FISICOCULTURIMO
Jimena Pierre: Con pasaporte al Campeonato Argentino
Hace doce años que está en el gimnasio el club San Martín, encontró lo que le gusta hacer y compite por el país.
“Nací en el barrio San Cayetano. Fui a la escuela dieciocho, aunque por distintas razones pasé por otros establecimientos educacionales.
No practicaba ningún deporte de chica. Es más hasta me llevé educación física en el secundario.
Sí iba a ballet clásico porque me gustaba. Éramos un grupo de diez o quince chicas que nos reuníamos dos veces por semana en un gimnasio de nuestra ciudad.
Después mi infancia fue tranquila, había un grupo de compañeras que nos juntábamos en casa todos los días porque mi vieja trabajaba y yo estaba con mis hermanas.
A los dieciséis años entré por primera vez a un gimnasio por prescripción médica. Fue por un problema de espina bífida que el facultativo me recomendó aumentar la masa muscular para reducir el dolor lumbar.
En el gimnasio comencé a ver el cambio en mi salud. Se me fueron los dolores de cintura, de rodilla y los cambios físicos fueron notables.
Me enamoré de lo que estaba haciendo. Fue como que di en la tecla con lo que me gustaba hacer y de ahí en más comencé los entrenamientos activos.
Hasta pasé los dos embarazos en el gimnasio porque nunca abandoné lo que estaba haciendo.
Antes de tener a mi primer hijo (Laurentino, 7 años) hice el curso de musculación y me recibí de instructora.
Lleva mucho tiempo y dinero. Tenía que aprender cosas que no sabía, como caminar con tacos, maquillarme, hacer poses arriba de un escenario.
Cambia la alimentación. La dieta se vuelve un estilo de vida. Por ejemplo no ingiero lo que una persona normal hace.
Como avena todos los días, con suplementación de proteínas y arroz integral. Elimino los hidatros de carbono, no como sal, azúcar, grasas, golosinas, que son los elementos nocivos para el cuerpo , ayudan a la acumulación de grasas y eliminan la definición muscular.
Ahora cuando no estoy en un período de competencias tengo algunas licencias, pero sigo con una dieta sana. Consumo pollo, pescados, carne, legumbres, frutas y algunas verduras.
No tengo tope en cuanto a la cantidad, pero hay que tener una idea de lo que es una ración de comida. Una pata muslo, media pechuga, pero nunca un pollo entero.
No paso hambre. Como seis veces al día. Tengo mis colaciones de desayuno, la comida pre entrenamiento y la post entrenamiento. Luego almuerzo, merienda y cena.
La dieta pre competencia es demasiado ajustada. Como tres latas de atún por día para que el cuerpo pierda el resto de grasa que pueda tener. El atún con el agua se vuelve diurético y se pierde el líquido que normalmente queda entre la piel y el músculo. Para subir al escenario necesitás no tener exceso de líquidos para que la piel se “pegue” al músculo y se puedan apreciar muy bien los cortes de la musculatura.
Los entrenamientos son mucho más exigentes en el período de competencia. Entreno fierros dos veces por semana y el resto del tiempo lo consumo en practicar las poses, pasadas, etc.
El entrenamiento consiste en cuarenta minutos de fuerza, trabajar pesado. Si uno se pone con un barrita de dos kilogramos nunca va a ver un cambio en nada.
Hay que lograr un equilibrio. Yo cargo sesenta kilogramos en sentadillas, treinta kilos para pectorales, siete kilos y medio para bíceps. Pero esto ya con doce años de gimnasio y por la competencia misma que estoy haciendo. Siempre está Jorge (Echeverría) que es mi entrenador detrás de cada movimiento supervisando todo. Esto no se puede hacer sin el acompañamiento de un profesional, hay que tener cuidado.
La competencia
El gimnasio del club San Martín pertenece a una Federación, la FAM (Federación Argentina de Musculación). Esta es la misma que Arnold Schwarzeneger regentea en Estados Unidos de América. Él fue el fundador de esta Federación.
En nuestro país está a cargo de Marilina y Ernesto Pastelnik, éste último es el presidente.
Nosotros siempre fuimos a los torneos, a pesar que no participábamos de ellos.
Cada una de las competencias llevan un montón de atletas en distintas categorías. Cada categoría tiene sus condiciones. Están el fisicoculturismo, el fitness y hay nuevas categorías que serían el Wellness y el Bikini Fitness.
Esto último es en lo que yo estoy compitiendo. Mi categoría se divide en dos: la bikini con talla alta que son las chicas de más de 1.60mts. y las de talla baja que son hasta 1.59. Acá compito yo.
Mi categoría prioriza la figura femenina, no demasiado musculada. Un cuerpo con trabajo de gimnasio pero sin llegar a que tenga demasiado volumen muscular.
Se compite con una bikini especial, con tacos especiales y una pintura en el cuerpo para resaltar los cortes de la musculatura.
La pasada por el escenario también tiene sus condiciones. Son cuatro poses, frente, espalda y perfil. Primero se pasa sola y luego con el resto de las competidoras. En caso de haber gran cantidad pasamos de a cinco o seis por tanda.
En el primer torneo que fui éramos veinticuatro atletas femeninas en bikini. Salí sexta. Se realizó en la localidad bonarense de Castelar y se denominó Torneo Apertura.
En el último que participé, en la ciudad de Azul que llevó el nombre homónimo, éramos quince participantes y ocupé la quinta colocación. En este torneo logré clasificar para participar del Torneo Argentino que se realizará en el mes de diciembre en Buenos Aires.
