Aunque nació en la localidad de Castilla (Partido de Chacabuco) hace 41 años, Ezequiel Rodolfo Stella se radicó en Junín junto a su familia en 1984. Hijo de Rubén Rodolfo "Buby" Stella y de Olga Mabel Malarini, "El Pupy" está radicado hace varios años en Italia, país europeo en el que sigue despuntando su pasión por el fútbol,ya que luego de ser un destacado jugador del deporte más popular en la Argentina, está ahora incursionando como director técnico, como también lo hace su hermano, Marcos Stella, afincado en Lincoln.
Casado con la italiana Tiziana Schirinzi (tienen dos hijos, Martina - de 13 años - y Manuel Stella, de 7, quien ya está haciendo sus primeras armas como futbolista), Ezequiel fue entrevistado por Democracia e inicialmente manifestó desde Italia, donde reside hace casi dos décadas:
"De Castilla nos fuimos a vivir a Junín allá por el 1984/85 y la mayor parte de mi vida la viví en el barrio Villa Belgrano, a media cuadra de la plaza, en una casa de calle Padre Ghio. Los amigos de pibe fueron muchos, y con los que tengo seguido contacto es con Ramón Lucena, un hermano de la vida, con Matías López, Luciano Nigro, Hernán Crocco, Martín Manacorda, por citar a algunos. Naturalmente también tengo de amigos a los chicos con los que jugábamos juntos, como Diego Lazzati, Matías Prieto, Mauricio Hernández, Ceferino Beltrando, Mauro Latina, con quien crecimos juntos prácticamente. Practicábamos siempre fútbol, solo fútbol y más fútbol. Mi pasión por el fútbol empezó en la placita de Castilla, en mi pueblito natal, y ya en Junín, mi papá me llevaba al viejo anexo del Club Sarmiento a entrenar, y ahí empezó todo. Tuve como técnicos al `Tano´ Simoncini, al `Gallo´ Oscar Melillo, al `Bocha´ Juan Boianeli y al más grande de todos, Horacio `Taqueta´ Barrionuevo, el mejor de todos los que tuve hasta el día de hoy, sin dudas. Hice inferiores en Sarmiento y, tras pasar por Ferro, debuté profesionalmente en la Primera `B´ Nacional con un tipazo como Mario Finarolli como entrenador. Otro técnico que me dejó cosas fue Rubén Peracca, también buen tipo y preparado como entrenador. Cuando estuve a préstamo en Ferro Carril Oeste, tuve como DT al `Goma´ Vidal; a Mario Gómez, grandísima persona y muy buen entrenador; a Miguel Ángel Tojo, quien seguía teniendo una pegada tremenda. Nombro a los que más me marcaron, así no hago una lista infinita".
Continuando con su trayectoria, "Eze" Stella dijo: "Volví a Sarmiento en 1996, ya que el CAS no quiso renovarme el préstamo a Ferro y ese mismo año debuté en Primera `B´ Nacional en la cancha de Atlanta y nos pegaron un paseo tremendo, perdimos 4 a 1. En ese equipo había muchos jugadores de Junín, fenómenos como Cristian `Tigre´ Muñoz, Silvio Paredes, Norberto `Titi´ Mastrángelo, Matías Prieto, Carlos Muñoz, Ricardo Cajiao, Cristian `Cascote´ Moreno, Guillermo Beraza, entre otros. El recuerdo del debut fue que me tocó el antidóping, me llevaron directamente a la enfermería y yo no entendía porqué. El grande de Miguel Schiavoni me dijo que me había tocado el antidóping y yo, re nervioso. Bueno, hice lo que hacían Elvio Vásquez y los jugadores rivales, Insaurralde y Giménez. Tomábamos agua y nos mojábamos la vejiga, así que ellos, después de 15 minutos, ya habían terminado el asunto y yo no podía, no me salía. Me habré tomado unas seis botellitas de agua y nada. Después de dos horas, los médicos me dijeron que sí o sí tenía que hacer el control delante de ellos; me trajeron tres botellitas chiquitas de cerveza (a mí no me gustaba), pero me tomé un par y pude hacer un poquito, lo que bastaba y la alargaron con agua. Los muchachos me querían matar, me subí al micro después de tres horas y en el viaje de vuelta a Junín iba al baño cada 15 minutos (risas). Como anécdota de inferiores, me quedó muy grabada cuando participamos de un Mundialito en Córdoba, el ENFI `90, y aunque no recuerdo cómo terminamos en el torneo, en la ceremonia final me dijeron que me daban al trofeo al mejor medio campista del certamen. Fue algo muy lindo, como lo eran los entrenamientos con `Taqueta´ en el anexo. Cada día era especial, cada día aprendías algo, imposible no tener anécdotas con él, era pensar en el fútbol las 24 horas. Sus charlas técnicas de los viernes eran fenomenales, nosotros comiendo semillitas de girasol, todos sentaditos, y él hablando. Se acordaba todo del partido anterior. Además recuerdo cenas espectaculares con el grande de Marcelo Perelli como cantante, ahí aprendimos el himno de Sarmiento, era sagrado, se compartía todo lo del verde".
