Juan Domingo Osella transitó por el fútbol local y regional dejando buenos recuerdos en los entrenadores, hinchas, dirigentes y compañeros de los equipos por los que pasó, ya que siempre se brindó por la camiseta que defendía y lo hacía con talento, ganas, despliegue y una buena pegada de pierna izquierda.
Actualmente, Juan tiene 55 años (es hijo de la italiana Frebronia Lamónica y del cordobés de Huinca Renancó, Juan Ramón Osella) y tiene cuatro hijos: Lucas Isaías, de 30 años; Eliana Lucía (29); Franco Daniel (24); y Thiago, de 18 años.
Al ser entrevistado por Democracia, comenzó señalando que "De chico, viví en Villa Belgrano, en una casa de calle Juan B. Justo 389, frente al antiguo Club los Andes, donde hoy está la ferretería `El Tigre´. Mis amigos eran `Juancito´ Torrús (fallecido), los mellizos Claudio y Gustavo Vigorelli (fueron jugadores de Sarmiento en torneos de ascenso), el `Loco´ Gustavo Barrientos, Daniel Rossetti, Fabián Leiva, Marcelo Pérez, Daniel Leiva y muchos más, algunos más chicos de edad que yo. Jugábamos al fútbol con pelotas de trapo, con la salvedad de que `Pichón´ Liciaga y `Quito´ Torrús nos donaban pelotas para todos los muchachos, algo que siempre recuerdo. Cuando no era fútbol, andábamos cazando pajaritos con hondas o gomeras y sino, jugábamos con autitos de carrera de plástico".
"El zurdito", como lo apodaron en sus inicios en el fútbol, recordó que "Siendo chico, me llevó Dionisio García al Club Villa Belgrano y también pasé por Jorge Newbery, donde recuerdo que nos daban mate cocido como merienda y nos regalaban zapatillas `Flecha´. Pero por entonces, no fui fichado por ningún Club porque mi papá no me autorizaba. Mis ídolos eran Arturo Dionisio `El Reca´ Traverso, jugador de Jorge Newbery, y Ricardo Bochini y Diego Armando Maradona".
Más adelante, Osella recordó que "Transcurría el año 1980 y por razones familiares (fallecieron seres queridos), fui de pupilo al Colegio Hogar `Ingeniero Joaquín J. Barneda´ de Chivilcoy y cursando la Escuela Industrial. El director de la Escuela Hogar era Eduardo Caruso, quien me dió la oportunidad de elegir para jugar a los clubes Colón o Gimnasia de Chvilcoy, que en esa época eran los clubes más prestigiosos de allá. Elegí Gimnasia, por los colores de su camiseta, que me gustaban. En el año 1981, me llevaron a probar al Club Argentinos Juniors y recuerdo que Diego Maradona había sido comprado por Boca. Estuve tres meses practicando en la Universidad de La Paternal, ya que estaban remodelando el estadio. Entre 96 jugadores, solo quedamos tres, Campana era el director técnico, pero me fue imposible quedarme, porque me solicitaban hacerme cargo de todos los gastos de la estadía y yo no podía hacerlo.
Al propio Dionisio (García) y a Manuel Ávalos (en Gimnasia y Esgrima de Chivilcoy) los recuerdo como técnicos, me marcaron. Ávalos me dio una gran oportunidad, dado que al ser quien dirigía un equipo formado y ganador de tres campeonatos consecutivos, contaba con toda su formación conformada, me incluyó en ella y así logré mi primer campeonato y luego dos más. Dionisio García fue como un padre para mi, conocía todas las necesidades de las familias sin recursos y siempre ayudaba y aconsejaba y también nos daba todo, hasta ponía plata para los pibes. Eran muy similares. Ganamos tres títulos en Gimnasia y me ascendió (García) a Reserva pero no alcancé a jugar, ya que enseguida me pusieron en Primera. Luego, por gestión de él, me dieron el pase libre, porque me había portado muy bien, tanto en el Colegio Hogar como en el Club, cuando me volví a Junín. No quiero dejar de mencionar a un compañero de la Escuela y amigo de la vida, Marcelo Raúl Cabrera, de Chivilcoy. Yo siempre estuve pupilo en el Hogar y los fines de semana no solo me hospedaba junto a su familia sino que también me acompañaba en todos los partidos. Recuerdo que le regalé al padre la camiseta de mi primer campeonato, porque era simpatizante de Gimnasia y Esgrima, y por fortuna, nos reencontramos 30 años después".
