Fue deportista, docente, empresario y ferroviario, pero fue antes un hombre auténtico y agudo, sin demasiados tapujos para lanzar enunciados tan graves como su voz. A Eridé Luis Rinaldi, quien falleció el martes pasado a los 87 años, de un paro cardíaco, se lo recordará de muchas maneras, pero especialmente por su inteligencia, capacidad y transparencia. Y, también, como un hombre lúcido y comprometido con sus ideas.
De raíces ferroviarias, “El Patón” (como cariñosamente le llamaban sus amigos más cercanos), tuvo una carrera ascendente en los talleres locales del Ferrocarril San Martín, hasta llegar a ocupar la máxima jefatura, cargo que desempeñó entre 1985 y 1988, para luego ser reemplazado por uno de sus más entrañables discípulos: Juan Dall´Occhio. Le tocó ejercer el puesto en una época complicada, cuando ya empezaba a vislumbrarse la caída del sistema. Entre otros males, por la falta de insumos para la modernización de la empresa, de acuerdo a los nuevos tiempos, lo que hizo eclosión finalmente durante el gobierno de Carlos Menem. No obstante, Rinaldi y sus colaboradores no bajaron los brazos. Por el contrario, lucharon para que el trabajo de muchas generaciones de juninenses siguiera en pie. Lamentablemente, la cruda realidad (que dependía de otros) fue mayor que los sueños.
Cuando en 1986 los talleres cumplieron su centenario de vida, Rinaldi tuvo participación activa en todos los actos que se celebraron en nuestra ciudad, con la visita de altos funcionarios del riel y del país, incluyendo al intendente de entonces, Abel Miguel. Para ese trascendente acontecimiento, el cuerpo orgánico de la planta se complementaba con estos luchadores: Juan Ángel Dall´Occhio (Jefe Programación y Producción), Beltrán Dufour (Jefe Producción), Juan Behety (Jefe de Reparaciones), Rubén Biaggiotti (Jefe de Aprovisionamiento), Hugo Moreno (Jefe de Programación), Omar Calderoni (Jefe de Mantenimiento y Servicio Auxiliar), Antonio Cengia (Ayudante de Producción de Coches), Rubén Bannon (Ayudante de Coches Motores), Jorge Pérez Espejo (Ayudante de Fabricaciones) y Reynaldo Angelucci (Jefe de Despacho).
Paralelamente a su tarea ferroviaria, durante muchísimos años ejerció la docencia superior en la Escuela de Educación Técnica Nº 1 “Antonio Bermejo”. Allí también influyó en la formación de centenares de jóvenes, siempre con un indudable dominio de grupo en la transferencia de conocimientos, marcando rasgos de seriedad y disciplina.
El deporte no le fue ajeno. Junto a sus amigos Omar Garzillo y Wilfredo Legnazzi fundaron la entidad “Regularistas Unidos de Junín”, que tuvo un singular auge décadas atrás, con la organización de distintas competencias, tanto en el plano local como en el regional. Juntos o bien con otros pilotos, se adjudicaron un sin números de competencias.
Tuvo un corto período empresarial gastronómico, acompañando a sus amigos Pedro Mendiburu y Nicolás Marotta (otros dos destacados ex Jefes de Talleres Junín), en un proyecto que se llamó “La Votre Maisón”, restaurante que estaba ubicado en la avenida Arias 272, donde hoy funciona "Tancredo Luna".
Aunque con los achaques propios de su edad, seguía siendo un hombre de empuje joven. Tenía mucha vitalidad, capacidad de trabajo, grandes ideas y una atractiva forma de tratar con amigos. Nunca dejó de amar al ferrocarril, un romance que lo acompañó siempre. Quizá esa sea la arista que mejor le satisfacía.
Si bien Eridé Rinaldi residía desde hace muchos años en la ciudad capital de San Luis, su deceso se produjo en Junín, lugar caro a sus sentimientos, el que visitaba con asiduidad. Sus restos fueron sepultados ayer en el cementerio puntano.
FUE DEPORTISTA, DOCENTE Y EMPRESARIO
Dolor por la muerte de Eridé Luis Rinaldi
Con sus amigos Omar Garzillo y Wilfredo Legnazzi fundaron la entidad “Regularistas Unidos de Junín”, entidad que tuvo auge años atrás.
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