CICLISMO

Carlos Oscar “Cachila” Molina Ramírez

Ciclista de los de antes. Doble campeón juninense en 1972 y 1974, cuenta su experiencia de vida arriba de una bicicleta.

Nací en Junín en el barrio de Villa Talleres. Irlanda y Paso, calle de tierra por supuesto. 

Fui a la Esc. N° 41. Terminé quinto y sexto año en la nocturna con Peteca Molina, Lucio Moyano, Tatín García, Rubén Curto.

Se hacían campeonatos intercolegiales nocturnos. La mayoría de las escuelas de Junín tenían turnos de noche. La mayoría iba a terminar sexto grado a esa hora, porque trabajabamos. Participé dos años en los torneos interescolares y los ganamos. Peteca Molina era un Maradona en esa época.

En el barrio se jugaba a la pelota, en el Campito de Sánchez. Pero además estaba la biyarda que muy pocos recuerdan. Nos divertíamos un montón. Era un palo de escoba partido en dos y con uno le pegabas al otro para mandarlo dentro del cuadrado que se dibujaba en el suelo. Había prenda a favor del que la tiraba. también estaba el hoyo pelota. Se hacían varios hoyos en el suelo y si la pelota caía en el hoyo del contrario había una prenda. Éramos muy sanos para divertirnos.

No jugué en ningún club al fútbol. Siempre tuve problemas en la rodilla de la pierna izquierda  porque nací con un sobrehueso. Como no precisaba cirugía me dediqué al ciclismo. La rodilla se me hinchaba cuando jugaba al fútbol. 

Viendo a tres de mis hermanos que hacían competencias ciclísticas, me embalé también. Fui el último de todos. Fui de la época de Andrés Repara, Oscar Díaz y Héctor Toro.

Éramos como cuarenta participantes locales en cada carrera. En esa época nos apoyaban mucho los sindicatos, como la Uocra, donde estaba Daniel Molina,  y la Unión Ferroviaria con José Ale. Todos tenían un equipo de Ciclismo.

En ese tiempo Geminiano Bazzani abrió una casa de deportes. Ahí trabajaba un tal Baquero, que era encargado y fanático del Ciclismo. Lo habló a Geminiano y armó un equipo de Ciclismo donde estábamos junto a Andrés Repara y Rubén Rosetti. Además, como el equipo era muy fuerte, representamos al club Ciclista Juninense, que después se dedicó de lleno al básquet y chau Ciclismo.

La bicicleta la bancábamos nosotros. A veces los sindicatos nos compraban los tubos y el equipo. Cuando íbamos a correr afuera algunas veces se presentaban los gastos y nos daban la plata.

En la época que yo corría nadie tenía vehículo. Una bicicleta y como mucho una motoneta.

Entonces nos juntábamos como treinta Ciclistas y alquilábamos un camión. Viajábamos en el chasis. Era a la Romana. Ibamos a  Salto, Pergamino, y otras ciudades. Pero el flete lo pagábamos nosotros. A veces alquilábamos un colectivo.

Antes había más unión. Ahora veo que los pocos chicos que andan hacen rancho aparte. Tienen la posibilidad de tener un vehículo, una bicicleta de carbono. En esa época no existía nada.

Se corría con materiales muy precarios. Pero Junín murió, no hay nada de nada.

Acá se organizaban las competencias. La Asociación estaba tan bien ordenada que todos los fines de semana se hacían carreras. Estaba la pista del club BAP, otra enfrente del actual barrio Uocra. Eran de tierra, de unos ochocientos metros. Y también se corría en el estadio de Sarmiento donde había un ovalo a ras de suelo dando vuelta  la cancha. Era un suicidio correr ahí.

Se iba puntuando por carrera llegaba fin de año y se sumaban para sacar el campeón y sub campeón. En la década del ´70 llegamos a ser 130 ciclistas. Cien estaban federados.

Con Andrés Repara llegamos a recorrer medio país. Íbamos en tren, en colectivo y llegamos a ir a dedo.

Salí campeón dos veces de la ciudad de Junín. En 1972 y 1974. Los campeonatos se hicieron desde fines de 1968 hasta 1977 aproximadamente. Después se esfumó el Ciclismo de la ciudad. Había grandes dirigentes como Tití De las Vecillas, Felipe Ragno, mi hermano Alberto Ramírez, Cacho Crisafulli, que integraban la Asociación.

Los clubes locales, todos, estaban afiliados a la Asociación Ciclista Juninense. Y aportaban. Pero al ver que se recaudaba mucha plata –más que el fútbol amateur-  comenzaron a disgregarse.

Los clubes pedían fecha para las carreras y hacían una moneda importante con la cantina.

Hoy no hay tantos Ciclistas porque los costos de los materiales para la bicicleta son muy elevados. Se usan los cuados de carbono. Nosotros teníamos palanca de fierro, cosas muy precarias,  que un obrero llegaba a tener. Hoy una bici de competición sale casi un millón de pesos. Un tubular vale veinte mil pesos y lleva dos, que los pinchás o rompés en una carrera solamente.

Yo no tengo nada con nadie, pero la dirigencia local tiene un poco de culpa. Es todo muy mediático pero el Ciclismo murió en Junín. Me gustaría que cambiara, que pongan un poco más de empeño para reflotar este deporte. Antes llevaba mucha gente el Ciclismo.

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