El juninense Otermín con el equipo campeón de Belgrano.
UN CRACK DE RIVER PLATE DE JUNÍN

El recuerdo del talentoso “Ranita” Otermín

Con apenas 15 años, debutó en la Primera de “La Loba” y enseguida se transformó en la gran figura de los aurinegros. Un accidente laboral truncó su camino deportivo futuro, que parecía encaminarse hacia logros impensados. Sin embargo, siguió jugando a gran nivel.

¿Quién se acuerda de Osvaldo Néstor Otermín, más conocido como “El Ranita” ? Seguramente no pocos memoriosos hinchas de nuestro River Plate de Junín, ya que fue un jugador de notables condiciones técnicas, que hubiese llegado a la cima del fútbol nacional, sueño frustrado a raíz de un lamentable accidente laboral. 

Nació en Junín el 2 de enero de 1941 y murió a los 76 años en la ciudad de Santa Rosa (La Pampa) el 10 de marzo de 2017, en breve se cumplirán seis años de su deceso.

Con apenas quince años debutó en la Primera de “La Loba”, mostrando las virtudes de un jugador distinto, diferente, que asombró por su picardía y trato amoroso con el balón.

Fue un enganche exquisito, habilidoso, de buena pegada, con la que llegaba al gol con relativa facilidad. 

Pero dos años después, en 1958, la tragedia se ensañó con él, y por ende con sus familiares, simpatizantes aurinegros y admiradores, al sufrir un percance laboral: mientras trabajaba en una fábrica de colmenas, una máquina cepilladora le llevó su mano derecha hasta la segunda falange. 

Y fueron angustiosos los momentos posteriores, ya que no podían sacarlo de esa fatídica máquina. Eso motivó que posteriormente los médicos decidieran amputarle el brazo hasta abajo del codo.

Luego de su recuperación, siguió jugando a gran nivel, siempre en Primera División. Pero, como es lógico, dando muchas ventajas a sus adversarios. No obstante, se las componía para lucir su calidad, tanto en el mano a mano, como en la habilitación certera a los compañeros mejor ubicados. 

Fue un atrevido aún en las malas y un valiente para poder sortear esa triste adversidad.

Luego, su familia decidió radicarse en Santa Rosa (La Pampa) y “El Rana” (ya no era “El Ranita” para los pampeanos), no podía despegarse de su pasión por el fútbol y se enroló en el Club General Belgrano. 

Precisamente, en materia futbolística, la entidad participó en el desaparecido torneo Argentino "A", tercera categoría del fútbol argentino para clubes indirectamente afiliados. 

En esa división se mantuvo durante seis temporadas, desde la creación del certamen (en la temporada 1995-96) hasta el ciclo 2000-01, cuando cayó en la promoción frente a Estudiantes de Río Cuarto  y descendió al torneo Argentino "B". 

Su mejor desempeño lo obtuvo en 1999/2000, cuando su equipo se clasificó al hexagonal final y compitió por un ascenso a la Primera "B" Nacional. El Club participó en la Copa Argentina 2014/15. 

En primera instancia eliminó a Ferro de Pico por 1 a 0 y en la segunda etapa cayó por penales ante Juventud Unida de San Luis.

Con 27 años, Otermín fue figura excluyente de General Belgrano, que se clasificó campeón de la Liga Cultural de Fútbol en 1978, luego de 25 años de sequía. La institución tricolor (casaca negra, blanca y roja) había dado la vuelta olímpica en 1953. 

Ese ansiado logro interrumpió una seguidilla de once campeonatos consecutivos ganados por All Boys, su clásico rival.

Esto es lo que subrayaba el diario “La Arena” de Santa Rosa, tras la muerte del juninense: 

“A los 76 años, en Santa Rosa, dejó de existir Osvaldo Néstor Otermín, 'El Rana', ex jugador de General Belgrano en la década del '70.  Su juego, el buen trato de pelota, su condición de volante creativo, llamaron la atención de los santarroseños en algún torneo Mayor, y General Belgrano se interesó en sus servicios, al punto que fue invitado a venir a jugar a la capital provincial, y para eso dispuso que Otermín se instalara -junto a su familia- en la casita que la institución tenía en un costado del predio. Eran los tiempos en que la cancha -más grande que la actual- tenía un sentido este-oeste, antes de ser trasladada a su actual ubicación. Pese a que tenía la particularidad de que le faltaba parte de un brazo -a raíz de un accidente ocurrido cuando era muy chico-, sabía suplir con su juego aquella discapacidad. Jugó en planteles que contaban entre otros con "El Sapo" Argañaraz como arquero; Hugo Baudaux, Litterini, Gómez, Orfel Blanc, Moreno, López, "El Indio" Labriola, "El Pato" Maldonado y Boschi Ramírez, entre muchos otros”.

“El Ranita” estaba casado con Leonarda Urban, de cuya unión nacieron sus dos hijas: Nora y Liliana, ambas profesoras de Educación Física. Nora vive actualmente en Mar del Plata y Liliana, en Madrid. 

En tanto, su hermana Martina eligió vivir en Junín, luego de residir muchos años en Mendoza y otros tantos en Tenerife (España).