FÚTBOL

Aldo Vigilio Mengón: Un full back de los de antes

De Independiente de Junín pasó a Atlanta. Luego lo compró Sarmiento. Fue campeón con Ambos Mundos y varios equipos de la zona.

Nací acá en Junín, en la Avenida San Martín al fondo, pasando Primera Junta una cuadra y media. Recién habían sacado las vías del Ferrocarril Central Argentino y jugábamos ahí a la pelota con los chicos del barrio. Venían de todos  lados a jugar. Los de Villa Ortega, del BAP y de más atrás. Jugábamos hasta las nueve de la noche. Era todo descampado y lo único que había para entretenerse era una pelota de fútbol.

Enfrente de mi casa vivía Osvaldo Zubeldía, un poco más acá el Coco Pelli y más allá Luis Artime.  

Fui a la Escuela N° 12 que estaba sobre calle Necochea y después se mudó a calle Carlos Pellegrini que fue donde terminé quinto y sexto año. Luis Artime iba conmigo.

Fiché para Independiente a los 14 años. Fue por 1957. Estaba Carlos Castro como referente, que era un señor con mayúsculas. Estuvimos como tres años con la cuarta “B” que no nos podía ganar nadie, salíamos campeones en todos los torneos. Hice todas las inferiores hasta que Independiente ascendió a primera. Yo tenía 18 años y jugaba en el seleccionado de Junín.

Para ese entonces a Luis Artime lo compró Atlanta y se fue para Buenos Aires. A los dos años me mandó a buscar y me fui a jugar con él.

Estábamos en la pensión con el Loco Gatti, Carlos Timoteo Griguol y nos habíamos hecho amigo de Daniel y Ermindo Onega. Resultó que Daniel tenía mucha amistad con Cohelo, que vendía autos en Tigre, y nosotros para ganarnos un mango extra comenzamos a vender autos.

El tema pasaba porque con Luis Artime éramos Ferroviarios y Luis había pedido seis meses de permiso al Ferrocarril. Pero yo tenía miedo de dejar el Ferrocarril y en medio de esos dimes y diretes, Sarmiento se interesó por mí.

Entonces Sarmiento le pagó a Atlanta unos cuarenta mil pesos el pase, que era un platal. Y el negocio fue de Atlanta que dos años antes me había comprado en diez mil pesos a Independiente.
Estuve en Sarmiento allá por 1960 y tuve la satisfacción de ser suplente de Hébert Pérez, uno de los mejores jugadores de la historia de nuestra ciudad. Después se lo llevó Huracán de Parque Patricios.  Estuve un año y jugué catorce partidos. Yo era full back.

Sarmiento tuvo grandes jugadores, como por ejemplo Taketa Barrionuevo, que venía a buscar la pelota al área y la subía como un maestro. El Ñato Madama, wing derecho, con una velocidad espantosa. Martín Tomé que venía de Boca Juniors, de Buenos Aires.

Luego fui a Once Tigres de 9 de Julio donde jugué dos años. Me fue bárbaro. Pasé a Canals, Córdoba, con los mellizos Azconzábal, Davin de Lincoln que jugaba en la primera de Sarmiento, Lucero, Álvarez, Pocho Pastorino. Tuvimos la suerte de sacar campeón al club que nunca lo había sido.

Estuve dos años en Ambos Mundos. En el primero salimos campeones y en el segundo hice un penal y perdimos uno a cero en semifinales, un partido complicado. Pero Ambos Mundos nunca había salido campeón. Estaban los Cullerton, los Ochoaispuro, los Vilchez, Di Siacio, Tito Delgado, Pipí Guerreño, el Lobo Sofía.  

Me fui a River de Viamonte y salimos campeones dos años seguidos. Fui con Iurecia, Orellanos, Scatolini. Y ya después no jugué más al fútbol.
Siempre salen jugadores de fútbol. Antes era lo único que había como deporte y ahora hay un abanico de posibilidades donde los chicos tiene  de todo para elegir.

Antes jugaba Ambos Mundos y Rivadavia y la cancha se llenaba de bote a bote , no entraba un alma. El público de las canchas se fue perdiendo con el avance de la tecnología.

Yo trabajaba en el Ferrocarril con Coco Pelli, en la oficina, y jugaba en Sarmiento. Laburaba hasta las dos de la tarde y después me dedicaba al fútbol. A las tres practicaba. Estaba Edgard Calvo de preparador físico. Tenía una Siambretta  y nos hacía correr hasta El Carpincho, luego volvíamos para hacer tribuna. Eso los martes. Los miércoles descansábamos un poco. El jueves se hacía fútbol y el sábado agarrábamos “La Chinche Verde” y nos íbamos a Buenos Aires a jugar.

Hoy eso no pasa. Los jugadores se dedican solamente al fútbol y viven de eso. Practican a la mañana y a la tarde. Viven concentrados, de primera. Tienen exclusividad.

Nosotros éramos  Ferroviarios, trabajábamos y jugábamos en la Primera B. Estaba la Primera “A” que era profesional  y luego veníamos nosotros. Era la segunda categoría del país.

¿Maradona o Messi? Quitarle méritos a uno u otro es imposible. Me quedo con los dos.