TOUR DE FRANCIA

Stephen Cummings ganó la séptima etapa

Fuerza, veteranía y ambición fueron las armas del británico Steve Cummings (Dimension Data) para conquistar la séptima etapa, primera en los Pirineos, del Tour de Francia, disputada ayer entre L'Isle-Jourdain y Lago de Payolle, de 162,5 kilómetros, en la que el belga Greg Van Avermaet (BMC) retuvo la camiseta amarilla de líder de la general y los favoritos entraron al mismo tiempo el día que se vino abajo la pancarta de último kilómetro.
Cummings, de 35 años, ganó hace un año en Mende y volvió a levantar los brazos a su estilo, con un ataque lejano, esta vez en el ascenso al Aspin, que le puso en meta tras cubrir el trayecto en 3 horas 51 minutos 58 segundos.
La cuarta victoria de su equipo, la cuarta británica, que se une al triplete de Cavendish. El ciclista de la escuadra sudafricana, el más fuerte de la escapada del día, entró junto al Lago de Payolle con 1,05 minutos de adelanto sobre el español Dani Navarro y el sudafricano Daryl Impey, y 2,14 sobre el italiano Vincenzo Nibali.
Greg Van Avermaet tomó la fuga y defendió con uñas y dientes el maillot amarillo. Llegó a 3 minutos y saldrá de líder en la segunda etapa pirenaica. Los favoritos firmaron la tregua contra el viento y el calor. Subieron juntos el Aspin y llegaron a meta a ritmo de paseo tras un pintoresco incidente.
El arco que indica el último kilómetro se vino abajo al paso de los ciclistas. Por suerte, esa pancarta de material inflable no tiene gran peso y no hubo que lamentar heridas de consideración. Tras el parón todo el grupo estuvo junto hasta la meta. "Ha sido increíble", resumió Contador.
Tampoco sufrió daños la general. Avermaet aventaja en 6,36 minutos al francés Julian Alaphilippe (Etixx) y en 6,38 a Alejandro Valverde (Movistar). Chris Froome, Nairo Quintana y Fabio Aru siguen a 6,42 y Contador a 1,21 minutos de sus rivales directos.
El esperado estreno del tríptico pirenaico ofrecía un recorrido ondulado, sin grandes dificultades hasta el Aspin, el primer puerto de primera de la presente edición, con la cima a 7 kilómetros de la inédita meta del Lago de Payolle.
Un primer examen, en teoría, para los favoritos, que quedó en un simple aperitivo que recordarán por el episodio del arco, no por la batalla en la carretera. La fuga del día fue multitudinaria. Nada menos que 29 corredores en una expedición que también incluía al maillot amarillo Van Avermaet y al italiano Vincenzo Nibali.
La presencia del "Tiburón" incomodó a los equipos Sky y Movistar, quienes no se fiaban del siciliano a pesar de estar alejado en la general en 14 minutos. Ambos equipos asumieron el gasto de la caza poniendo al frente a sus respectivas locomotoras. La ventaja del numeroso grupo fue cayendo hasta los 4 minutos, momento en que Cummings salió del grupo con Dani Navarro, Duchesne (Direct) y Breschel (Cannondale).
Con Nibali bajo control, el grupo de favoritos subió a ritmo los 12 kilómetros del Aspin (1a). Como si de un pacto se tratara, nadie atacó. Fuerzas que quedaron para la próxima cita, que ya será "palabras mayores", como dijo Contador, que salvó el día mientras se van curando sus heridas. Quien sí atacó, y mucho, fue Cummings.
El británico salió disparado en las primeras pendientes del Aspin y no se le volvió a ver el dorsal. Fue abriendo diferencias sobre todos los rivales. Coronó el puerto con un minuto de ventaja y se lanzó en el descenso imparable hacia la victoria.

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