Los escándalos por apuestas deportivas, principalmente en el fútbol, parecen estar de moda, pero la verdad es que esto no es nuevo, aunque ahora está haciendo peligrar el futuro del Osasuna y también el de ni más ni menos que el Barcelona.
Los casos vienen de arrastre y pueden traer cola en la actualidad. Eso es lo que le ocurre al Osasuna, club de la primera división del fútbol español, que ahora ve peligrar su participación en un torneo internacional por una investigación de arreglo de partidos de hace casi diez años.
Pero lo que más preocupa a los fanáticos del fútbol es que esta investigación podría sentar un duro precedente para uno de los grandes del fútbol español, el Barcelona.
El ex equipo de Lionel Messi podría verse en problemas si se confirma la sanción para el Osasuna, ya que el club catalán tiene abierta una investigación por compra de árbitros. Si el Osasuna no puede jugar una competencia internacional, el Barcelona tampoco.
La UEFA, la casa madre del fútbol europeo, estudia el caso Osasuna y queda en el aire su participación en la próxima Conference League, la tercer copa en importancia del fútbol del Viejo Continente. El rector del fútbol europeo va a analizar la condena a los exdirectivos del club por arreglo de un partido en 2014.
El club de Navarra se defiende aduciendo que fue parte perjudicada y no un partícipe activo del amaño. Quizá sea por estas cosas que la Liga Española tiene actualmente prohibidas las apuestas, al igual que la liga italiana.
Por todo esto, el elenco catalán encendió las alarmas por la apertura del expediente del Osasuna para competir en la Conference League.
La UEFA está analizando las irregularidades y el cumplimiento de la normativa de las competencias internacionales que podría dejar afuera al Rojillo por una sentencia firme del Tribunal Supremo por arreglos de partidos.
Si bien los casos no son exactamente iguales, ya que uno está directamente ligado con las apuestas deportivas y el otro no, ambos tienen grandes similitudes. La principal es que en las dos circunstancias, un club le pagó a un tercero, es decir los árbitros, para obtener el resultado esperado.
La diferencia es que en el caso del Osasuna no era para obtener el triunfo si o si, sino para hacer lo que más le convenía dependiendo de los intereses de las casas de apuestas.
La del Barcelona fue la corrupción más típica, pagar para que el equipo sea beneficiado por los arbitrajes. Justamente en la compra de la voluntad de un tercero es donde radica la culpabilidad.
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