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VISIBILIZANDO HISTORIAS

Silencioso e imprescindible trabajo en la diaria de los clubes: relatos de utileros locales

Arribaron al club a través de un hijo, un conocido o impulsados por la pasión de ser hinchas. Por intermedio de la labor diaria, se ganaron su propio lugar en la vida institucional. Para conocer detalles sobre los gajes del oficio, Democracia dialogó con referentes de la actividad.

El deporte local tiene muchas historias importantes que, por la dinámica de la diaria y de los resultados, no son dadas a conocer. Un ejemplo de ello es la interesante labor que llevan a cabo todos los días los utileros de los distintos clubes que, desde el sacrificio y el silencio, aportan su granito de arena para posibilitar que las cosas sucedan de la mejor manera en cada institución.

En tal sentido, como tales hechos no se visibilizan, y por ende, no se dan a conocer, parecieran que no existieran. En realidad, esos mismos hechos y sujetos son fundamentales para el normal desarrollo orgánico de la vida diaria de los clubes.

Para abordar en detalle la labor de los utileros, Democracia dialogó con Néstor Herrera, quien forma parte de Sarmiento desde hace 23 años y pasó por las distintas categorías profesionales del fútbol argentino de la mano del Verde.

En el ámbito local, este medio interactuó con Gabriel Ferreyra, quien acumula 17 años en el Club Rivadavia; Cristian Pérez, conocido popularmente en Mariano Moreno como “Perico” y lleva más de una década en la institución.

También se contemplaron las miradas de José Luis Villafañe, reconocido bajo el afectivo apodo de “Villita”, perteneciente a Jorge Newbery; y Martín Busto, alias “Tincho”, de Defensa Argentina para conocer sus trayectorias.

Con el objetivo de complementar las miradas citadas, saliendo por un instante del fútbol, Democracia se trasladó al básquet y también habló con Nicolás de Cunto, utilero de Argentino.

Relación con el club 

Un primer aspecto interesante a observar consiste en indagar acerca de cómo fue que se inició el vínculo de cada uno de los utileros con los clubes en donde se desarrollan en la actualidad. Por eso, Democracia indagó en torno a las biografías de los utileros entrevistados.

Perteneciente al mundo de Sarmiento, Herrera expresó: “Le fui siguiendo los pasos a Tatú Cisneros. Trabajábamos juntos en una fábrica de calefones y jugaba en la liga local en Rivadavia, donde estaba él de utilero. Dejé de joven porque era un desastre”. 

“Después Tatú se fue a Sarmiento como ayudante de utilería y luego pasó a ser masajista. Yo estaba en Rivadavia con todas las categorías, donde estuve como ocho años, y me fue a buscar para ser utilero de Sarmiento”, contextualizó sobre sus inicios en el Verde. 

En lo que hace al vínculo de Ferreyra con el “Cele” compartió: “Iba el nene mío a jugar a la escuelita con cinco años y entré de ayudante de campo. Luego el utilero fallece y quedé.

Fueron cambiando las comisiones y permanecí. Nací ahí y amo al club porque es de mi barrio, me abrieron las puertas y las comisiones me han tratado bien”.

Al igual que sucede con Ferreyra en Rivadavia, donde, a esta altura, es una figura de notoriedad, otra persona que no pasa desapercibida en su club es Perico en Moreno: lugar al que llegó de una manera similar que pasó con Ferreyra.

De tal forma, Perico expuso: “Se había ido el utilero anterior y me trajo el cuerpo técnico que encabezaba el Hueso Coppola. Vi pasar muchas camadas. Soy hincha y es el lugar donde nací y me crié. Es mi segunda casa y he llegado a festejar cumpleaños en el club”.

El Aviador también cuenta con su figura distinguida en Villita, quien también llegó a través de sus hijos a la institución. Al respecto, relató: “Tengo tres hijos y empecé a relacionarme: un día porque faltaba ayudar a un profe; otro paramanejar el colectivo cuando jugábamos el Federal; y me fui quedando en el club”.

“Newbery significa mucho y jugué en las inferiores en la época de Rodrigo Burela y Juan Vilches. Dejo muchas cosas de lado por el club. Es mi lugar en el mundo y trato que salga todo perfecto. Hasta que pueda hacerlo lo voy a hacer con todo mi amor”, valoró Villafañe.

