Ya reincorporado a los entrenamientos, luego de haber padecido COVID-19, el arquero y capitán de Sarmiento, Manuel Vicentini, trabaja para recuperar su plenitud de forma e intentar estar listo para volver el próximo sábado frente a Atlético Tucumán, por la octava fecha de la Copa de la Liga Profesional.
Mientras busca reencontrarse con su mejor versión, esa que mostró en los tramos finales del campeonato de la Primera Nacional y en varios pasajes del presente campeonato de Primera División, el guardameta santafesino dialogó con Democracia y relató sus días de aislamiento obligatorio, que lo obligaron a perderse los últimos dos encuentros del Verde, frente a Defensa y Justicia -en lo que fue el primer triunfo en el torneo- y frente a Unión de Santa Fe -que terminó en empate sin goles-.
"Después del partido contra Independiente (que fue derrota en Avellaneda por 6 a 0), levanté fiebre y ahí mismo hablé con los médicos del club. Ya teníamos la noticia de que 'Tatu' (Osvaldo Cisneros, masajista del club) había dado positivo. Así que me hisopé, al mismo tiempo que (el DT) Mario (Sciacqua) y los dos dimos positivos. De ahí en más, fueron dos días más con fiebre y un poco de dolor de cuerpo, pero por suerte fue leve para mí", comentó Vicentini.
Su caso formó parte de la lista de veinte contagiados -entre jugadores e integrantes del cuerpo técnico- que dieron forma al brote de coronavirus que alteró la rutina de trabajo habitual. Junto con otros siete de sus compañeros, Vicentini recibió el alta a comienzos de esta semana y espera ahora pasar el próximo desafío, que será superar la carga del entrenamiento, para estar disponible en el encuentro que tendrá lugar el sábado, desde las 16.30, en el estadio Eva Perón.
"En lo respiratorio, afortunadamente, no me afectó en nada. Físicamente me siento bien, en los días de aislamiento pude entrenar con bicicleta fija y otros elementos que tengo en casa. Por supuesto que no es lo mismo y costó un poco el tema de no poder correr o hacer los trabajos de roce e impacto con el piso", detalló.
"En estos días de primeros entrenamientos se siente un poco la fatiga propia de cuando se vuelve de vacaciones, pero en líneas generales estoy bien. Tenía un poco de incertidumbre sobre si el coronavirus podía afectar mi condición física, pero hicimos estudios cardíacos también y todo está bien", agregó.
La amenaza del coronavirus ya había estado presente incluso antes del debut en el torneo frente a Vélez, cuando Vicentini se sometió a un hisopado de manera preventiva, luego de haber sentido un malestar en la garganta. En aquella ocasión, resultó negativo, pero no pudo escapar en esta oportunidad.
La COVID-19 y algunas otras molestias menores se complotaron para plantarle obstáculos a la búsqueda de su plenitud. No obstante, el arquero, de 30 años, prefirió evitar las justificaciones y dejó en claro que son problemas propios del deporte de alto rendimiento. "No son excusas, porque tampoco sufrí alguna lesión que me alejara de poder jugar, salvo el coronavirus, que por obligación me marginó de la cancha, pero el deportista convive con estas situaciones", sostuvo.
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Los nervios de mirarlo por TV
Más allá de los síntomas, que se esfumaron prontamente, para Vicentini el dolor más intenso fue el que le provocó la imposibilidad de poder estar en cancha, luego de la abultada derrota frente a Independiente.
"Veníamos dejando una muy buena imagen, hasta el partido contra Independiente, que fue muy atípico", consideró el capitán, que restó importancia al hecho de que el equipo juninense llegó al partido en Avellaneda en el sprint final de una seguidilla de tres partidos en menos de diez días. "No creo que haya sido desgaste, más bien fue un partido en el que se dio todo como para que pase lo que pasó. No tuvimos un partido prolijo, pero tampoco estábamos mal parados. Nos golpeó el primer gol y ellos después acertaron cada vez que atacaron", analizó.
E insistió: "Fue un poco anormal lo que pasó y son esos partidos que hay que sacarse pronto de la cabeza. Queríamos revertir la imagen y nos tocó el COVID-19, lo cual fue muy duro. Por suerte, los chicos hicieron dos partidos muy buenos y ahora se vienen cuatro partidos en quince días, que los vamos a enfrentar con la tranquilidad de saber que el grupo está muy fuerte y que todos los jugadores que se contagiaron ya van a poder volver. Es muy importante, porque vamos a necesitar de todos".
Finalmente, lamentó que el parate por coronavirus le cortara una larga racha de presencias debajo de los tres palos del Verde y admitió que fue "muy duro" verse forzado a seguir el desempeño de sus compañeros desde su casa.
"Desde casa, lo viví con muchos nervios. Venía de casi 50 partidos sin faltar y de golpe verlo por televisión fue muy duro, sobre todo la impotencia de no poder ayudar en nada y estar encerrado en casa. Pero me dejó muy contento el nivel que mostraron los chicos contra Defensa y Justicia y Unión", remató Vicentini, que espera estar listo para volver al campo de juego el próximo fin de semana.
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