Sarmiento fue superior ayer ante un discreto Gimnasia y Esgrima de La Plata, pero no pudo romper el cero y debió conformarse con un punto, por la fecha 16 del Torneo de la Liga Profesional.
Lejos de lo que había pronosticado el entrenador del Lobo, Néstor "Pipo" Gorosito, quien en la previa del encuentro había asegurado que el Verde saldría a la cancha a "hacer tiempo" y "esconder la pelota" para neutralizar el juego del escolta del campeonato, en los hechos se dio todo lo contrario: los dirigidos por Israel Damonte fueron quienes asumieron el protagonismo del duelo y hasta consiguieron anotar un gol, al promediar el segundo tiempo, a través de Luciano Gondou, pero fue anulado por el árbitro Pablo Echavarría, luego del llamado de la revisión del VAR.
Desde el arranque, Sarmiento salió a doblegar a su adversario y tuvo la primera clara con un desborde de Gondou por derecha y un centro con su pierna menos hábil, que terminó en las manos del arquero Rodrigo Rey.
El primer avance de Gimnasia llegó pasados los 10 minutos, con un centro del volante uruguayo Brahian Alemán y un cabezazo de Franco Soldano, sin marca, que se fue desviado. A partir de allí, comenzó a crecer el juego del Verde, a través del mediocampista David Gallardo por el costado izquierdo, una apuesta de Damonte que resultó con balance positivo en el trámite, pero sin beneficios en el marcador.
Hacia los 20, recuperó por izquierda el lateral Jean Rosso, quien dejó el pase a Guido Mainero, pero el volante cordobés, otra vez en deuda en su rendimiento, remató afuera.
A los 32, otra vez avisó el Verde: centro de Lucas Castro desde la zona central del ataque, puños de Rey para rechazar hacia afuera y Lisandro López, que llegaba de atrás, intentó colocarla por arriba, por arriba del arquero, que había quedado fuera de la jugada, pero la pelota se perdió por encima del travesaño.
En la última del primer tiempo, apareció nuevamente Gallardo, para enganchar desde la izquierda hacia el centro, eludir la marca del lateral Guillermo Enrique, y sacar un remate potente que se estrelló en el poste horizontal, cuando Rey volaba sin chances de desviarla.
Polémica y tablas
En el complemento, intentó adelantarse Gimnasia en el campo, pero el Verde recuperó prontamente el control. Otra vez apareció Gallardo en el inicio, para jugarse la personal, sacarse de encima la presión del central Morales y sacar el remate con derecha, para forzar la estirada de Rey.
A los 12, recuperó Jean Rosso en la banda izquierda, tocó para Lucas Castro y el mediocampista ofensivo, en su mejor aparición en el partido, tiró el pase en cortada para Gondou, que entró al área y centró atrás para Mainero, que se arrojó para empujarla al gol pero terminó fallando, con Rey como espectador de lujo.
Pasados los 15, Damonte envió a la cancha a Julián Brea en lugar de Mainero y a Javier Toledo por el extenuado "Licha" López. A las 32, llegó la jugada polémica del partido: el lateral derecho Gonzalo Bettini cortó un cambio de frente de Alemán, tocó hacia adelante para Gallardo, que le ganó al cruce de Enrique, envió el centro al área chica y Gondou tocó con derecha, para vencer a Rey y marcar el 1 a 0.
Mientras todo el estadio celebraba, el árbitro demoraba en convalidar. Sin revisar la pantalla del VAR, Echavarría se aferró al llamado de sus colegas de la cabina de monitoreo, y terminó anulando el tanto, por un supuesto fuera de juego, por ínfimo margen.
El fallo del VAR animó a un Gimnasia que parecía desbordado por el planteo de Damonte. Ya con tiempo cumplido, los de Gorosito se quedaron con diez jugadores, por la expulsión del ingresado Eric Ramírez.
Aún así, con el último aliento, Alemán fabricó una acción aislada para el Lobo, tiró el centro pasado a Soldano, que cayó derribado en el área por el cruce del central uruguayo Federico Andueza, y debió abandonar el campo de juego, lesionado. Pese al reclamo visitante por presunto penal, esta vez no hubo chequeo en el VAR y todo terminó en tablas.
Gimnasia se llevó el punto que pretendía en su visita a Junín. En el Verde, por su parte, quedó el sabor agridulce de haberse sentido ganador moral del encuentro, pero con el marcador que decretó la igualdad, con la complicidad de la tecnología.
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