Mauro Martín Bianco, quien el 16 de noviembre cumplirá 41 años, es parte de una familia de deportistas, ya que su madre, María Cristina Barro, practicaba judo, y su padre, Héctor Osvaldo Bianco, fue destacado jugador de fútbol y militó en Rivadavia y Sarmiento de nuestra ciudad, en Belgrano de Morse, San Lorenzo de Mar del Plata y Rosario Puerto Belgrano de Bahía Blanca.
Precisamente, de su progenitor Mauro –destacado arquero juninense- heredó el amor por el deporte más popular entre los argentinos, como él mismo lo expresa:
“A mi viejo siempre le encantó el fútbol y, de hecho, yo lo iba a ver jugar, y a mi mamá también le gusta. Nos gusta mucho el básquet también. Yo, desde niño, me volqué al puesto de arquero y creo que en el 90% de los casos, el arquero nace para el puesto. Yo, desde chico, casi no pateaba la pelota, sino que esperaba que me pateen para revolcarme en el piso. Me gustan casi todos los deportes, de hecho el básquet es mi segundo preferido y de grande aprendí a nadar y también me gusta”.
En la entrevista brindada a Democracia, Mauro siguió expresando:
“No hice divisiones inferiores, no me integraba en los grupos. Fui a Defensa Argentina un par de veces, pero en esa época el club no me gustaba y no me integré, solo jugué dos partidos amistosos. Arranqué casi a los 18 años en Sarmiento, ya que me fui a probar y quedé. Como arquero, aprendí a pulir mi estilo con el correr de los partidos, y creo que la mejor decisión que tomé fue irme a jugar a Fortín Tiburcio, porque ahí agarré la continuidad y el nivel que necesitaba en primera”, agregando que como referentes en el puesto de cuidapalos. “Primero lo tuve al `loco’ Hugo Gatti y luego apareció mi ídolo máximo, que es Carlos Fernando Navarro Montoya, el ‘Mono’. A nivel local, tengo gente del puesto que también me marcó”.
El debut en primera
Sobre su debut como arquero en primera división, el “Chaucha” Bianco dijo: “Fue en torneo oficial de la Liga de Arenales, jugando para Tiburcio, contra Belgrano de General Arenales. Recuerdo que la cancha estaba repleta, el pueblo es muy futbolero, y el detalle fue que nos dieron figuras del partido al ‘Negro’ Ponce y a mí. Fue uno de esos días que te salen todas, con atajadas que ni yo mismo podía creer”.
Mauro, quien entre otros apodos tiene los de “Dida”, “Lapi”, “Negro” y “Mono”, recordó que además de Sarmiento, en nuestra ciudad, jugó "en Mariano Moreno, River Plate, Independiente, B.A.P. y Rivadavia de Junín, y también en Tiburcio, Agustina, Atlanta de Vedia, Origone de Agustín Roca y Belgrano de Morse. Tengo miles de recuerdos que se me vienen a la mente, como el día del debut, cada campeonato ganado, atajadas puntuales, actuaciones puntuales que me marcaron como arquero, el olor al pasto, al vestuario, la gente detrás del arco, son cosas que jamás se olvidan. Anécdotas hay muchas también y tengo una que es de hace poco tiempo, que cuento siempre. Tenía la costumbre de bajar algunos centros con una mano, me salió siempre bien menos una vez, atajando para Independiente, contra Origone, en la última jugada del partido. La hice, Vigorelli me hizo falta, perdí la pelota y me hicieron el gol del empate. Ni mis compañeros me defendieron Porque los tenía cansados y al final del partido, Vigorelli vino a reirse de la falta que me había cometido, así que fue una semana difícil la que siguió con mis compañeros, pero de igual manera clasificamos y tuve un gran torneo”.
