El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, se vio abocado a un enfrentamiento con el Gobierno tras negarse a dimitir por besar en los labios a la futbolista Jenni Hermoso tras la victoria de España en el Mundial.
El viernes, en una asamblea de urgencia de la RFEF, Rubiales se quejó: "El falso feminismo me está intentando matar". Además, describió el beso como un pico "espontáneo, mutuo, eufórico y consentido".
"¿Un pico consentido es para sacarme de aquí? Agradezco estar en España para poder defenderme. Voy a defenderme y quien me conoce sabe que voy a llegar hasta el final", dijo Rubiales, provocando los aplausos de un público mayoritariamente masculino.
El Gobierno dijo que llevará el incidente ante un tribunal deportivo donde, si se demuestra que el beso no fue consentido, podría ser juzgado en virtud de una ley de violencia sexual introducida por los socialistas el año pasado.
"El Gobierno debe actuar y tomar medidas urgentes: se acabó la impunidad para las acciones machistas. Rubiales no puede seguir en el cargo", escribió Díaz en las redes sociales.
Rubiales, de 46 años, aseguró en su intervención que fue Hermoso quien inició el contacto físico al levantarle del suelo por las caderas. Dijo que le preguntó a Hermoso si podía darle "un piquito" y ella respondió "Vale".
Las críticas al comportamiento de Rubiales fueron varias a lo largo de la semana del incidente, que se produjo mientras las jugadoras recibían sus medallas tras vencer el domingo a Inglaterra por 1 a 0 en la final del Mundial de Sídney (Australia). Mientras las jugadoras pasaban, Rubiales agarró a Hermoso por la cabeza y le plantó un beso en la boca. También se vio a Rubiales agarrándose la entrepierna en señal de celebración mientras estaba junto a la Reina Letizia en un palco del estadio, por lo que pidió disculpas el viernes.
Los hechos culminaron el jueves con la apertura de un expediente disciplinario por parte de la FIFA, después de que Hermoso afirmara el miércoles en un comunicado que su sindicato estaba trabajando para defender sus intereses y pidiera que este tipo de actos "no queden impunes".
En un primer momento, Rubiales reaccionó de forma desafiante y calificó a sus críticos de "idiotas". Pero no tardó en dar marcha atrás y publicar un vídeo de disculpa grabado mientras volaba de regreso de Sídney.
Cuando se hizo evidente que sus disculpas no habían calado y que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, las calificó de "insuficientes", los líderes regionales de la RFEF celebraron una reunión de crisis en Madrid el jueves para debatir el futuro de Rubiales y las opciones de un posible sucesor, dijo una fuente a Reuters.
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