Carla Parola tiene 27 años y vive en Doha, Qatar, es tripulante de cabina y trabaja para una empresa de aerolíneas qatarí, donde estuvo en dos oportunidades (2019-2020 y 2022).
La juninense dialogó con Democracia sobre cómo se vive en aquel país “la previa” de una nueva edición mundialista.
“Se espera que llegue mucha gente y como es un país muy chico no sé cómo van a manejar ese tema e intuyo que tampoco deben tener la respuesta de cómo manejar tanto flujo de gente” inició.
“Por lo que leí, al principio, iban a dejar entrar a personas solo con tickets. Ahora, salió un comunicado que las personas que tengan tickets van a poder traer otras tres, lo cual me parece positivo”, indicó.
Además, Carla destacó la economía que poseen algunos países árabes.
“Son un país tan cerrado que la gente nunca sabe nada y, hasta el último momento, no se sabe cómo lo van a manejar. Si se espera mucho recambio de gente para el Mundial porque los países vecinos tienen plata y un gran poder adquisitivo, entonces todas las personas y habitantes de esos países no tienen ningún problema en pagar un ticket de avión en el día para ir a ver un partido y volver y hacer lo mismo la semana que viene”, comentó.
“Esto implica que va a haber muchos vuelos diarios por este mismo recambio, así que para nosotros como tripulantes de cabina vamos a estar arriba del avión y dudo que podamos disfrutar mucho del mundial”, admitió.
El nexo entre Junín y Qatar
Parola fue y es una fuente de consultas en los últimos meses por distintas cuestiones que tienen que ver con el alojamiento, hospedaje, entre otras.
“Muchos juninenses que conozco vienen y se contactaron conmigo, más que nada por el tema del transporte. Por ejemplo, me preguntaron cómo ir de Dubai a Doha o si se puede cruzar la frontera en auto. Tengo entendido que no van a permitir que entren autos y los dejarán en la frontera para regular el tráfico porque es un país tan chico que con tanta gente va a estar sobrecargado”, explicó.
“Con el hospedaje le fui de poca ayuda a mis amigos porque los alojamientos están “bloqueados” hasta último momento y todavía no tienen las tarifas para el Mundial, según lo que yo sé. Desde acá no pude colaborar mucho porque tenemos la misma información que ellos”, aclaró.
Entradas
La juninense expresó que hizo el intento por obtener alguna entrada, pero no lo logró.
“Apliqué para las entradas una sola vez y no salí seleccionada a la primera y dejé de intentar, pero lo podría hacer otra vez. En la página de FIFA, te pregunta si sos residente qatarí o no y al ser residente del país eran más altas las posibilidades de quedar seleccionada. Hablé con muchas personas de acá y tampoco tuvieron suerte con las entradas”, detalló.
“Apliqué a todos los partidos de Argentina, octavos de final, cuartos, semifinales y final y no tuve suerte. Igualmente, con mi trabajo hubiera sido en vano adquirir alguna entrada porque la iba a vender”, sostuvo.
La “previa” mundialista
Al ser consultada por cómo se vive la antesala de la Copa del Mundo, Carla hizo una comparación y marcó una diferencia entre Argentina y Qatar.
“Qatar es bastante tranquilo, por no decir demasiado, y manejan otras formas. En Argentina, estarían todos saltando y cantando canciones y acá eso no va a pasar porque no son las formas que maneja este país. Está todo muy cuidado y es muy tranquilo como el estilo musulmán. No creo que se viva una previa del mundial como tal, quizás más adelante o más cercano a la fecha sí”, comentó.
Además, la joven resaltó y notó algunos cambios a la vista tanto en la capital como a nivel nacional.
“Hay un reloj sobre una costanera que cuenta los días, las horas, los minutos y los segundos para que llegue el Mundial. Después, pusieron unos globos en una avenida que representan las diferentes banderas de los países que forman parte del campeonato”, aseguró.
“La aerolínea bandera del país (Qatar Airways) introdujo cambios dentro del avión. Nos cambiaron el pin del uniforme (logotipo del mundial), los audífonos dicen FIFA con otros colores, vienen almohadas con inscripciones”, comunicó.