Otro entrevistado que manifestó la misma pasión por su institución es Busto, conocido en el club como “Tincho”. “Defensa es donde estuve toda la vida, detrás del alambrado y donde hice inferiores. Vivo a seis cuadras de la cancha y toda mi familia es hincha. De hecho, mi viejo fue masajista en el club cuando salieron campeones en el 89”.

A diferencia de los casos anteriores, su llegada no se dio a través de un hijo o un cuerpo técnico, sino por estar en el momento y lugar indicado. Al respecto, recordó: “Charlando con el presidente Gastón Freda, me comentó que tenía complejidad con el tema de la indumentaria. Eso me quedó dando vueltas en la cabeza, lo pensé y me puse a disposición para hacer utilería de la Cuarta y la Primera”.

Oficio

Más allá de su llegada a la institución, este medio también abordó lo que significa e implica el oficio del utilero: aquel trabajo fundamental y silencioso que realizan con mucho sacrificio y compromiso los distintos utileros entrevistados.

Desde Rivadavia, Ferreyra explicó: “Sos el primero en llegar y el último en irte. Voy a las 9 y vuelvo a las 18. Estoy porque me gusta estar ahí y la paso bien con los jugadores de todas las divisiones. Me ocupo de lustrar los botines; la ropa la lavaba en mi casa y quedamos en que se lleva al lavadero ahora; ocuparte de la ropa de los jugadores, pedir documentos a los chicos y credenciales a los referís”.

En lo que hace a Moreno, Perico compartió: “Llevar la ropa a lavar, acomodar todo para los partidos, compartir distintos momentos con los chicos, dar ánimo porque acá nadie cobra y es acompañar desinteresadamente. Brindarme para que tengan el mejor trato”.

“También dar gasas cuando tienen alguna molestia o tener un caramelo para la glucosa o distraerse en el entretiempo. Llegás primero y ves la cancha e instalaciones”, añadió y bromeó: “Lo más feo que nos toca es que tenés que estar para todos y nadie para uno”. 

En lo que respecta a la labor diaria de Villita en Newbery sintetizó: “Hago de todo” y describió: “Cortar el pasto a la cancha; marcarla; preparar la ropa; limpieza; inflar la pelota y tener todos los elementos que se necesitan para jugar al fútbol”. 

En lo que hace a los detalles que le gusta tener dijo: “Cuelgo las remeras en perchas, calefacciono el vestuario para la comodidad de los jugadores, las canilleras ordenadas, le pongo perfumina a las remeras y entro a la cancha a dar una mano en lo que se necesita”.

Sin embargo, y también es para resaltar en toda la comunidad del Aviador, tal trabajo tiene su gratitud. “El reconocimiento de la gente en la calle desde juveniles a familias. Los ves pasando por inferiores y después crecen y son adultos que te saludan. No saben vendarse o atarse los cordones y te deja una linda satisfacción que llegue a primera. Te tiene que gustar esto porque es una vocación”, sostuvo Villafañe.

De una manera muy gráfica, “Tincho” (Defensa) manifestó: “Siempre digo ´¿Vieron cuando entra la cámara al vestuario que está el banco con la camiseta, pechera y ordenados los botines?´ Eso hago yo en el club. Por más que no te guste el fútbol, eso lo viste en la tele por algún partido de la Selección”.

Por otro lado, en lo que hace al plano del fútbol profesional de AFA, Herrera,  de Sarmiento, explicó: “Me dedico al tema botines de limpiarlo y ponerlos en condiciones. Después está la ropa: en invierno es más porque está las térmicas, calzas, remeras, las camperas de agua y es una pila de ropa. En verano es solo remera y pantalón. Después hay un utilero que sale al campo con los profes y todos los objetos como estacas, flejes y conos”.

“Lo lindo es que vivís desde adentro lo que pasa en un equipo como disfrutar de los estadios de Primera. También somos los primeros que venimos a las 6:30 de la mañana y los últimos que nos vamos”, ponderó.

Futuro del rubro

Otro de los puntos abordados por Democracia en el intercambio con los utileros fue el futuro del rubro: “¿Considerás que es indispensable la labor del utilero o se lo podría reemplazar por algún tipo de maquinaria que realice y lo reemplace en sus tareas?”. Ese fue el disparador en común con respuestas complementarias entre sí.

Perico se negó a tal posibilidad y opinó: “El utilero es una parte humana y el que juega es un humano. Uno conoce los clubes y como está la institución económicamente y también la situación que atraviesa el jugador como persona. Una máquina eso no lo podría hacer”.

