Iker Muniain ya está en la Argentina y podría decirse que su arribo al Aeropuerto Internacional de Ezeiza fue tumultuosa en cuanto a la cantidad de periodistas que lo aguardaban para tener su testimonio.
Sin embargo, el vasco que tiene prácticamente todo cerrado con San Lorenzo fue escueto en sus expresiones: "Va todo muy bien, vamos a ver si se puede dar. Estoy muy feliz de estar de vuelta aquí, estoy ilusionado, muy contento", dijo entre el enjambre de micrófonos. Un detalle que no pasó inadvertido es que llevaba una campera con vivos azules y rojos, clara alusión a los colores que vestirá dentro de poco.
Ayer por la tarde se realizó la revisión médica y si todo marcha bien, firmará un vínculo por un año y medio, hasta diciembre de 2025, con cláusulas semestrales de rescisión si por algún motivo debe producirse su salida prematura.
El volante ofensivo de 31 años no tiene rodaje desde mayo, cuando se despidió de Athletic Club de Bilbao, el club en el que se convirtió en símbolo. Después de coquetear con River, del que se declaró hincha fanático, su intención de jugar en el fútbol argentino podrá cumplirse en el Ciclón.
Lo único que resta resolver es algo ajeno a San Lorenzo: consiste en arreglar con los bancos la manera en que el vasco podrá hacer la transferencia de divisas hacia el exterior, dadas las restricciones de la economía argentina.
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