La vida en Doha
Parola reside allá desde febrero y dio detalles de cómo es el país qatarí, su cultura y su comunidad.
“La vida en Doha es complicada, más que nada para un latino o un europeo que tenemos como ese sentido de la libertad, del “yo hago lo que yo quiero”. Si venís a vivir acá, eso no puede ser así, hay que adaptarse a las reglas de la comunidad. Por ejemplo, hace unos días mis amigas vinieron desde Junín a visitarme y las llevé a recorrer la ciudad, estábamos sentadas al lado del agua y viene un hombre seguridad a decirnos que no podíamos estar ahí y no estábamos haciendo nada, solo estábamos sentadas al lado de unas piedras”, indicó.
“Es un país bastante complicado, también está el tema del clima. En el verano la media es de 40°, igualmente ya se va. Los meses más calurosos son julio y agosto y en el verano yo no salgo de mi casa porque es tanto el calor que no te dan ganas. El invierno ya es más ameno y se puede salir a disfrutar un poco más de la ciudad, hay una mínima de 15° así que es mucho más disfrutable”, definió.
La joven se refirió a las distintas características de la sociedad como el consumo del alcohol, la vestimenta y el respeto por la comunidad.
“No se puede consumir alcohol, salvo que tengas una licencia. Nosotros como tripulantes no la tenemos y la única manera de tomar una cerveza o un trago es ir a un hotel cinco estrellas o un bar y son bastante caros. Por ejemplo, una pinta de cerveza está algo así como 20 USD y tampoco es un buen plan salir a gastarse todo el sueldo en una noche”, destacó.
“Otro tema importante es la vestimenta, pero no porque te vayan a llevar preso, a no ser que salgas en bikini a la calle y ahí si hay una acción legal porque es un país musulmán.
Hay que estar cubierto, no enteramente si sos extranjero y no perteneces a la comunidad musulmana, pero si un mínimo de respeto de cubrirse hombros y rodillas al menos”, afirmó.
“No pasa tanto porque te pueden llevar preso o no, sino por una cuestión se sentirse cómodo porque si salís de short y top alguna persona local te puede llegar a gritar algo o te podes sentir muy incómodo porque te vas a llevar todas las miradas de desprecio o incluso de los hombres, de si te puedo poseer porque estás vestida de tal manera. Hay que tener un poco de noción del país en el que estás y un poco de respeto por la cultura local”, continuó.
Su trabajo en Doha
La joven es tripulante de cabina y contó cómo llegó a las filas de la aerolínea qatarí en dos ocasiones.
“En 2019 apliqué para trabajar en Qatar Always y quedé. Me vine en julio de 2019 y estuve hasta septiembre de 2020. Me agarró la pandemia en el medio y dejé de volar. Desde marzo hasta julio, tuve un vuelo por mes por el Covid-19. No me pude volver a Argentina porque no había vuelos de repatriación, había que ir a pelear a que nos manden uno”, explicó.
“Logré que me pongan en un vuelo a fines de septiembre, volví a Argentina, estuve unos meses sufriendo y viendo qué hacer con mi vida. Me fui unos meses a Alemania, estuve 5 meses hasta que me llamaron de Qatar para volver a trabajar y decidí regresar”, reveló.
Datos curiosos
Carla aportó información de Qatar desde su experiencia en aquel país y resaltó, entre otras cuestiones, la diversidad de personas.
“Qatar es un país chico, tiene una población de 13 millones de habitantes de los cuales 2 millones se encuentran en la capital (Doha). El 20% de la población es local, lo que implica que el otro 80% es extranjero. Hay personas de todos los países del mundo, es una ciudad muy cosmopolita. Se ven africanos, europeos, asiáticos, latinoamericanos”, destacó.
“El idioma principal es el inglés debido a que la población en su mayoría es extranjera, pero también se habla en árabe y en los locales se habla mucho en ese idioma. También, me llamó bastante la atención que el 25% de los habitantes está conformado por mujeres y los hombres ocupan el 75% restante”, concluyó.
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