bragachini. Las máquinas de 2025 serán robotizadas en un 90%, no serán conducidas sino programadas y asistidas con potentes softwares y permitirán más productividad, menos consumo de energía, serán más amigables con el suelo, el ambiente y el operario, y no sólo serán inteligentes para producir granos y forrajes sino en cultivos regionales e industriales, producciones pecuarias, todos con procesos y productos trazados y certificados.
El referente de INTA vaticina que los fabricantes del sector diversificarán a 2025 su producción hacia máquinas de procesos agroalimentarios con fuerte crecimiento tecnológico. Las máquinas tendrán como energía primaria motores endotérmicos muy eficientes, de muy baja emisión de gases contaminantes (gasoil, biodiésel, etanol, metano, hidrógeno), accionarán generadores de electricidad de 12 y 24 voltios y bombas hidráulicas. Los actuadores serán eléctricos e hidráulicos (sólo cables y mangueras).
A su vez, el especialista afirma que serán máquinas más grandes y eficientes para producir granos y quizás robot más chicos en frutihorticultura y cultivos especiales. Los minirobots podrán trabajar con energía eléctrica (baterías recargables), o bien directamente con energía solar.

Satélites y radares

La Argentina dispondrá del servicio de muchos satelitales propios y alquilados, redes de radares y un buen servicio de sensoramiento remoto portable sobre satélites, aviones, drones, para optimizar el manejo de insumos variables.
Las máquinas serán fabricadas con materiales aleados de alta resistencia y bajo peso, muchos biomateriales y sistemas de traslados que no agredan el suelo, con muy baja presión específica o casi sin huellas.
Otro tema contemplado por Bragachini es el del uso de agua dulce, que, como será una limitante, el riego evolucionará en eficiencia. Desaparecerá el riego por manto y será reemplazado por el de aspersión inteligente. Además, visualiza un gran futuro para el riego por goteo en el mediano y largo plazo.
Las máquinas ofrecerán una total trazabilidad del proceso realizado y cada movimiento será controlado en tiempo real. Sus operaciones serán comunicadas al celular del interesado (la robótica y las Tecnologías de Información y la Comunicación en la máxima expresión).
Bragachini sostuvo que el 2025 tomará al sector de máquinas y agropartes argentinas muy actualizado y diversificado, lo que impactará también en nuevos puestos de trabajo.
Según datos de INTA, en la Argentina hoy existen 890 pymes productoras de máquinas y agropartes, y 290 de agrocomponentes metalúrgicos y electrónicos. Estas facturaron al 2015 unos 1200 millones de dólares en un mercado interno de 1500 millones de dólares anuales. De estos, unos 260 millones de dólares son exportados a 35 países del mundo. En tanto que la importación argentina equivale a 640 millones de dólares.

Puestos de trabajo

Actualmente, la ocupación del sector es de 80.000 puestos de trabajo directos e indirectos, incluidos algunos mecánicos que arman máquinas a campo. Abundan las fábricas de sembradoras, pulverizadoras (60 en cada rubro), y faltan fabricantes de máquinas de procesos intensivos de producción (tambos automatizados, criaderos de pollos, granja automatizada, cerdo automatizado), de procesos de industrialización y manufactura primaria, de segunda y tercera generación.
"Hoy la Argentina posee una balanza comercial negativa de 600 millones de dólares en máquinas de procesos agroalimentarios, por lo que es necesario una rápida reconversión hacia máquinas (metalmecánica y electrónica) de manufactura para abastecer a pequeñas pymes agroalimentarias en origen", sostiene Bragachini.
Para el año 2025, el especialista visualiza que el sector agrometalmecánico podrá tener una demanda laboral de 120.000 puestos de trabajo, con duplicación de los valores de venta en el mercado interno, una triplicación de las exportaciones y un leve aumento de las importaciones (insumos productivos).

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