A la hora de referirse a su debut en Primera, Juan Domingo dijo que "Fue cuando jugaba para Gimnasia de Chivilcoy, en 1981, contra Florencio Varela, y empatamos 2 a 2. Luego, en 1984, fui transferido a préstamo al Club Alsina de Chivilcoy y tras darme el pase libre, al regresar a vivir a Junín, me fiche en 1985 en Villa Belgrano, porque no aceptaba representar otra camiseta a nivel local. En 1986 y 1987 jugué en Leandro N. Alem, en la Liga de Vedia; el Nocturno de 1987 para Villa Belgrano, luego pasé a Pintense (de General Pinto), en la Liga Ameghinense, saliendo campeón junto a otro juninense, Daniel `Chani´ Glenon, pero al año siguiente no pude volver a jugar, por una lesión. Volví a jugar el Nocturno 1989/90 para `Villita´, pase a El Dorado en 1990, Liga de Vedia y en 1992 me retiré en Arroyo Dulce, en la Liga de Salto. No se me dio por dirigir, por ser técnico, y si en 1993 hice el curso de árbitro".
Anécdotas
Al momento de narrar anécdotas de su paso como futbolista, Osella -quien trabaja en la Policía Bonaerense, estando próximo a jubilarse- expresó:
"Una hermosa anécdota que tengo de mi época como jugador fue cuando llegué a Villa Belgrano, con tres campeonatos de primera división y el pase libre. Luego de una semana de entrenamiento, decidieron hacerme jugar mi primer partido en Reserva, contra el Club Independiente. A los pocos minutos, marqué un gol. El arquero rival era Luis Omar Di Venuta, compañero de Primaria años anteriores en la Escuela Nº 18. Al finalizar el primer tiempo, me llamó aparte el técnico y me dijo que me prepare porque me llevaba al banco de suplentes de Primera, contra Defensa Argentina. Entré y convertí un gol y resumiendo, hice dos goles en una misma tarde, en distintos partidos. Finalizado el encuentro, cada uno se fue a su casa y en esa época, los lunes se descansaba, y se volvía a entrenar los martes, Me presenté ese día a entrenar, se realizó una charla en el círculo central y a mí me llamaron aparte y me preguntaron: `¿Vos ya habías jugado en primera división?´. Contesté que sí, que venía de ser tricampeón en Chivilcoy, pero como nadie me preguntó nada, no lo comuniqué, dado que corrían épocas de mucha disciplina y respeto hacia los mayores. Tenía entonces como compañeros a grandes jugadores, como Jorge `Coco´ Benítez, Eduardo `Toro´ Rassi, `Quito´ Benítez, el `Perro´ Roberto Pezoa, Miguel Morán, el `Lagarto´ Héctor Walton, al `Nene´ Bracconi como arquero, entre otros. Yo era un joven de 19 años y me acuerdo que me mandaban a buscar todas las pelotas que se iban afuera, porque no había alambrado. Hice muchos goles, principalmente en clásicos y finales y recuerdo los tres goles que anoté entrando en el segundo tiempo en la final del Nocturno 1987 ante Rivadavia de Junín, el clásico rival".
También narró otra experiencia vivida: "En mi último pase, cuando fui a jugar a la Liga de Salto, el acuerdo entre Villa Belgrano y la gente de Arroyo Dulce, fue la cesión de veinte conjuntos deportivos para `Villita´. Cuando nos tocó fecha libre en el campeonato de Salto, aproveché ese domingo para ir a la cancha donde Villa jugaba y con una tremenda emoción observé que todos los jugadores que estaban en el banco de suplente vestían esos conjuntos que llegaron a cambio de mi pase".
Tras expresar que "Estuve cerca de jugar en Sarmiento, ya que trabajaba en la fábrica `Antonelo´ y su dueño, Antonio Di Viesti, me propuso quedarme y que me salve de la colimba. Hice tres o cuatro prácticas, pero finalmente no se dio, porque preferí seguir trabajando, ya que necesitaba el dinero del sueldo puesto que había fallecido mi papá y tenía que trabajar si o si", Juan Domingo Osella completó la entrevista con Democracia manifestando, con alegría:
"Tengo el placer que mi hijo menor, Thiago (18 años), juega actualmente en primera división del Club Ambos Mundos, una querida institución con la cual ganó el último campeonato Nocturno. Tanto a él como a todos los jóvenes les digo que por mi experiencia en el fútbol amateur, son importantes los logros deportivos, pero es mucho más importante los amigos que se obtienen a través de la disciplina y el respeto. Yo estoy muy feliz, porque a pesar de ser un nómade futbolísticamente hablando, me quedaron muchas amistades, de excompañeros, técnicos y simpatizantes. Quiero destacar a dos personas que me dirigieron Ricardo Carmelo Calabró, en Villa Belgrano, y Alberto `Beto´ Blas en el Club Pintense. Soy agradecido a los dirigentes de cada club que me tocó representar, porque fui jugador y simpatizante a la vez. En especial, agradezco al Club Atlético Villa Belgrano, porque me cobijó en mi niñez y lo considero mi casa", completó.
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