Inglaterra sufrió más de la cuenta, pero con un gran segundo tiempo derrotó por 18 a 17 a Samoa, en Lille, por la quinta y última fecha de la fase de grupos del Mundial de Rugby de Francia 2023, y se quedó con el primer puesto de la Zona D.
El equipo de Steve Borthwick, sin la necesidad de dominar constantemente la pelota, se hizo fuerte de atrás hacia adelante, aguantó los enviones rivales y salió rápido con un gran juego de pases, en el que constantemente hubo varias opciones para recibir y armar. De esta manera, Ollie Chessum apoyó una conquista, y Owen Farrell anotó un penal, con el que además se convirtió en el máximo anotador histórico de su país.
Inglaterra neutralizó a Samoa con el orden de su línea. Aunque en la primera desatención defensiva, Nigel Ah-Wong aprovechó para recortar la distancia. Desde ese momento, y hasta el final del primer tiempo, el combinado isleño revirtió por completo su imagen y empezó a someter a la Rosa.
Con una incesante presión, juego directo y la potencia de sus forwards, los dirigidos por Seilala Mapusua dieron vuelta la historia con el doblete de su wing e inclusive les anularon dos tries más.
En este tramo, se vio a una Inglaterra desarmada, muy imprecisa y desordenada, que defendió como pudo su ingoal para finalmente ir en desventaja al descanso sólo por 14 a 8.
En el inicio del complemento el ritmo no bajó, lo cual favoreció a Samoa, que mantuvo su carácter y siguió sometiendo a su rival. De esta forma, continuó dominando y Lima Sopoaga, con un penal, amplió la diferencia en el marcador.
Sin embargo, pasados los diez minutos, Inglaterra repuntó gracias a los cambios: desde ese momento, hasta casi el final del partido, fue la Rosa quien controló el juego, aunque los oceánicos, con una impenetrable última línea defensiva, e inclusive con la amonestación de Tumua Manu en el medio, supieron mantener la ventaja y únicamente sufrir una nueva patada de Farrell.
Ya en los últimos minutos, tras tanto insistir, Danny Care logró romper al fondo samoano para dar vuelta la historia. Después, un último envión de los isleños puso en apuros a los hombres de Borthwick, que se los volvió a ver muy desordenados, pero lo suficientemente precisos a la hora de tacklear para poder llevarse la victoria.
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