El regreso del público sarmientista a las tribunas, a comienzos de octubre, en el partido que el Verde disputó como local frente a Aldosivi de Mar del Plata, por la fecha 15 del campeonato de la Liga Profesional, permitió el reencuentro entre los hinchas y los jugadores, a los que la parcialidad les dedicó una sentida ovación, por el ascenso a Primera División conseguido a principios del año.
En la lista de vitoreados, sin embargo, hay ausente que brilla por sobre las presencias: el DT Mario Sciacqua. Los cánticos de las gradas así lo confirman: el entrenador santafesino todavía no consigue enamorar a una porción de la hinchada, pese a haber capitaneado el barco que llegó al puerto deseado, después de algunos años de frustraciones.
Aún más, algunos sarmientistas incluso lo resisten. Sus antecedentes como DT -que, con la excepción de Sarmiento, no fueron siempre exitosos- y algunas de sus decisiones en el transcurrir de los partidos, explican en parte la relación algo distante que Sciacqua mantiene con algunos seguidores del Verde.
Se le reprocha, como ayer ante Newell's, su persistencia en jugar con una línea de cinco defensores, aun cuando el equipo rival ataca con un solo hombre de punta. Las tribunas se impacientan también cuando pareciera pecar de falta de reflejos para mover las piezas del banco de suplentes.
Como sea, y a fuerza de resultados, pero también de rendimientos -en el plantel están convencidos de que ningún equipo, ni siquiera los denominados Grandes, fueron arrolladores frente al Verde-, se mantiene al frente del primer equipo de Junín, mientras más de la mitad del resto de los clubes que componen la Liga Profesional despidieron o le soltaron la mano a su entrenador, al menos una vez, en lo que va del año. Su estilo de conducción no termina de seducir, mientras su Sarmiento, en la cancha, no para de sumar.
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