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RUGBY

“Jaguares tiene jugadores de la elite mundial”

Es probable que Scott Robertson no vaya a ser recordado en Nueva Zelanda por su desempeño dentro de un campo de rugby. En la tierra donde reina este deporte, el All Black número 974 disputó 23 partidos en un lapso de 4 años para los hombres de negro. Según el sitio web oficial de los All Blacks, “Robertson fue un talentoso tercera línea que entre fines de los 90 y principios de 2000 estuvo entre los mejores de su puesto aunque nunca logró ganarse un lugar definitivo como internacional”.
Debutó en su seleccionado en 1998 con 23 años, y entre sus cuatro tries figura uno que a esta altura seguramente pase desapercibido en su país, pero que privó a la Argentina de lograr, dejando de lado los Mundiales, quizás el mayor triunfo de su historia. El 1 de diciembre de 2001, en el Monumental, los Pumas querían tomarse revancha de la derrota por 67-19, que había ocurrido unos meses antes en Christchurch.
Se jugaba ya el tiempo de descuento y el combinado nacional iba ganando 20-17 gracias a dos tries de Lisandro Arbizu, convertidos por Felipe Contepomi, y dos penales del hombre de Newman. Pero un mal despeje del 10 permitió un letal contraataque liderado por Andrew Mehrtens, quien tomó la pelota cerca del lateral derecho. Este abrió para el fullback Ben Blair, quien se cortó por el centro y habilitó a Robertson, que se zambulló en la parte izquierda del in-goal. Mehrtens, con su conversión, decretó el 24-20 final para los de negro.
“Todo volvió a mi memoria la otra noche cuando fui a la cancha de River para ver el partido de Copa Libertadores, fue muy emocionante”, cuenta Robertson en la puerta del vestuario de Crusaders, equipo campeón del Súper Rugby y a quien él dirige, luego de su victoria frente a Jaguares por 40-14. “Recuerdo haber marcado en la esquina, sabía que Maradona estaba allí mirando. Los Pumas habían hecho un magnífico partido esa noche y para nosotros fue un gran llamado de atención”, agrega el hombre de 1,90 metro.

-¿Qué más recuerda?
-Que fue un gran alivio para nosotros. Yo había jugado 37 partidos ese año y terminarlo ganando así fue increíble, al igual que el festejo que tuvimos después en Buenos Aires (risas).

-¿Qué análisis hace del partido contra Jaguares y de su regreso a Buenos Aires?
-Hubo un par de momentos clave que ganamos nosotros, pero que si los hubieran ganado ellos seguramente habrían cambiado las cosas. Sobre mi regreso acá, me sorprendió la pasión con la que el público alentó.

-¿Cómo observó a Jaguares? ¿Piensa que tienen futuro dentro de la competencia?
-Creo que hay una gran pasión por el rugby en la Argentina y para poder inspirar a la gente necesitan tener un equipo profesional. Jaguares tiene algunos jugadores increíbles que forman parte de la elite mundial, como Pablo Matera y Agustín Creevy.

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