Un día como hoy, River obtuvo su tercera Copa Libertadores.
Un día como hoy, River obtuvo su tercera Copa Libertadores.
FÚTBOL

A un lustro de la Libertadores que generó la mística ganadora del "Muñeco" Gallardo en River

Hoy se cumplen cinco años de una noche histórica.

La obtención de la tercera Copa Libertadores de la historia de River Plate y la primera de la era de Marcelo Gallardo cumple hoy su quinto aniversario desde aquella noche que venció a Tigres de Monterrey por 3-0 y generó una mística "copera" que aún perdura.
La final que había tenido un 0-0 en la ida en México tuvo un resultado concluyente con goles de Lucas Alario en el último minuto del primer tiempo y con tantos de Carlos Sánchez, de tiro penal, y Rogelio Funes Mori en el segundo.
Hernán Buján, ayudante de campo de Gallardo, recordó: "Aquel plantel y el grupo tenía una mentalidad ganadora y a medida que iba pasando de fase se iba haciendo más fuerte y eso el rival lo sentía".
"Eso se lo dio la capacidad de adaptación ante circunstancias en general adversas, el equipo a pesar de eso se iba imponiendo a todo, haber salido victorioso de esos momentos hace que se convierta en una mística", agregó Buján.
La obtención de esa Libertadores fue el tercer título internacional consecutivo, pero la cosecha seguiría luego con más campeonatos, las más importantes sin dudas la dos finales ganadas ante Boca en el 2018.
Al respecto de ese sello ganador que siguió, Buján explicó: "Todo eso hizo que la mística se vaya traspasando de plantel en plantel hasta el día de la fecha, también fue recibido el mensaje de Marcelo en planteles inteligentes".
"Se personifica en Leo Ponzio que está desde el inicio -recuerda-, él también fue bajando ese hilo conductor a cada uno que iba llegando y para que todos se empapen de lo que significa el club y la obligación de ganar y de las formas".
Es que aquella Copa Libertadores estuvo signada por el sufrimiento ya que River estuvo a minutos de quedar eliminado en la fase de grupos cuando, tras ir perdiendo con Tigres de Monterrey 2-0, pudo empatar de manera agónica.
Con un solo triunfo que logró de local ante San José de Bolivia y gracias a que Tigres venció a Juan Aurich de Perú, River se clasificó a octavos de final como el peor de los segundos y tuvo que volver a jugar contra Boca.
"Todas esas adversidades y complicaciones que ya desde el sorteo del grupo y cómo se fue dando todo hizo que el equipo siempre se repusiera en todo momento", recuerda Buján.

El partido frente a Boca y el gran desenlace 
Del cruce histórico ante Boca, al que ya había eliminado en la Sudamericana 2014, aún queda el 1-0 en la ida y el bochorno del gas pimienta en la "Bombonera" con la suspensión del partido en el entretiempo, cuando estaba igualado cero a cero y con 45 minutos por jugarse.
"Lo que sucedió con lo del gas pimienta significó un hecho emocional fuerte que nos duró hasta la ida con Cruzeiro y, si bien sabíamos que habíamos sido superiores, llegamos a ese partido con el desgaste que nos duraba", dijo Buján.
Los sufrimientos seguirían, ya que en los cuartos en la ida de local perdería 1-0 dejando en zona de peligro el pase, pero River jugó quizá el mejor partido de la historia en Brasil y ganó 3-0 para obtener el pase a las semifinales.
Luego el torneo tuvo un parate de casi dos meses por la Copa América y las semifinales se jugaron en la segunda semana de julio frente a Guaraní de Paraguay, al que venció de local 2-0 con goles de Gabriel Mercado y Rodrigo Mora y luego sellaría el pase a la final empatando 1-1 en Asunción con un gol de Lucas Alario.
En las finales se encontraría con Tigres de México que le había posibilitado la chance de clasificarse en la primera fase y además le daba la oportunidad de definir la serie de local y acceder al Mundial de Clubes.
La serie final tuvo en la ida lesiones y expulsión de Gallardo en un 0-0 durísimo en Monterrey y un triunfo lapidario en el Monumental aquel 5 de agosto del 2015 por 3-0 bajo una lluvia torrencial.
De esa noche Buján recuerda: "Se me viene a la cabeza de esa final la energía que se notaba que bajaba de la gente, en las tribunas, eso fue muy emocionante y acompañaba eso que dijo Marcelo luego de la primera final que en nuestra cancha y con nuestra gente no se nos podía escapar, fue un momento único y que anticipó lo que íbamos a vivir".

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