Catorce meses después del accidente automovilístico, Tiger Woods culminó ayer su asombroso regreso al golf con una sólida primera vuelta de la 86ta. edición de Masters de Augusta al ubicarse entre los diez mejores.
El surcoreano Sungjae Im, con una tarjeta de 67 golpes (-5), quedó al tope de las posiciones. Luego se ubicaron el australiano Cameron Smith (-4) y cuatro jugadores con -3: los estadounidenses Scottie Scheffler y Dustin Johnson, el británico Danny Willett y el chileno Joaquín Niemann.
Todavía con secuelas del accidente, Woods hizo tres birdies (hoyos 6, 13 y 16) y dos bogeys (8 y 14) para quedar uno por debajo del par de la cancha.
Tiger se retiró sonriente del Augusta National, en el estado de Georgia (Estados Unidos) en medio de una enorme ovación de los aficionados.
“Me dije a mí mismo: ‘Vamos, ya sabes dónde poner la pelota’. Me sentí bien. La idea era seguir empujando y continuar recuperando. Eso es lo que hice. Imaginaba que una vez que la adrenalina fluyera y me activara entraría en mi pequeño mundo y todo iba a ir bien”, reconoció Woods.
En febrero pasado, Woods veía poco probable estar de regreso en el primer Grand Slam de golf del año, debido a la lenta rehabilitación de las múltiples fracturas sufridas en el accidente de 2021, que estuvieron cerca de causarle la amputación de la pierna derecha.
Con su espíritu competitivo siempre afilado, Woods ha recalcado una y otra vez que el hecho que se encuentre participando en Augusta es porque cree que puede alcanzar su sexta chaqueta verde.
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