Ferreyra también valoró el rol ocupado y coincidió: “Es importante que esté el utilero porque quizás necesita algo el jugador y ese es el momento cuando tiene que estar. También charla mucho con los jugadores y acompaña”.

Villita compartió los argumentos expuestos y profundizó: “Es imprescindible porque no creo que un robot tenga el contacto que tiene uno con los chicos y la empatía. Uno sabe si están bien o no, si están resfriados o mal dormidos. Yo los conozco porque los acompaño todos los fines de semana y se genera un vínculo. Te das cuenta en la mirada y el estado anímico de cada persona. Un goleador no la puede meter y es ahí donde está el apoyo del cuerpo técnico y de uno cómo persona para acompañar. La tecnología no puede hacer”.

A su turno, Herrera ratificó: “No puede ser reemplazado porque son muchas cosas y relaciones humanas. Es todo personal, artesanal y manual”.

Misma respuesta para “Tincho” quien respondió: “Esto va a seguir porque es más que nada la importancia de lo humano: estar con la persona y hablar. Los utileros siempre estamos: cuando se gana, que se festeja, y cuando se pierde, que estamos todos tristes. El hincha va a la cancha, ve lo que pasa ese día y quizás no sabe las cosas que pasan en la vida privada de los jugadores como problemas en la casa o un trabajo. Es distinto cuando compartís el día a día”. 

“Hay chicos que dentro de un año o dos les voy a dar la ropa por estar en Primera y los conozco desde hace tiempo. La idea es que cuando lleguen estén listos y no tengan que estar dando vueltas”, profundizó y no descartó: “Capaz en cien año aprietas un botón y te da la ropa lista. Cosas que no sé ni creo ver”.

Anécdotas

Además de su rol clave en la diaria de los clubes, otro aspecto que representa a los utileros son las anécdotas capitalizadas a lo largo del tiempo como pueden ser escenarios complejos donde les haya tocado estar o algún hecho en particular.

Quien pasó por distintas categorías del fútbol nacional, como la Primera C, Primera B Metropolitana, Primera B Nacional y la máxima división, es XX.

Sobre su repertorio de experiencias contó: “Una cancha que la pasamos mal fue la final con Atlanta que era Rizzi el DT. Cuando llegamos al estadio había dos mil personas moviendo el colectivo y no nos dejaban bajar. Tuvimos que limpiar el vestuario porque estaba lleno de vaselina, aceite y sal y no se podía pisar”.

“La de Tucumán también fue terrible. Nosotros fuimos primeros y no nos dejaban entrar que éramos los utileros. Entonces les dije que no se jugaba el partido; en eso vino el utilero de San Martín, Dante, que es un tipo bárbaro, y salió a defendernos. Pasamos y cuando llegó el plantel fue bravo: rodearon el colectivo y no nos dejaban bajar”, añadió. 

Volviendo al plano local, “Tincho”, de Defensa, contó: “Siempre tenés alguna cancha complicada. Nos pasó de ir a un vestuario con cuatro paredes y chapas con agujeros. Una vez viniendo de Lincoln nos paró gendarmería y estuvimos como dos horas parados. También ir a buscar una pelota y que me corra un caballo”. 

Ferreyra abordó lo que significó el último campeonato nocturno conseguido y dijo: “Muy contento y agradecido a los jugadores que gracias a ellos se logra el campeonato. Se comieron frío, calor y pudieron sobreponerse. Se genera un vínculo y uno los quiere mucho. Hemos cenado en el quinchito de mi casa y llegamos a ser más de 20”.

Villita relató: “Me he olvidado la cinta de capitán cuando he ido afuera pero siempre tenemos un compañero que trae una cinta o una lapicera y me salva. El capitán Oscar Di Giulio siempre lleva un par de medias de más o botines por si se necesita”. 

“Hay hinchadas que te dicen de todo o te llegan a escupir, sobre todo en el Federal B ha pasado”, indicó como un aspecto que tiene que sobrellevar como así también las cuestiones positivas: “Agustín Sospicio me dedicó el gol contra ADIP, es algo que  te llena de satisfacción y fue histórico porque nos salvamos”.

Quien presentó la anécdota más extrovertida fue Perico (Moreno). De tal forma, compartió: “Cuando vino Central Córdoba de Santiago del Estero a jugar a Junín les lavamos la ropa a todo el plantel. En agradecimiento al trato y predisposición me invitaron a la provincia y ver el debut en Primera contra Boca en 2021”.

