Se cumplieron el sábado 29 pasado diez años del fallecimiento de Pedro Cambareri, un personaje futbolístico y comunitario dotado de un enorme arraigo popular. Con agudo sentido del humor, risueño, conversador y afecto al debate, Cambareri era un buen amigo, leal y desinteresado. Apasionado por la política, el deporte, el turf y la historia de la ciudad, infatigable lector, emitía juicios certeros, sin medias tintas, ante cuestiones de actualidad.
Desde el regreso de la democracia, participó con intensidad en el Movimiento de Renovación y Cambio de la Unión Cívica Radical. Fue uno de los fundadores del nucleamiento, junto con Nelson Benito, Ricardo Tamburini, Abel Miguel, Hermenegildo Pietrobón, Juan Duarte, Héctor Bozzetti y el "Negro" Bruno, entre otros.
Tras el primer triunfo de Miguel, se dedicó a los trabajos barriales, colaborando durante la gestión del Dr. Oscar Suárez en Bienestar Social, en especial, y de otros secretarios. Allí evidenció una veta de profunda solidaridad comunitaria, atendiendo con dedicación los casos de los pobladores más humildes y procurando beneficios para todos. Su mano estaba tendida siempre cuando advertía que alguien necesitaba un apoyo moral o económico. Dejaba trasuntar así su corazón bueno y generoso, en forma silenciosa, lejos de las estridencias, muchas veces efímeras.
Fue destacado arquero de Sarmiento (j)
En el plano deportivo, se destacó nítidamente como guardavalla en el equipo profesional de Sarmiento, en un puesto que él jerarquizó al máximo, con talento, categoría y responsabilidad. Si se llevara a cabo una encuesta o bien un análisis de estos casi setenta años que la entidad verde participa en los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y quiere rescatar al no inventariado “equipo de los sueños”, es casi un hecho que el puesto de arquero tendría un nombre: Pedro Cambareri. Por supuesto que sin menoscabar a los restantes guardavallas que pasaron por el club, muchos de ellos muy valiosos.
"Pedrito" estuvo durante varias temporadas defendiendo la valla de Sarmiento: 1962/63, 1965/66 y 1968, con un total de 130 partidos oficiales. La más exitosa quizá haya sido la de 1963. En la última fecha, una calurosa tarde del 7 de diciembre, el equipo verde dio el batacazo. En Caballito le amargó el campeonato a Ferro Carril Oeste. Lo derrotó por 2 a 1 y obligó a un desempate por el ascenso entre cuatro conjuntos, entre ellos el propio elenco sarmientista.
Durante ese ciclo, Cambareri inventó otra manera de jugar desde el arco: utilizó las manos para arrancar desde el fondo, muchas veces fabricando un contragolpe letal; se apoyaba en los zagueros para salir jugando con el pie, siempre al compañero mejor colocado; atajaba penales, “conversando” al ejecutor. La prensa de esa época llegó a compararlo con Hugo Orlando Gatti.
Es muy difícil que una tribuna se disponga a corear el nombre o el apodo de un guardavalla. Eso casi nunca ocurrió. Pero en el caso de Cambareri, sí. La hinchada de Sarmiento, en aquella campaña del ´63, había tomado a Pedro como estandarte y solía dedicarle en cada partido una colección de ovaciones. No hizo poco: audaz e inteligente, quebró una historia de prejuicios e indiferencias y se convirtió en algo así como el fundador de las leyes no escritas de un arquero de fútbol.
La trayectoria de Pedro como jugador fue amplia, desde sus inicios en Alsina y Viamonte F.C., equipos de su Los Toldos natal. Militó en Chacarita, cuando el funebrero estaba en el círculo superior, y en Primera “B” vistió la casaca de San Telmo.
Su llegada a la entidad de San Martín ("Chaca") obedeció al hecho de integrar, en 1961, el seleccionado juvenil de la AFA. Anduvo también por el interior del país (Mendoza y Salta) y por el exterior (Sudáfrica). En Junín, además de Sarmiento, jugó en Independiente y Rivadavia.
Su amor por el fútbol y por la divisa "verde" lo llevó, ya retirado de la actividad, a incursionar en la dirección técnica. Comenzó en 1981 como ayudante de campo de Federico Pizarro, con Sarmiento en Primera División. Luego, con la renuncia del recio exjugador de Chacarita, dirigió al equipo del C.A.S. en la temporada 1982.
En rigor de verdad, Pedro Cambareri fue un gran tipo, buena gente, que jugó el partido de la vida con intensidad, como vale la pena. Pero también es interesante subrayar que, futbolero apasionado, laburante generoso y pensador sin tapujos, en todas las memorias que se escriban sobre él, jamás dejará de ser un auténtico crack.
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