FÚTBOL

Cristian Edgardo Luis “Cascote” Moreno

Logró dos ascensos con Sarmiento al Nacional “B”. Jugó en Bolivia y Francia. Fue campeón con los clubes de la zona.

Cuando fui a Sarmiento a los 16 años, Tatú Cisneros me puso Cascote, porque andaba todo el día en la calle, y me quedó para siempre.  Nací en el barrio Fonavi 117, en Avenida República y Tucumán.

En ese tiempo no estaba todo edificado como ahora. Estaba ese barrio, de gente trabajadora, tenía una canchita de fútbol en el medio y era a lo único que se jugaba todo el día.

Fui a la escuela número 30 con Ariel Scarpatti, Ariel Maltisotto, Cristian Santillán, Gallego.

No hice el secundario porque me dediqué al fútbol y después a laburar.

Comencé a jugar al fútbol en Rivadavia de Junín.  Hice todas las inferiores hasta que a los 16 debuté en primera división. Jugué seis meses aproximadamente con Fabián Lamónica, Mencho Neculpán, Daniel Tobalina, Tati Girard. Me promovió a primera Rubén Rusiñol, que lo había tenido en las divisiones formativas.

Francho Benito me fue a buscar a los seis meses de estar en primera, pagó el pase y me llevó a Sarmiento.

En el Verde estaba Luciano Polo como entrenador. Estaban jugando la “B” Metropolitana y habían perdido el ascenso con Tigre el año anterior en Lincoln.

Jugaba Cristian Muñoz, Guillermo Beraza, Marcelo Acuña, Ricardo Cajiao, el Chiqui Pereyra, Peralta. 

Me costó adaptarme, los primeros seis meses casi no jugué. Fue muy brusco el cambio del fútbol amateur al profesional. Me costó bastante pero tuve apoyo de la gente de Sarmiento y salí adelante.

Al año siguiente logramos el ascenso en cancha de Tigre con Cristian Muñoz, Silvio Paredes, el Vasco Olavarriaga, Tití Mastrángelo. Hicimos un campañón con Luciano Polo a la cabeza. La mayoría eran chichos de Junín, solo tres o cuatro había de afuera.

Quedé en el equipo y jugué el Nacional “B”. Luego me salió una oferta y me fui a probar suerte a Bolivia. Me llevó Norberto Cacho Recasens al Real Santa Cruz. Me fue bien, pero la altura es complicada. 

Estuve un año y volví a Sarmiento. Estaba Mario Finarolli como técnico. Jugué seis meses y me salió una oportunidad de ir a Francia a través de Rafael Santos y Daniel Ferrari.  Fui a un equipo de la ciudad de Bordeaux, de segunda división que al año siguiente llevó a Cavenaghi y ascendieron.

Volví a Sarmiento y estaba Oscar Tuso como técnico que ya tenía el equipo armado. Entonces me dio una gran mano Luciano Polo que habló con Alejo Guerra –que era técnico de Morón- y me fui a jugar allá. Estuve un año en el Gallito y me fue bien, perdimos una semifinal.  Estaba Peratta que después jugó en primera, Campagnaro que fue a la selección, Román Martínez. Un gran equipo pero no pudimos ascender.

Me vine a Sarmiento para la 2004-2005 que fue donde ascendimos nuevamente. Me rompí los ligamentos cruzados y estuve nueve meses parado. Jugué los primeros partidos y después tuvieron que traer a Tatú Mendoza de Rufino. Ya venía la otra camada con Ferradas, Lobianco, los Navone.

Antes no se ganaba tanto dinero como ahora en el fútbol. Y cuando me recuperé me convenía más jugar en las Ligas de la zona que en Sarmiento.

Me fui a Emilio Bunge con el Chiqui Pereyra y Sebastián Oteiza. Nos pagaban el doble que en el profesionalismo. Un platal. Estuve hasta el 2006 y salimos campeones por primera vez con el club.

Luego me vine a Villa y empezó el idilio con la V azulada. Me fue bien a pesar de que no pude salir campeón, porque jugaba los nocturnos. 

Me iba afuera para los oficiales y todo lo que me pagaban por el pase se lo daba a las inferiores de Villa porque me permitían entrenar en el club. Los nocturnos los jugaba gratis.

Anduve por Pehuajó, en Puraru un club que no lo conoce nadie y que recibía subsidios de Amalita Fortabat.

Después me llevó el Negro Regules a un club de Mechita, cerca de Bragado. Luego me fui con Gustavo Di Prinzio al Singlar de Ascensión.

Los últimos cuatro años los jugué en Dudignac donde terminé mi carrera.

Hice el curso de técnico con Oscar Tuso y estuve en Villa. Hoy no salen tantos jugadores como antes. Me parece que no hay más formadores de jugadores.  Antes estaba Dionisio García, Rubén Rusiñol, los Tablada, Edgard Aramburu.

Ahora lo que veo que los directivos se equivocan en apuntar solo a la primera división. Hay que hacer un trabajo de formación para sacar jugadores. Rivadavia de Junín, el año que yo pasé a Sarmiento, tenía diez jugadores para llevar. Cualquiera estaba en condiciones de ir tranquilamente. 

Me parece bárbaro que exista la tercera, que salieron campeones los chicos de Sarmiento, porque están a un paso de la primera. Antes el salto era abismal porque físicamente te pasaban por arriba y te costaba adaptarte. Antes era futbol amateur y profesional. La B metropolitana y el nacional B.

¿Maradona o Messi?. Me quedo con Maradona.

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