Sarmiento comienza a dejar en el recuerdo la derrota del inicio del campeonato frente a Vélez Sarsfield, el domingo pasado en el estadio Eva Perón, y a enfocarse en el próximo desafío, que será todavía de mayor exigencia: el próximo fin de semana, por la tercera fecha de la Copa de la Liga Profesional, el equipo dirigido por Mario Sciacqua visitará a Boca en La Bombonera.
Un partido que, hasta mediados de enero, cuando el Verde todavía luchaba en la Primera Nacional, era poco menos que un sueño impensado y que está a punto de volverse realidad. Aparece allí en toda su dimensión el desafío del cuerpo técnico de administrar las emociones de un grupo de jugadores que anhelan desde el inicio de sus carreras pisar el césped de La Boca en un partido oficial.
Para sobrellevar la carga anímica de la previa al acontecimiento, el DT cuenta a su disposición con un elemento a favor que podría ser clave: la presencia en la plantilla de tres jugadores que vivieron desde adentro el día a día del "Mundo Boca". Son los casos de Manuel Vicentini, Guido Vadalá y Federico Bravo.
Con solo 24 años, Vadalá ya puede presumir de un extenso recorrido por diferentes ligas del mundo. En Boca, debutó en 2015, antes de cumplir los 20, cuando el equipo estaba al mando de Rodolfo Arruabarrena, en un partido por Copa Libertadores, frente a Palestino de Chile.
Al igual que muchos de los canteranos que se forman en el Xeneize, no tuvo la posibilidad de afianzarse en la institución de La Ribera, que lo cedió a préstamo a Unión de Santa Fe. Antes de llegar a Sarmiento, pasó por la Universidad de Concepción de Chile, Deportes Tolima de Colombia y hasta por la Juventus de Italia, además de contar con una experiencia por el fútbol de los Estados Unidos.
El caso del arquero y capitán del Verde, Vicentini, también encuentra similitudes con el de sus actuales compañeros ex-Boca en Junín: en cinco años en la Xeneize, adonde llegó proveniente de la Academia Griffa en Rosario, apenas pudo disputar un encuentro amistoso, frente a Independiente Medellín, durante una gira por Colombia, en los tiempos de Julio Falcioni como entrenador.
Sin embargo, los escasos minutos en cancha no impidieron que compartiera el vestuario con grandes ídolos de la institución, por entonces todavía en actividad, como Juan Román Riquelme, Rolando Schiavi, entre otros.
"Para mí, poder volver a pisar La Bombonera es muy especial y estoy orgulloso de poder jugar con Sarmiento en las principales canchas del fútbol argentino", comentó el guardameta, de 30 años, en diálogo con Democracia. A la vez, recordó que ya no quedan en el primer equipo "Xeneize" excompañeros de su época de inferiores, aunque sí será una oportunidad para reencontrarse con "la gente que trabaja en club hace muchos años".
Bravo, por su parte, también conoce la sensación de transitar los pasillos de Casa Amarilla y de haber vestido la camiseta azul y oro en partidos de trascendencia. Entre 2013 y 2015, el mediocampista, de 27 años, disputó partidos por el campeonato local de Primera División y también por la Copa Libertadores, la eterna "obsesión" de la institución Xeneize.
"Cuando se habla del 'Mundo Boca', es porque realmente es así. Me tocó vivirlo desde adentro y entrar a Casa Amarilla, a La Bombonera o a la pensión, es darse cuenta de que se trata de uno de los clubes más grandes del mundo", relató Bravo a Democracia.
"El día a día se vive con mucha intensidad, cada vez que se prende la TV o se abre el diario, se habla de Boca. Son pequeños detalles que explican que Boca sea lo que es", agregó el jugador cordobés, que llegó a Junín en el mercado de pases del verano 2021.
Su currículum muestra que vistió también las camisetas de New York City (Estados Unidos), Panetolikos (Grecia), Atlético Tucumán, Patronato Paraná y Riga FC (Letonia), lo que muestra a las claras las dificultades que enfrenta todo jugador surgido de Boca para consolidarse en la Primera del club.
"Es muy difícil, porque no solo hay que reunir condiciones técnicas, sino que también hay que estar preparado de la cabeza, porque Boca exige el 100% permanentemente. La competencia es muy importante y siempre hay que pelear un lugar con jugadores que llegan al club siendo figuras consagradas", admitió.
No obstante, y pese a su experiencia en La Ribera, Bravo considera que "todos los jugadores de Sarmiento están preparados para salir a jugar en La Bombonera" y sortear el desafío de jugar en uno de los principales escenarios del fútbol continental. La pelota, ahora, pasará a los pies del DT Mario Sciacqua, que deberá gestionar el deseo de todos los jugadores que trabajan bajo sus órdenes de estar presentes en "el partido que todos quieren jugar".
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