Oscar Alberto Ortiz: “El Negro”
FÚTBOL

Oscar Alberto Ortiz: “El Negro”

Juninense por adopción y jugador de BAP, integró la selección campeona del mundo en 1978. Múltiple campeón con San Lorenzo de Almagro, River Plate e Independiente. Jugó en el Gremio de Brasil.

Nací en Chacabuco. A los 8 años me vine con la familia a Junín. Nos radicamos en el Carpincho, en el predio del Club de Cazadores.

Hice la primaria al lado del Boliche Amarillo, si mal no recuerdo la escuela era la número 17 en ese entonces.

Empecé a jugar en BAP y a los 14 años ya había debutado en Primera. En realidad yo fui a ver un partido del Torneo Nocturno y faltaba uno. Me llamaron y terminé jugando contra Ambos Mundos. Hice la jugada del primer gol y otro gol. Ganamos dos a uno.

El problema fue al otro día, que mi vieja leyó el diario y vio que yo me había escapado. Me dio un par de "bifes" correctivos. Después se le pasó y me dijo: “Te felicito”.

Fue todo muy rápido lo mío. Un año no jugué porque estuve enfermo.

De ahí en más vinieron cinco o seis dirigentes de clubes de Buenos Aires a buscarme. A todos les dije que no. Primero a uno de Estudiantes de La Plata, luego otro de Atlanta. Yo me negaba a ir a jugar a Buenos Aires.

Yo quería jugar a la pelota, nada de fútbol profesional.

El papá de uno de los chicos que jugaba en la tercera de San Lorenzo fue más inteligente y no habló conmigo porque sabía que le iba a decir que no. Habló directamente con mi vieja.

Y mi vieja me agarró un sábado a la tarde, que yo volvía de jugar, y me dijo: “Dicen que jugás bien, ¿por qué no vas a hacer una prueba a Buenos Aires?”.

Eso fue un sábado a la tarde. El lunes estaba arriba del tren. Me fui a Buenos Aires a probarme en San Lorenzo. No me dejaron volver más. A los 17 jugué en la Primera de Boedo.

Debuté con Irusta, Rezza, Telch, el sapo Villar, el Lobo Fischer, que tenían como diez años más que yo.
Lo que pasó es que yo estaba en la Tercera y jugaba de diez, no era once. Entonces el vicepresidente de San Lorenzo le dice a un técnico: “Andá a ver un Negrito que juega de diez en la Tercera”. Hice tres goles ese fin de semana contra Boca Juniors. 

Y el martes ya estaba entrenando con la Primera en el viejo Gasómetro de Avenida La Plata. El sábado ya había debutado. Salí tres veces campeón con San Lorenzo de Almagro.

Me compró el pase Gremio de Porto Alegre. Me fue bien, pero los que estaban afuera del país no podían jugar en la selección.

Un poco de fuerza hice para volver a la Argentina. Y me compró River Plate. Salí cuatro veces campeón con los Millonarios.

Me fui a Independiente y salí campeón también. Dejé de jugar joven, a los 29 años.

Cuando fui a Gremio ya estaba en la selección, por eso después estuve en el plantel de 1978 cuando salimos por primera vez campeones del mundo.

Yo lo tomé con normalidad. Para mí ser campeón del mundo es algo maravilloso. Pero si tengo que elegir entre los tres títulos del mundo que logró la Argentina, el mejor fue el último que se ganó.

Muchas veces se habla del sacrificio de los jugadores. Y yo no lo veo así.

Sacrificio hace el que se levanta todos los días a las cinco de la mañana para ir a laburar y vuelve a su casa a las diez de la noche.

El futbolista hace lo que le gusta y además le pagan por hacerlo. Es muy difícil entender cuando algunos dicen “sacrificio”.

Cambió mucho el fútbol. Hoy de los noventa minutos se juegan netos cincuenta. Se pegan, se empujan, protestan. Dijeron que iban a ser los capitanes los que hablarían solamente con el árbitro y vas a la cancha y son como veinte los que se le van encima.

Yo no veo fútbol. Algunas veces miro los goles, pero no pierdo el tiempo mirando un partido completo.

A la selección, sí, la veo siempre. Pero uno vivió otro fútbol, lo siente de otra manera. No es que esté en contra de este fútbol, es lo que hay.

Jugadores hay. Lo que pasa es que los que tienen condiciones a los quince u dieciocho años se van afuera. Creo que hay que trabajar más en las inferiores para que haya valores, que puedan jugar hasta los veinte por lo menos acá.

No hay jugadores que gambeteen. Falta el diez clásico que hacía la gambeta, el volante por derecha. Generalmente en un equipo había, por lo menos, cuatro jugadores que gambeteaban.

¿Messi o Maradona? Para mí, Messi. Tiene todas las condiciones. Es un asistente terrible, hace hacer un montón de goles. Y él los hace también. Tiene muchos récords, con la selección también.

No desmerezco a Maradona, los dos son grandísimos jugadores.

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