Campeón con River de Junín
Ezequiel Stella recordó seguidamente:
"Después de Sarmiento pasé a jugar en River de Junín, me llevó el profesor Héctor Mario Alcolea, quien me rehabilitó de la operación de los cruzados. Un tipazo, un monstruo el `Gallego´ Alcolea y con él estaba el `profe´ Ramón Mendoza, otro fenómeno y el director técnico fue el grande de Sergio Lippi, un profesional al máximo Salimos campeones de la Liga (en la final, con baile a Rivadavia de Lincoln en la vecina ciudad). Después, a través de un contacto del profesor Alcolea, me trajeron a Italia. Acá tuve la suerte de ser entrenado por Piero Braglia, Stéfano Senigagliesi, Amadeo Asetta, Antonio Rabot, Donato Anzivino, entre otros exjugadores que hicieron historia en el fútbol profesional italiano. Los clubes que más me marcaron en mi vida deportiva como jugador fueron Sarmiento, Ferro Carril Oeste, River Plate de Junín, Chiet, Guardiagrele, Tortoli, Folgore Sambuceto, Spal Lanciano y mi último año como jugador en Vianova. Allí debuté con este equipo como entrenador, por tres años, para luego pasar -ya el año pasado- a la Virtus Pescara, en la que entreno la tercera división yo solo y en Primera somos dos entrenadores, Fabrizio Dezio y yo. Trabajamos con los presidentes, Andrea Serraiocco y Luciano Dezio, el director deportivo Federico Di Fabio y el team manager, Giovanni Rinaldi".
A la hora de recordar los títulos obtenidos, "El Pupy" rememoró:
"Fueron muchos con las inferiores de Sarmiento, también con el CAS en la Primera amateur, después de 35 años, en River de Junín si no erró después de 30 años, en Sangiorgese, dos ascensos con el Chieti, otro con el Vianova y dos finales ganadas, una con el Spal Lanciano y otra con el Vis Pretola". En relación con equipos compartidos en Italia con otros jugadores argentinos, dijo: "Compartí con Daniel Rodríguez, un volante central que jugó en Gimnasia y Esgrima La Plata, Diego Grossi, ex Vélez Sársfield, con Diego Vetesse, ex Quilmes, Leonardo Griffo arquero de Vélez, Chacarita Juniors y Flandria, todos muy buenos jugadores y mejores personas.
El retiro y la pandemia
A la hora de referirse al retiro como jugador profesional, el juninense señaló:
"Me retiré hace cuatro años, porque luego de los partidos no podía ni caminar de los dolores en las rodillas y los tobillos. Mi nene me decía: ¿Jugamos a la pelota?, y yo no podía ni caminar, así que dejé, pero tenía que tomar la decisión y no jugué más. Lloré mucho, como cuando jugamos con River de Junín contra Sarmiento. Le hice el gol a Sarmiento y en el medio de la cancha empecé a llorar como un nene. Como ya estaba terminando el curso de director técnico, me dijeron que me querían como entrenador y así fue. Ahora entreno la Tercera de la Virtus Pescara y la Primera y también entreno a los chiquitos de 5 a 10 años, que son un espectáculo. Pero me gusta entrenar a los más grandes, porque podés hacer muchos trabajos más específicos. Y como no podía dejar de jugar por completo, juego el torneo Senior con el equipo Pasipa, de Marcello Capitanio, con el cual salimos campeones por tres años seguidos . Son pequeñas satisfacciones que me sigo dando".
A la hora de referirse a cómo viven la pandemia en su lugar de residencia, en Italia, Stella expresó:
"Cuando empezó todo esto del coronavirus, la pasamos feo, porque estuvimos encerrados en casa, murió mucha gente y muchas personas la pasaron muy mal. Luego empezamos a salir gradualmente y las cosas iban mejorando. Hasta pudimos empezar a entrenar y a hacer la pretemporada. Después de tres semanas, tuvimos un chico que dio positivo, estuvo solo dos días con fiebre, así que hubo cuarentena más hisopados, todos negativos, solo ese chico positivo. Después, arrancamos con la Copa, ganamos los dos partidos, después por el campeonato, empatamos uno y al segundo lo ganamos como visitantes. Posteriormente, nos llamaron para hacer la cuarentena otra vez, porque un muchacho del otro equipo dio positivo, aunque los hisopados fueron todos negativos, gracias a Dios. Pero luego aumentó mucho el contagio, muchísimo, así que bloquearon todas las categorías amateur, solo los profesionales pueden jugar. Los demás se entrenan, nada m ás, pero a nivel individual, no como equipo. Así que estamos teniendo muchos problemas nuevamente, porque hay muchísimos contagiados y gracias a Dios con muchas menos muertes que en los meses de marzo y abril. A los entrenamientos los organizamos con los profesores, trabajo atlético individual y técnica individual, aunque se hace muy difícil, porque los muchachos, no pudiendo competir, se pueden relajar mucho y pierden ritmo de partido. Es una situación muy difícil, porque aparte de trabajar a nivel físico, táctico y técnico, hay que trabajar mucho a nivel psicológico. Amigos tuve contagiados, pero gracias a Dios sin consecuencias y fueron solo ellos, ningún miembro de mi familia".