“Fueron más de nueve horas en colectivo y me esperaron allá algunos dirigentes y jugadores. Me atendieron muy bien y me regalaron ropa. Les llevé ropa de Moreno e intercambiamos. Me decían que éramos hermanos de colores porque tenemos los mismos”, siguió.

Comentario sobre el fenómeno "Marito"

Mario De Stéfano es el actual utilero de la selección argentina quien hace décadas viste la albiceleste y compartió planteles con Diego Maradona y Lionel Messi. Cobró relevancia en el marco de la última Copa América cuando, encabezados por el capitán Messi, los jugadores lo felicitaron públicamente y le tomaron una foto con el trofeo conseguido. De esa forma, visibilizaron su historia de vida y le brindaron un grato reconocimiento.

Siguiendo esa línea, y como el último aspecto abordado en el mundo de los utileros, se les consultó acerca de ese reconocimiento. En torno a lo acontecido con “Marito”, Herrera consideró que “eso lo genera él. Que al utilero lo hagan participar de los festejos es todo de Messi y este equipo. Me pareció bárbaro”. 

Sobre su relación con el plantel del Verde indicó: “Tenemos un grupo bárbaro y nos incluyen. Sobre todo, jugadores como Lisandro (López) que nos invitan y hacen parte”. 

Acerca del caso del seleccionado argentino, Ferreyra respondió: “Para mi está bien y es porque realmente lo quieren y hace muchas cosas por ellos. Es algo lindo ¿Sabés lo que es para un utilero que te hagan eso?”

Perico opinó: “Me parece perfecto porque salen todos campeones y del que menos se acuerdan es del que se prepara la ropa, los mima y trabaja en silencio. El primero que te abre la puerta en un club es el utilero. Es parte del plantel, intercambia en la diaria y está pendiente de todos”.

Villita valoró: “Acá (en Newbery) hicieron lo mismo conmigo. Me tiraron agua, me abrazaron, es mutuo el cariño entre el cuerpo técnico y los jugadores para con uno. También me sacaron fotos con la copa”.

Busto, en representación de Defensa, expresó: “Fue fantástico, debe ser muy querido. Los utileros son queridos por la gente del club por el tiempo que pasan y la labor que desarrollan”.

En la actualidad, todos los entrevistados contemplados acumulan varios años en sus respectivos lugares donde, a base de un arduo y silencioso trabajo, se ganaron un lugar de reconocimiento en la institución y contribuyen al desarrollo óptimo de la vida futbolística de los clubes locales.

EL CASO DEL BÁSQUET LOCAL

Para complementar la mirada de los distintos utileros del fútbol contemplados para la nota, Democracia también dialogó con Nicolás De Cunto, reconocido utilero de Argentino, donde acumula 18 años.

Sobre su desembarco al Turco dijo: “Tengo un amigo que es fanático y me llevó a ver un clásico con Ciclista. Cuando vi la gente y lo que sentía el hincha quedé impactado. Al mes me dicen que estaban buscando un utilero en el básquet, fui y quedé”.

“Cuando entré a trabajar la gente te decía que era hincha de Argentino y no te nombraba un equipo de fútbol. Hoy me pasa con mi hijo que nació en el club y es solo del Turco. Es algo muy especial lo que se vive”, describió acerca del fenómeno institucional que significa.

Respecto a su labor diaria compartió: “Llego primero al club; preparo la ropa a los jugadores para que estén tranquilos; limpio la cancha; y pongo el mate para recibir a todos. Así siempre, salvo que juguemos de visitante que es otra rutina”.

Asimismo, al momento de hacer una valoración de su vínculo con el club, contó: “No quiero dar nombres, pero te haces amigos y he ido a casamientos y determinados capitanes me han dicho que cobre yo antes que los jugadores. Piensan en el empleado y no dejamos de ser todos compañeros”.

“Siempre tengo el recuerdo de cuando fuimos a jugar la Sudamericana a Venezuela y vino el capitán Juan Cangelosi y del premio, que era para los jugadores, me dieron una parte para que pudiera terminar de hacer mi casa. Me han ayudado hasta en eso y me lo voy a acordar toda mi vida”, enfatizó sobre una de sus anécdotas.

Finalmente, concluyó: “Argentino es mi segunda casa. De vacaciones, estoy aburrido y me voy al club. Es parte de mi familia y de mi día a día. Estoy pendiente de las cosas que pasan y está en mi pensamiento en la diaria”. 

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