El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, recorrió el campo de juego del estadio Hard Rock Stadium, en Miami, donde se disputará hoy la final de la Copa América entre Argentina y Colombia, para verificar su estado antes del encuentro definitivo de la competición.
Vestido con ropa deportiva negra, Domínguez llevaba una botella de agua en una mano y su teléfono celular en la otra, mientras inspeccionaba minuciosamente el estado del césped, un día después de la conferencia de prensa de Marcelo Bielsa.
El entrenador de Uruguay había expresado duras críticas hacia la organización del torneo, en particular sobre el estado de las canchas.
El gesto de Domínguez no fue fortuito. El presidente de la Conmebol quería demostrar la buena condición del campo de juego y, de paso, enviar un mensaje a quienes habían puesto en duda la eficiencia de la organización.
Al grabar el césped con su celular y hasta jugar un poco con una pelota, Domínguez buscaba desmentir las acusaciones de Bielsa y reafirmar la calidad de las instalaciones para la gran final.
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