La vida en Italia
Sobre cómo es su vida diaria en Italia, el ex Sarmiento y River de Junín dijo:
"Antes del Covid se vivía muy bien, con todos los problemas normales que puede tener un país. Después del coronavirus, se vive una situación bastante problemática desde todos los puntos de vista, en lo económico, lo social, lo psicológico. La gente no está tranquila, perdió la tranquilidad social que tenía, los encuentros con los amigos, los abrazos, los afectos que compartís, el día día con la gente que conocés. Tenés que limitarte a todo y está también la psicosis que se creó que, apenas uno estornuda, se da vuelta todo el mundo para ver quién fue.
Mis costumbres también cambiaron, por lo que decía antes. No estás tranquilo porque querés abrazar a un amigo y no podés, tenés que reprimir sentimientos. Diariamente, llevo a los nenes a la escuela, luego programo los entrenamientos, me reúno con el staff técnico, luego voy a buscar nuevamente a los nenes al colegio, hacemos los deberes, jugamos un ratito y luego a la cancha, a entrenar al equipo, una vida muy tranquila pero naturalmente limitada, por la situación que nos toca vivir en este momento".
Luego, el entrevistado reconoció: "Extraño siempre a Junín, a Argentina. Se extraña mucho a la familia, a los amigos, los asados, ir al campo de mis primos en Rawson o en Castilla, donde reina la naturaleza, andar a caballo, etc. Sigo siempre el fútbol argentino, más que nada a San Lorenzo de Almagro, equipo del que mi viejo me hizo hincha, pero sigo a todo el fútbol argentino. Me encantaría volver y poder trabajar en el país y, por qué no, en Junín. Como digo siempre, lo importante es que haya un proyecto serio, con una metodología seria de trabajo, con objetivos bien claros de lo que se quiera cumplir. Sí, sería un sueño poder volver y trabajar en mi país. Tengo amigos técnicos de Buenos Aires, La Plata, Rosario y Córdoba, con los cuales hablo muy seguido de los trabajos que hacemos y nos cambiamos información y puntos de vista. Hace cuatro años que no vuelvo a Junín, mis viejos estuvieron conmigo aquí en Italia, el año pasado, y hablamos todos los días por teléfono y por videollamadas. Con mi hermano Marcos también tengo el mismo método de contacto y aprovecho para desearle mucha suerte con el nuevo proyecto de la Academia Javier Mascherano".
"Tuve muchos apodos, `Loli´, `Buey´, `Gringo´ en la Argentina. Acá en Italia me pusieron `Pupy´ porque soy fanático del Inter y porque me entrenaba siempre al 100 por 100 en todas las prácticas y por la dinámica que tenía en la cancha todos los partidos, como lo hacía el gran capitán del Inter, el argentino Javier Zanetti. Naturalmente, no es que me parecía a él, era más que nada por la seriedad que demostraba siempre y la dinámica durante los 90 minutos, salvando las distancias. Muchos amigos, en el último período, me decían `Pocho´, por Ezequiel Lavezzi, solo porque les venía natural. Ezequiel hay uno solo y era el `Pocho´ Lavezzi, entonces les venía más fácil decir `Pocho´ (risas). Ojalá hubiese tenido aunque sea una uña de ellos. Pero todos me dicen `Pupy´".
Se emocionó Ezequiel al señalar luego: "Más allá de entrenar al primer equipo y a la Tercera división, mi hijo Manuel está en sus primeros pasos en la escuela de fútbol y verlo jugar y divertirse me hace emocionar tanto que me hace revivir todo mi pasado deportivo. Ahora entiendo por qué mi viejo y mi vieja iban siempre a verme jugar. Manuel es todo zurdo y para su cumpleaños me pidió un regalo especial, un arco de fútbol con la red, y también la red con objetivos, esa que tiene los agujeros en los ángulos arriba, abajo y uno en el centro. Estaba a mi alcance y se lo compré, nos estamos divirtiendo mucho".
Finalmente, Ezequiel Rodolfo Stella hizo llegar su agradecimiento: "Un agradecimiento muy especial va para mis viejos, por todo lo que hicieron y hacen desde el día que nací y hasta el día de hoy, siempre en todo momento a mi lado incondicionalmente; a mi hermano Marcos, mi cuñada Julieta, mis sobrinos Alfonsina, Juana y Tomás, y por supuesto para mi mujer, Tiziana, que me soporta siempre, que se bancó momentos muy duros. A mis hijos Martina y Manuel, que me acompañaron y me acompañan siempre en todo, a mis suegros Pasquale y Gabriella que están siempre. Naturalmente, un profundo deseo para que este virus se vaya para siempre, para que la gente pueda vivir sin miedo , con libertad, que pueda desarrollar todos sus proyectos y pueda demostrar el amor por la vida y para con el prójimo con solidaridad y afecto", completó la amena entrevista Ezequiel "El Pupy" Stella.
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