Patricio Hernández es un hombre de fútbol. Su paso por Sarmiento es una muestra más de su relación con este deporte. La persistencia, el trabajo y la pedagogía son los emblemas que porta como filosofía. Crecido y forjado en la escuela “Pincha”, sabe distanciarse de los dogmas y valorizar todos los estilos. Por ello, toma cosas de su excompañero de Estudiantes de La Plata (y amigo) Carlos Salvador Bilardo, como también de César Luis Meno-tti; para crear su propio estilo al punto de haber dejado un legado por la Reserva del Verde en los dieciocho meses que estuvo al mando.
Muestra de ello son los futbolistas que uno ve en la planilla actual de la Primera que dirige Iván Delfino: Sergio Quiroga (a quien trajo de San Miguel), Agustín Lescano (quien resaltó la importancia de Hernández en sus primeros pasos en la categoría), Fermín Antonini, Juan Caviglia, Facundo Castet, José Tomino, Javier Arias y Julián Brea, entre otros, a quienes dirigió en aquella Reserva.
En una entrevista exclusiva con Democracia, Hernández abordó su paso por el equipo de nuestra ciudad e inició: “Es el club en el que realmente pude hacer lo que quería como entrenador, donde me sentí más a gusto. No tenía un cuerpo técnico grande y me pude manejar libremente”.
Y destacó: “Fue maravilloso el paso por ahí. Hay un video que les pido que lo miren que se llama ´Patricio Hernández, Sarmiento de Junín´, que son diez minutos que para mí es la perfección del fútbol. Si me preguntan: ¿Cómo querés que se juegue al fútbol? les diría como la Reserva de Sarmiento”.
En tal sentido, argumentó: “Le ganamos a River en el Monumental, contra jugadores que iban a jugar Copa Libertadores. También le ganamos a muchos equipos jugando un fútbol extraordinario”.
“De hecho, me lo dijo Fleitas cuando dirigía Racing: ´Nunca en mi vida vi, desde dentro de la cancha, que nos den un baile tan fantástico como el que nos dieron con Sarmiento en Junín´”, recordó y manifestó:“Me lo dijo alguien de un equipo que sacó jugadores para Italia y para la Superliga”.
Elogios para la dirigencia deportiva
Sin embargo, lograr ese nivel superlativo que expuso aquel equipo, y que recuerda tan gratamente el exDT, está en estrecha relación con las posibilidades brindadas por la institución juninense.
“Tenía unas instalaciones maravillosas. Hacíamos pretemporadas de cuatro semanas, estábamos todos los días en el predio y compartimos comidas y días enteros. Era el campo de deportes que quería”, señaló sobre la infraestructura.
No solo valoró la cuestión edilicia, sino también el hecho de poder manejarse libremente para desarrollar su estilo futbolístico. ”Estuve un año y medio en Junín con una libertad absoluta. Me hubiera gustado una continuidad de dos años para llegar a tener un equipo íntegro surgido de las divisiones inferiores del club”, confesó.
Sin dudas, el valor de la infraestructura está en estrecha relación con el trabajo y la política desarrollada por la dirigencia deportiva. En tal sentido, compartió: “Tiene gente que conduce bien al club. La comisión directiva no está detrás de ver qué cosas le puede sacar al club. Fernando (Chiófalo) dice que tiene el corazón verde y es verdad, tiene una visión empresarial; pero futbolísticamente se pierden detrás de un resultado”.
Y aclaró: “Quizás no les da el tiempo para poner a todos chicos del club. Ese era mi sueño, poder meter 20 jugadores al plantel profesional, porque es un club que tiene todas las condiciones para desarrollar un trabajo de acá a cuatro o cinco años y hacer algo así”.
Por último, también valoró lo que hace el entorno al deporte. “El espectador de Junín es educado, en el sentido de ir a ver las distintas disciplinas; no te hace sentir presión, no tenés al barrabrava que te invada y te deja trabajar tranquilo. El hincha es capaz de subirse a un proyecto”, expresó.
La valoración de los procesos
“Uno cosecha lo que siembra”, dice el refrán popular criollo y muchos futbolistas surgidos de la cantera del Verde lo acreditan. Hernández lo experimentó como jugador entre las décadas del ´70 y ´90, y como entrenador desde que se inició en 1994 hasta la actualidad. Por ello, cree en la persistencia de los proyectos.
Sobre esto, rememoró: “Boca Juniors tenía un entrenador en las categorías formativas que se llama (Jorge) Coqui Raffo, un chico muy preparado intelectualmente que es preparador físico y director técnico. Jugó en Boca, estuvo muchos años en Europa e hizo un trabajo brillante”.
Y reflexionó: “Ahora en Tercera división estaba Rolando Schiavi, quien tenía otra formación más parecida a Carlos Bianchi: laterales que no pasaban al ataque, centrales que la tiraban para arriba y no arriesgaban nada. Entonces todas las divisiones inferiores de Boca que gastaron millones de dólares en kinesiología, nutrición, entrenadores y tests, todo eso, se truncaba en la Tercera división”.
“Los procesos tienen que estar de la mano de un presidente, de alguien visionario, de hacer un trabajo integral para poder coronarlo uno mismo y no estar alimentando el fútbol de los grandes equipos o de Europa”, sintetizó.
Su estilo como DT
Acerca de su estilo como DT, señaló: “Muchas ejercitaciones de toques en velocidad, de precisión y de movimientos son típicas acciones del fútbol argentino. Son cosas que enseñé en mi paso por Sarmiento y las aprendí de Menotti”.
Este último en 1976, al igual que Bilardo en 1986, fueron los únicos entrenadores capaces de convertir al seleccionado nacional en campeón mundial. Pese a los antagonismos que se plantea entre ambos, para Hernández no existe tal “grieta”, ya que cada uno dejó una marca en su trayectoria deportiva; y es eso lo que intenta transmitir a sus dirigidos: el “legado Hernández”.
Acerca de esto, expuso: “En definitiva uno es en base a los maestros que tuvo. Entonces ellos serán el día de mañana en base a las cosas que les vamos dejando los entrenadores”, y reconoció: “Tengo un deber moral que es el de transmitir lo que me transmitieron mis maestros a mí”.
La anécdota del ´81: Estudiantes y Sarmiento
En el año 1981, el equipo de nuestra ciudad visitaba La Plata con el objetivo de lograr la permanencia en cancha de Estudiantes de La Plata. Para el “Pincha” jugaba Hernández, sin saber que su futuro se cruzaría con el Verde.
Sobre aquel encuentro correspondiente al Campeonato Metropolitano, recordó: “Era un partido de fin de año. Cuando no jugás para salir campeón ni para irte al descenso, es decir, estás en una mitad de tabla tranquilo, los jugadores no quieren lesionarse y se cuidan más de lo normal. Sarmiento se tenía que salvar del descenso”.
“Me salen, gambeteo a tres jugadores y al arquero, defino y el remate pega en la base del palo, saliendo”, graficó.
Y continuó: “Yo me olvidé y me fui de vacaciones. Ese año se fue al descenso Argentinos Juniors. Cuando se da mi pase de River a Argentinos, el día que llegué a la Paternal, un hincha me dijo: ´Ustedes fueron para atrás con Sarmiento. No les quisiste hacer ese gol´. Y yo ni me acordaba del partido”.
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