Cuando todavía era apenas un niño, Oswaldo Valencia comenzó a ver con claridad el camino que quería seguir hacia su futuro. El deseo de convertirse en futbolista, por entonces casi una utopía, hoy, con 18 años, forma parte de su realidad cotidiana.
El joven delantero, nacido en Colombia pero radicado hace largo tiempo en la Argentina, juega como titular en la Reserva de River Plate y está muy cerca de sumarse a la larga lista de compatriotas que llegaron a la Primera División del Millonario, que hoy vive su ciclo dorado, de la mano de Marcelo Gallardo como DT.
Sin embargo, la historia no comenzó en Núñez, sino en Junín. Y todavía antes, en la ciudad de Florencia, en el departamento de Caquetá, desde donde surgió la posibilidad, a los ocho años, de viajar a tierra juninense para participar de un intercambio.
"Éramos unos 17 colombianos los que viajamos. Yo jugaba en una filial del Tolima, en Colombia, e íbamos a estar seis meses en Sarmiento. Cuando se cumplieron, regresé a Colombia, pero desde ese momento supe que quería volver a Argentina", relató Valencia, en diálogo con Democracia.
Convencer a sus padres para que lo dejaran volver fue el primero de los obstáculos que debió sortear, en la lucha por cumplir su sueño. "Mi madre no quería que viniera, mi padre al principio tampoco, pero al final fue él quien logró convencerla. Por suerte, hablaron con uno de los profes de Junín, que les explicó la situación y adonde estaba yendo y entonces me permitieron viajar. Viéndolo hoy, suena un poco loco que un chico de tan corta edad quiera irse a vivir a otro país, pero yo sólo pensaba en jugar a la pelota", narró.
En su estadía en Junín, Valencia vivió en casa de la familia Peretti, que se convirtió en su tutora, y con la que hoy mantiene un contacto directo. "Tengo un vínculo muy especial con Junín y sigo yendo bastante seguido, cada vez que tengo tiempo. Voy a visitar a la familia Peretti, ya que viví en su casa el tiempo que estuve en Sarmiento, e incluso, en Capital Federal vivimos en el mismo departamento con su hijo (Santiago)", comentó.
La llegada a River
Después de cuatro años en Junín, durante los cuales se formó en las inferiores de Sarmiento, a Valencia le llegó la gran oportunidad de probar suerte en uno de los grandes equipos del fútbol argentino.
"Mientras estuve en Sarmiento, únicamente podía jugar en la Liga (del Oeste). No podía jugar AFA, porque, por mi condición de extranjero, no se me permitía competir hasta cumplir cinco años de residencia en Argentina o hasta ser mayor de edad. Justo entonces se dio la posibilidad de hacer una prueba en River y por suerte me quedé", detalló el joven atacante, quien al igual que sus compañeros en el Millonario trata de capitalizar al máximo cada oportunidad de entrenar a las órdenes de Gallardo.
"En Reserva compartimos los horarios de entrenamiento con Primera y trabajamos en el mismo predio, por lo que cuando Gallardo necesita hacer un trabajo táctico o un reducido, nos convoca. Es algo muy bueno para todos los que estamos ahí, peleando por ganarnos un lugar, poder estar cerca de él y que nos mire", aseguró.
E insistió: "Creo que no descubro nada diciendo que es un gran DT y todo el mundo lo sabe. No podemos sentir otra cosa que admiración por todo lo que consiguió en tan poco tiempo y lo que sigue generando cada día en el mundo River".
La posibilidad de integrarse a la extensa nómina de colombianos que llegaron a ponerse la camiseta de la Banda le despierta una especial motivación, así como también la posibilidad de vestir, algún día, la de su selección. "Por aquí han pasado grandísimos jugadores de mi país, como Juan Pablo Ángel, Radamel Falcao, Teófilo Gutiérrez, Juanfer Quintero, y los que están hoy día, como Rafael Santos Borré y Jorge Carrascal, son muy buenos. Haber visto todo lo que lograron en River hace que nos den ganas de seguir sus pasos. Y, por supuesto, jugar en la selección colombiana es otro gran objetivo", reflexionó.
La universidad, más que un pasatiempo
Los planes de Valencia de construir una carrera profesional en el fútbol van de la mano con otro proyecto fundamental en su vida. "Estoy estudiando en la universidad. Curso la carrera de Administración en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA (Universidad de Buenos Aires), aunque ahora, por el tema de la pandemia, las clases son virtuales", contó a Democracia.
Una hoja de ruta similar había seguido en su paso por River uno de sus grandes ídolos de la infancia, su compatriota Radamel Falcao, que combinaba sus rutinas de entrenamiento con la cursada de la carrera de periodismo, en la Universidad de Palermo. "A Falcao lo sigo desde pequeño y sin dudas es mi gran ídolo. Vi todo lo que hizo en River y es uno de mis ejemplos a seguir", expresó Valencia, a la vez que no titubea a la hora de dar por tierra la idea de que el deporte y la formación académica no pueden caminar de la mano.
"Es algo me han inculcado mis dos familias, tanto en Colombia como en Junín, la importancia del estudio. Afortunadamente, tengo tiempo para hacerlo y es algo que si te le propones, se puede. Es cuestión de ponerle ganas", concluyó el juvenil delantero, que no deja de añorar sus años en Junín como un capítulo fundamental de su vida, que lo encuentra, en el presente, a las puertas de jugar en uno de los clubes más importantes de todo el continente.
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