El tenista nuevejuliense Mariano Navone disfruta de su mejor momento como profesional, que tras una seguidilla de resultados positivos en torneos Challengers -títulos en Buenos Aires y Santa Fe; y final en Lima, Perú-, lo encuentra entre los 120 mejores jugadores según el ranking mundial de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP).
En ese contexto, los grandes medios nacionales se interesaron por el curso de carrera y, en una reciente entrevista con La Nación (Sebastián Torok), destacó como una etapa bisagra en su progreso el paso que tuvo por Junín, entrenando en el Centro de Entrenamiento Cas Tenis Junín, bajo las órdenes del profesor Leandro Verón.
A los 12 años, Navone ya desplegaba un nivel con proyección profesional y ya no podía seguir entrenando en su club de la infancia, Atlético 9 de Julio, por lo que su etapa de desarrollo prosiguió en Rosario.
Hoy, con 22 años, el nacido el 27 de febrero de 2001 recordó los momentos previos a su llegada a Junín. "En 2015 había tenido un muy buen año, terminando N° 2 o 3 del país, pero en 2016 había hecho mucho esfuerzo, una gran pretemporada y los resultados no se me daban. Terminé frustrado, nervioso, me presioné", recordó.
"Estaba desmotivado, me sentía lejos de todo. Me puse a probar cómo era la vida de un chico normal que iba al colegio, empecé a salir un poco y dejé de jugar durante tres meses. Seguí haciendo físico y me fui a anotar a otros deportes, pero nunca los arranqué. Al final me di cuenta de que la adrenalina que me daba el rectángulo naranja no me la daba nada", admitió.
Fue entonces cuando Junín se cruzó en su camino: "Veía a los de mi camada mejorando y yo me sentía estancado, no tomaba la decisión de ir a vivir a Capital porque no me sentía tan maduro. No era fácil para alguien de 16 años dar ese paso, no quería quemarme, entonces fui a Junín, a entrenar con Leandro Verón, que fue algo intermedio. Y eso me devolvió el amor por el tenis. Esa etapa me dio muchas ganas de volver a competir".
A partir de entonces, Navone comenzó un camino de crecimiento, que lo dejó cerca de meterse entre los 100 mejores tenistas del mundo. "Sé que falta un montón. Es un proceso largo, pero me da muchas ganas de seguir adelante y de ser un tenista de élite. Entrar en el top 100, en el top 80, empezar a jugar los Grand Slams, es lo que quiero", expresó. Y su meta a corto plazo parece estar clara: jugar contra alguno de los dos mejores jugadores del planeta, el serbio Novak Djokovic o el español Carlos Alcaraz, en el próximo Abierto de Australia 2024, primer Grand Slam del año, que se disputará en enero.
"Serían desafíos muy disfrutables. Ojalá que muy pronto me pueda encontrar en ese lugar, compitiendo contra ellos. Sería un sueño", concluyó.
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