Esto es un incentivo para mi carrera. Me invita a seguir realizando un esfuerzo mayor porque voy a competir con chicas de todo el país y hay extranjeros especialmente invitados. Va a ser un torneo muy importante.
No practicaba ningún deporte de chica. Es más hasta me llevé educación física en el secundario.
Sí iba a ballet clásico porque me gustaba. Éramos un grupo de diez o quince chicas que nos reuníamos dos veces por semana en un gimnasio de nuestra ciudad.
Después mi infancia fue tranquila, había un grupo de compañeras que nos juntábamos en casa todos los días porque mi vieja trabajaba y yo estaba con mis hermanas.
A los dieciséis años entré por primera vez a un gimnasio por prescripción médica. Fue por un problema de espina bífida que el facultativo me recomendó aumentar la masa muscular para reducir el dolor lumbar.
En el gimnasio comencé a ver el cambio en mi salud. Se me fueron los dolores de cintura, de rodilla y los cambios físicos fueron notables.
Me enamoré de lo que estaba haciendo. Fue como que di en la tecla con lo que me gustaba hacer y de ahí en más comencé los entrenamientos activos.
Hasta pasé los dos embarazos en el gimnasio porque nunca abandoné lo que estaba haciendo.
Antes de tener a mi primer hijo (Laurentino, 7 años) hice el curso de musculación y me recibí de instructora.
Lleva mucho tiempo y dinero. Tenía que aprender cosas que no sabía, como caminar con tacos, maquillarme, hacer poses arriba de un escenario.
Cambia la alimentación. La dieta se vuelve un estilo de vida. Por ejemplo no ingiero lo que una persona normal hace.
Como avena todos los días, con suplementación de proteínas y arroz integral. Elimino los hidatros de carbono, no como sal, azúcar, grasas, golosinas, que son los elementos nocivos para el cuerpo , ayudan a la acumulación de grasas y eliminan la definición muscular.
Ahora cuando no estoy en un período de competencias tengo algunas licencias, pero sigo con una dieta sana. Consumo pollo, pescados, carne, legumbres, frutas y algunas verduras.
No tengo tope en cuanto a la cantidad, pero hay que tener una idea de lo que es una ración de comida. Una pata muslo, media pechuga, pero nunca un pollo entero.
No paso hambre. Como seis veces al día. Tengo mis colaciones de desayuno, la comida pre entrenamiento y la post entrenamiento. Luego almuerzo, merienda y cena.
La dieta pre competencia es demasiado ajustada. Como tres latas de atún por día para que el cuerpo pierda el resto de grasa que pueda tener. El atún con el agua se vuelve diurético y se pierde el líquido que normalmente queda entre la piel y el músculo. Para subir al escenario necesitás no tener exceso de líquidos para que la piel se “pegue” al músculo y se puedan apreciar muy bien los cortes de la musculatura.
Los entrenamientos son mucho más exigentes en el período de competencia. Entreno fierros dos veces por semana y el resto del tiempo lo consumo en practicar las poses, pasadas, etc.
El entrenamiento consiste en cuarenta minutos de fuerza, trabajar pesado. Si uno se pone con un barrita de dos kilogramos nunca va a ver un cambio en nada.
Hay que lograr un equilibrio. Yo cargo sesenta kilogramos en sentadillas, treinta kilos para pectorales, siete kilos y medio para bíceps. Pero esto ya con doce años de gimnasio y por la competencia misma que estoy haciendo. Siempre está Jorge (Echeverría) que es mi entrenador detrás de cada movimiento supervisando todo. Esto no se puede hacer sin el acompañamiento de un profesional, hay que tener cuidado.
La competencia
El gimnasio del club San Martín pertenece a una Federación, la FAM (Federación Argentina de Musculación). Esta es la misma que Arnold Schwarzeneger regentea en Estados Unidos de América. Él fue el fundador de esta Federación.
En nuestro país está a cargo de Marilina y Ernesto Pastelnik, éste último es el presidente.
Nosotros siempre fuimos a los torneos, a pesar que no participábamos de ellos.
Cada una de las competencias llevan un montón de atletas en distintas categorías. Cada categoría tiene sus condiciones. Están el fisicoculturismo, el fitness y hay nuevas categorías que serían el Wellness y el Bikini Fitness.
Esto último es en lo que yo estoy compitiendo. Mi categoría se divide en dos: la bikini con talla alta que son las chicas de más de 1.60mts. y las de talla baja que son hasta 1.59. Acá compito yo.
Mi categoría prioriza la figura femenina, no demasiado musculada. Un cuerpo con trabajo de gimnasio pero sin llegar a que tenga demasiado volumen muscular.
Se compite con una bikini especial, con tacos especiales y una pintura en el cuerpo para resaltar los cortes de la musculatura.
La pasada por el escenario también tiene sus condiciones. Son cuatro poses, frente, espalda y perfil. Primero se pasa sola y luego con el resto de las competidoras. En caso de haber gran cantidad pasamos de a cinco o seis por tanda.
En el primer torneo que fui éramos veinticuatro atletas femeninas en bikini. Salí sexta. Se realizó en la localidad bonarense de Castelar y se denominó Torneo Apertura.
En el último que participé, en la ciudad de Azul que llevó el nombre homónimo, éramos quince participantes y ocupé la quinta colocación. En este torneo logré clasificar para participar del Torneo Argentino que se realizará en el mes de diciembre en Buenos Aires.
Esto es un incentivo para mi carrera. Me invita a seguir realizando un esfuerzo mayor porque voy a competir con chicas de todo el país y hay extranjeros especialmente invitados. Va a ser un torneo muy importante.