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Premiados en el “Peoncito” 2018, torneo creado hace 25 años por el profesor Celso Rissolo y que volvió a mostrar su plena vigencia en esta edición.
LA 25º EDICIÓN DEL “PEONCITO” DE AJEDREZ

Tributo a la inteligencia y la constancia

“Este fin de semana, empezó y terminó el 25° Encuentro Internacional de Escuelas Infantiles de Ajedrez, popularizado como ´Peoncito´, uno de los eventos culturales de Junín con tradición más extensa. Todas las ediciones, incluyendo esta, fueron imaginadas y llevadas a cabo por Celso Rissolo, y sus éxitos están a la vista por su masividad y su continuidad.
Sin embargo, hay logros más profundos que sólo quienes vienen participando del evento pueden describir. 
Se trata ya de varias generaciones de niños y jóvenes de entre 6 y 22 años que se vuelcan con entusiasmo al ajedrez, una disciplina que tiene sus propias  olimpíadas y que abarca cuestiones ligadas tanto al deporte como al pensamiento táctico y estratégico y el desarrollo integral de la inteligencia.
Pero después de 25 años, también se puede hablar de un aporte en apariencia invisible de este evento –no es un aporte que pueda ser apreciado por la velocidad de la época-, y es la formación de los niños y jóvenes en el arte de la paciencia.
Si bien ´Peoncito´ tiene logros propios con reconocimiento de instituciones y apoyos individuales de prestigio mundial (desde el campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov, pasando por el Ministerio de Educación de la Nación y el Concejo Deliberante de Junín), su razón de ser consiste en tejer redes de relaciones entre personas, familias y generaciones que han encontrado en lo que las enciclopedias llaman ´el juego entre dos personas´, la representación de un mundo en el que se presentan problemas y soluciones, salidas inesperadas, triunfos, tablas y la saludable experiencia de la derrota.
En un momento de la historia y sus progresos tecnológicos en el que el vértigo es la experiencia más ordinaria en todos los niveles, ´Peoncito´ le hace un lugar a la pausa y les propone a los niños y los jóvenes la experiencia contraria, que tiende a perderse: Detener el mundo para mover una pieza”. 

(*) Escritor y periodista 

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