El entrenador que fue campeón, pero no pudo ganarse el corazón del hincha
Mario Sciacqua dejó su sello en la historia de Sarmiento, al consagrarse en la Primera Nacional y llevar al Verde a Primera División, pero no logró enamorar a los simpatizantes. Las razones que llevaron al quiebre de una relación que, pese a los buenos momentos del equipo, no terminó de dejar de ser fría y distante.
"No lo sé, no le encuentro una respuesta, porque siempre estuve identificado con este proyecto", se limitó a contestar Mario Sciacqua, ya como exentrenador de Sarmiento, a la pregunta por los motivos que le impidieron ganarse el cariño de la mayoría de los simpatizantes del Verde, que el domingo lo despidieron con silbidos, en el que sería su último partido como DT del conjunto juninense, que terminó con derrota por 3 a 1 ante Central Córdoba de Santiago del Estero.
Sin el carisma de otros entrenadores para conectar con el calor de las tribunas, un cúmulo de situaciones, algunas provocadas por Sciacqua y otras que, simplemente, escapaban a su control, terminaron precipitando un quiebre en una relación con los hinchas, que nunca terminó de ser algo fría y distante.
El ascenso a la Liga Profesional, el logro más importante de su corta estadía en Junín -menos de diez meses-, fue celebrado por una multitud, en el amanecer de 2021, con una caravana que recorrió las calles de la ciudad y se detuvo recién en las puertas de la Municipalidad.
Sciacqua, que debutó en la quinta fecha de la Zona B Campeonato de la Primera Nacional, únicamente fue responsable de cinco partidos de aquella campaña, pero, al mismo tiempo, los más importantes, porque coincidieron con el momento de la definición.
Por ello mismo, un porcentaje de los simpatizantes considera que su participación no fue la más determinante, tras la repentina salida de Iván Delfino, que ya había golpeado en dos ocasiones las puertas del ascenso.
Ya en Primera División, y aun cuando fuera una situación esperable, la llegada de más de una decena de jugadores comenzó a restar minutos en cancha a algunos protagonistas de la conquista histórica -fue tan solo la tercera ocasión en la que Sarmiento subió a la elite del fútbol nacional en toda su vida-, varios de ellos, surgidos de las divisiones inferiores.
Más de un jugador pedido por el DT fue luego relegado, como Marcelo Herrera o Fausto Montero, mientras que otros, que también llegaron con el visto bueno del cuerpo técnico, se fueron prontamente, sin pena ni gloria, dejando en los hinchas la sensación de que el esfuerzo de traerlos de poco había valido la pena, como los extranjeros Edson Montaño y Sebastián Rincón.
El rendimiento irregular del equipo en el campeonato no escapó a las generales de la ley de una liga en la que, con la excepción de unos pocos clubes -con mayor poderío económico y renombre histórico en el fútbol de Primera-, ninguno la transita con la comodidad que garantiza una larga sucesión de victorias.
Las decisiones tácticas del entrenador no siempre fueron compartidas por las tribunas, cuya paciencia se agotó en coincidencia con el instante de mayor debilidad de Sciacqua, desde su arribo a Sarmiento.
A favor del técnico, por las restricciones de la pandemia, no tuvo la posibilidad de interactuar con los hinchas puertas adentro del Eva Perón en su mejor momento a nivel deportivo, cuando la autorización para el retorno del público a las canchas estaba todavía lejos de volverse realidad. Con la excepción del triunfo ante Aldosivi, y algunos pasajes de la victoria ante Newell's, los buenos instantes de Sciacqua, con la hinchada como testigo presencial, ya comenzaban a ser cada vez menos frecuentes.
Sciacqua dejó el puesto vacante sin llevarse consigo el respaldo generalizado del Eva Perón, pero con una campaña de 23 puntos, que se suman a los 12 del semestre anterior. Una base nada despreciable, que le permitirá al club de Junín seguir mirando con optimismo la posibilidad de quedarse en la Liga Profesional, más allá de 2022.