Técnicos y compañeros
A la hora de referirse a entrenadores que marcaron su carrera y a compañeros con los que logró tener afinidad, Mauro dijo:
“Tuve grandes entrenadores y me marcaron varios. Gustavo Merlo me enseñó que se pueden aprender cosas hasta cuando sos grande, técnicos ganadores como ‘Pipo’ Martino, los hermanos Carpanetto, el ‘Pato’ Gallego, un gran tipo como Javier Papalini, entre otros. Estuve en parte del proceso de Mariano Moreno con Silvio Frágole también, de todos se aprende algo y con el único que tuve una mala experiencia fue con un entrenador en Vedia, pero también se aprende de ello, lo que no hay que hacer o sobre lo que vos no querés ser, por eso me sirvió como experiencia. En cuanto a compañeros que tuve no puedo elegir, porque en 20 años tuve afinidad con varios. En mi caso, tengo gran relación con todos en general, aunque un poquito más con los arqueros y especialmente con los zagueros centrales, quienes durante el partido están cerca del ‘1’”.
Consultado sobre si le había costado abandonar el fútbol, expresó: “Dejar de jugar es duro y aún no lo tengo asumido al cien por ciento. Decidí terminar mi carrera durante el último nocturno que ganamos con Rivadavia de Junín, porque la rodilla me iba a explotar, ya que jugué 20 años con los ligamentos cruzados rotos, de la rodilla izquierda. Ayudado por una kinesióloga aguanté un año más, pero la exigencia del entrenamiento me complicaba y el médico me aconsejó que deje. Iba a jugar un año más en la zona, pero surgió la chance de dirigir y acepté. Me retiré en diciembre y en febrero, Rodrigo Longinotti, el presidente de Agustina FC, me propuso dirigir y nos pusimos de acuerdo en pocos minutos. Solo alcanzamos a jugar un partido y nos agarró la pandemia, ganamos con el equipo de reserva y perdimos en primera, pero pusimos en aprietos y le generamos problemas a un equipo que viene jugando hace años con la misma base. Nosotros tuvimos que armar un equipo nuevo completo y con el correr de las fechas se va a ensamblar. Fue un debut muy positivo”, agregando en cuanto a entrenadores que le gustan:
“No tengo grandes referentes como técnicos, me gusta mucho el Atlético Madrid del ‘Cholo’ Simeone, pero también me enamoré del Huracán de Ángel Cappa o la selección del `Coco’ Basile. Creo que un técnico se tiene que adaptar a los jugadores que tiene en el plantel y, obviamente, darle su toque. Con mi cuerpo técnico tratamos de ser coherentes y pedir una misma línea de trabajo, por lo cual tratamos que la Reserva juegue como la Primera, así el cambio de una división a otra no sea complicado. Como estilo de juego, me gusta mucho el 3-4-1-2, pero estamos aplicando por ahora el 4-4-1-1. En ambos sistemas pongo enganche, en el segundo tratamos de que el enganche se haga delantero cuando atacamos. Y priorizamos primero el orden táctico defensivo, para salir y atacar por las bandas también”.
“Ojalá se repitan los éxitos como entrenador” Más adelante, el entrevistado expresó:
“Tenía ofertas de un equipo de la Liga de Los Toldos para dirigir, pero como dije anteriormente, vino el presidente del Club Agustina y fue el primero que me aseguró trabajo y acepté, porque es lindo empezar mi camino como técnico en el mismo lugar donde me inicié como futbolista y donde gané mi primer título. Ojalá se repitan los éxitos como entrenador. Conmigo trabajan mi viejo, Héctor Bianco y Rodrigo Barragán, quienes están a cargo de la Reserva, y el profesor es ‘Luifa’ Ocampo”. Todo lo que hagamos futbolísticamente lo vamos a dedicar a mi gran amigo Álvaro Llera, quien falleció hace poco y era parte de nuestro equipo de trabajo”.
Para finalizar, Mauro Martín Blanco quiso “agradecer a todas las personas que tuve en mi entorno del fútbol y que me ayudaron a ser feliz durante 20 años como jugador. Un futbolista no puede jugar sin apoyo de su familia y yo fui muy afortunado en eso. A la gente de los clubes por donde pasé, quienes me trataron con mucho cariño y a los periodistas, ya que me retiré, no se olvidan de mí, es algo muy lindo y me hace sentir que algo dejé como futbolista”, cerró.
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