Rodolfo Palomo con una de las tantas comisiones directivas que presidió.
Rodolfo Palomo con una de las tantas comisiones directivas que presidió.
BÁSQUET LOCAL

De Rodolfo Palomo a Javier Balvidares, la historia del pujante club 9 de Julio

Los dos extremos presidenciales de la entidad del Obelisco pusieron manos a la obra en grandes emprendimientos.

Hablar de Rodolfo Palomo en el Club Social y Deportivo 9 de Julio es un todo. Socio fundacional, tomó rápidamente la presidencia  y fue gestor del monstruo edilicio enclavado en la esquina de las calles 9 de Julio y Bartolomé Mitre.



Si había dirigentes emprendedores en ese entonces, Rodolfo Palomo fue uno de ellos y a quien 9 de Julio le debe muchísimo a lo largo de la historia.
Luego de un par de años de la fecha fundacional, 15 de septiembre de 1943, hasta aproximadamente fines de 1986, Palomo estuvo al frente de la entidad donde levantó la esquina (cantina) y los pisos de arriba, además de la cancha de básquet propiamente dicha con el moderno piso de parquet para ese entonces. Hasta 1980, Palomo sostuvo la sede del club en la esquina de Saavedra y Alemania, siempre alquilada, lugar señalado como fundacional del club.
Entre los años 1986 y 1996 pasaron como titulares Néstor González y José Muñoz Sagesse, este último hacedor de la vereda y terminación del frente del club.
Y en el 96 asumió la presidencia Gustavo Poggi, un jugador del club con visión de modernismo. 
El Chango encaró la obra del piso de madera flotante y terminó algunos detalles edilicios que habían quedado en el tintero. Estuvo en la presidencia por espacio de 16 años.



Luego, asumió el Dr. Carlos Mario Portiglia. En una corta estadía de dos años hizo de todo. Priorizó los tableros indicadores, que los trajo nuevos, hizo el cielorraso –una obra extraordinaria que le cambió la cara al estadio- y completó la mesa de control con flamante material de avanzada. Además, encaró las obras de pintura y embellecimiento general del estadio, entre otras cosas.
Finalmente, se hizo cargo del club –hasta nuestros días- Javier Balvidares.
Joven y emprendedor, el Oveja le dio un giro radical al club. Priorizó la actividad de las divisiones formativas (9 de Julio logró tres títulos al hilo en mini, U13 y U15 contabilizados hasta fines de 2017) dándole a los chicos del club una competencia que trascendió las fronteras de la Ciudad.
En cuanto a estructura edilicia, encaró la obra de demolición de la tribuna de cemento, lugar donde construyó un playón para descomprimir el gimnasio principal y que va a dotar de modernas escaleras con estructuras rebatibles para potenciar la capacidad del estadio para los grandes acontecimientos. Esto le permitirá a la entidad contar con una cancha de medidas reglamentarias para poder seguir participando de competencias en categorías superiores.

También, extendió las cañerías de gas y de agua a distintos sectores del edificio, optimizó los espacios ociosos y alquiló un sector para generar más ingresos, se apresta a arreglar el piso flotante que sufrió un deterioro con el paso del tiempo y tiene más ideas en carpeta para ir ejecutando en el futuro.
En suma, 9 de Julio es hoy una de las entidades pujantes de nuestra ciudad y que está siendo reconocida a nivel provincial y nacional por los distintos estamentos basquetbolísticos.

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