Carlos Emilio Ferro, con sus jóvenes 75 años, lleva más de seis décadas ligado a la colombofilia, su gran pasión que motoriza desde su palomar "Don Orlando", en calle Carlos Pellegrini 964, una actividad deportiva que practica desde chico, como también lo hizo con el fútbol.
Junto con Hugo Martelli, Tomás Montull y algún "palomero" más, Ferro es uno de los colombófilos que se mantiene vigente, siguiendo con la crianza y el adoctrinamiento de las "buchonas" y compitiendo en los campeonatos anuales que organiza "La Paloma Mensajera" de Junín. Esta institución tiene como socio desde el año 1959 al "Cabezón", quien durante muchos años se desempeñó en nuestra ciudad como taxista, ganándose el cariño y respeto de los usuarios de ese servicio, que continúan sus dos hijos varones, en la parada de calle Winter casi avenida Rivadavia, frente a la terminal de colectivos local.
Unido en matrimonio con María Rosa Crauzas desde hace 54 años, Carlos tiene cuatro hijos, Claudia, Anabella, Adrián y Fernando; siete nietos (Adriana, Alejandra, Yamila, Marwan, Andrés, Tomás y Fernando) y dos bisnietos, Valentino y Belino. Al ser entrevistado por Democracia, comenzó expresando:
"Nací en Junín y me crie en el barrio Villa Ortega. Desde chico, hice muchísimos amigos y nombrar a alguno de ellos sería quedar mal con otros. Mis deportes preferidos son las palomas y el fútbol. Jugué en el Club Ambos Mundos en todas las divisiones, inclusive en la Primera división de fútbol del tricolor. A las colombófilas las tengo en mí desde la cuna, siempre tuve palomas, desde chico. Recuerdo que me llevó a la Sociedad Colombófila `La Paloma Mensajera´ el `Pelado´ Rivarola y me hice socio en el año 1959. Desde ese momento hasta el día de hoy nunca las abandoné, son mi pasión. Me acuerdo que en la primera suelta que corrí mande al punto de largada a tres palomas y la primera vino de vuelta a los dos años", comentó sonriendo.
En cuanto a las aves que siempre ha cuidado y preparado, dijo: "Un promedio de 60 o 70 palomas y últimamente tengo alrededor de 150. Mi mejor ejemplar fue una hembrita, a la que llamaba `Víbora´ y me dio muchas satisfacciones. Hay que tener en cuenta que la base de la alimentación para las aves es maíz, trigo candeal y girasol. Las palomas son como los atletas, hay que entrenarlas al menos una hora por día, hasta que adquieren un estado óptimo para competir".
Cómo se alistan y cómo son las competencias
Continuando con sus explicaciones en relación con el desarrollo de una suelta y carrera, Ferro expresó:
"A las palomas las llevan al lugar de suelta unos camiones especiales, que llevan 5.000 aves cada uno. En esos transportes, las trasladan hasta el punto de partida, que puede ser a 300, 400 y hasta mil kilómetros de Junín. A una mensajera, ya a los ocho días de nacer se le pone el anillo de identidad, que llevará toda su vida. En cada suelta se hace una planilla general, en la que consta el número de cada paloma y a su lado lleva un cartón, con un anillo de goma que se coloca en la otra pata con el número cuando llega a su palomar. Ahí se le saca el anillo de goma, se coloca en un reloj especial que tiene cada `palomero´, se gira una palanca y adentro marca la hora, minutos y segundos que cada ave llegó. Cuando termina la suelta se abren los relojes y se colocan en una computadora, que determina quiénes son los ganadores de cada punto de suelta y quiénes también entran entre los premiados, los que reciben puntos para la general".
Consultado seguidamente sobre cómo influyó la pandemia que generó el coronavirus en la actividad colombófila, el entrevistado comentó:"Nos afectó mucho, como todo el mundo, por ejemplo, las carreras que empezaban en el mes de mayo recién arrancaron en octubre". Al momento de recordar las mejores actuaciones de sus pupilas, el "Cabezón" dijo: "He ganado en todos estos años muchas carreras, por ejemplo, Federales de pichones, líneas de adultas y de pichones y premios especiales, aunque nunca pude ser campeón. Hace 62 años que tengo mi palomar, por el gran amor que les tengo a las palomas".
Grandes campeones
Recordó luego: "Entre los muchísimos amigos que fui haciendo, recuerdo de chico haber visto a Américo Julián, quien para nosotros, los pibes, era como Maradona en el fútbol. Hubo grandes `palomeros´ en tantos años, grandes campeones como el propio Américo Julián y Hugo Martelli. Hoy en día también hay muchos buenos y un gran campeón es sin dudas Daniel Cepeda".
Finalmente, a la hora de los agradecimientos, Carlos Emilio Ferro ponderó: "A mi familia, que me apoyó y aguantó siempre, lo cual agradezco. También a muchos amigos, que conozco de toda la vida, algunos lamentablemente ya no están, tengo muchos colombófilos amigos en la zona, en Chacabuco, Lincoln, Ascensión, a varios de los cuales conozco desde hace más de 50 años.También quiero decir que la colombofilia es un deporte sano y noble, que pueden practicar los chicos y, con eso, están mucho tiempo más en casa, con la familia", completó Carlos Ferro.
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