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Junto a su señora Jacqueline y sus hijos Valentina, Jimena y Santiago, con la copa de campeón que logró con La Loba.
FÚTBOL LOCAL

"Cada vez que empiezo un torneo, tengo la sensación de que puede ser el último"

El experimentado volante confirmó a Democracia que con 41 años defenderá la camiseta de La Loba en el próximo torneo que organice la Liga Deportiva del Oeste. También habló de la cuarentena, de su familia, del fútbol y de la posibilidad del retiro.

A los 41 años, Jonhy Aquino es uno de los jugadores que le da prestigio a los torneos que organiza la Liga Deportiva del Oeste. 
El volante, que jugó profesionalmente en Sarmiento, se convirtió en un emblema del Club River Plate de Junín y en una charla exclusiva con Democracia confirmó su deseo de estar presente en el próximo torneo. 
Además, el "5" habló de todo. Se refirió a la cuarentena, opinó sobre fútbol y también hizo mención de la posibilidad del retiro. 

- ¿Cómo venís atravesando la cuarentena?
- Es un momento delicado para todos, uno trata de tomar los recaudos que recomiendan pero lógicamente el temor está. En mi caso, yo trabajo ligado al campo, en un semillero, así que no paré nunca. Como los trabajadores del campo estamos  exceptuados no paré nunca. Tomando las medidas necesarias seguimos trabajando.

- ¿Pudiste entrenar?
- Al principio se me complicó un poco, porque no se podía salir y en casa era medio difícil. Ahora podemos correr un poco hasta las cinco de la tarde. De todas maneras, desde lo personal, sigue siendo complicado porque yo salgo del trabajo a las cuatro de la tarde, así que me queda muy poco tiempo. Pero bueno, siempre trato de hacer algo. Ya van cuatro meses de cuarentena y en este sentido creo que lo más importante es estar tranquilos. 

La gente de La Loba es muy respetuosa y siempre está alentando al equipo. Estoy muy agradecido. Tengo un cariño muy especial por el club.

- ¿Cómo te imaginás el regreso del fútbol?
- Complicado, hay muchas cuestiones por resolver todavía. En lo personal, está claro que por una cuestión de edad uno se tiene que cuidar mucho más. Nos va a costar, pero bueno, es lo que nos toca vivir. Yo estoy convencido de que la tranquilidad es algo muy importante. Cuando podamos volver a entrenar tenemos que estar atentos, serenos, porque la ansiedad nos pueda jugar una mala pasada, pueden aparecer las lesiones. No se puede hacer en un mes lo que no se hizo en cuatro meses, entonces, hay que estar serenos y esperar a que todo pase. Hay que arrancar de a poco. Yo calculo que una vez que se levante todo van a pasar dos meses para empezar las competencias, así que ese tiempo hay que aprovecharlo al máximo. 

- En Junín se jugaría directamente un Torneo Nocturno. ¿Vas a estar? 
- Sí, yo calculo que en octubre o noviembre tendríamos que arrancar. Pero bueno, esta posibilidad se concretaría si podemos volver a entrenar dentro de un mes. Si no, creo que sería imposible. De todas maneras yo creo hay que ser cautos porque puede volver a pasar lo que ocurrió con el trabajador que fue hasta el Mercado Central. Ojalá que no. Pero eso demuestra que todo esto es muy dinámico, es el día a día.  

- ¿Qué objetivos te has planteado para mantenerte motivado?
- La verdad es que el fútbol me gusta mucho. En estos últimos años me he sentido muy cómodo en La Loba, hemos sido protagonistas de los torneos, hemos peleado siempre arriba y también hemos conseguido dos títulos. Con estos resultados uno se siente competitivo y por eso sigo. Me siento bien pero, cuando todo pase, veremos cómo arrancamos.

- ¿Cómo es eso de jugar contra pibes de 20?
- Cuando salimos campeones con La Loba yo tenía 40 y había chicos de 18, 20. Me acuerdo que enfrentamos a Baigorrita y eran todos pibes. Se me complicó en algunas jugadas (risas). Pero bueno, uno también tiene sus recursos, con el paso del tiempo uno no corre tanto, sino que se mueve mejor. Entran en juego otros recursos, los tiempos, los espacios y principalmente la experiencia que te dan los años. 

- ¿Da vueltas por tu cabeza la idea del retiro?
- Por supuesto, por eso siempre lo disfruto al máximo. Sé que estoy grande y que en cualquier momento voy a decir hasta acá llegué. Pero, lo importante es disfrutar el día a día, no solo los domingos. Soy consciente de que hay momentos que después no van a estar más, como los vestuarios, los entrenamientos. Por eso trato de disfrutar al máximo cada momento y mientras me sienta bien voy a seguir. Lógicamente, cada vez que empiezo un torneo tengo la sensación de que puede ser el último. Por eso lo disfruto a pleno.        

- ¿Y después del retiro? ¿Tenés pensado seguir relacionado al fútbol?
- Cuando jugué en Sarmiento, en 2008, 2009, pude terminar el curso de entrenador, pero, por ahora no tengo nada decidido. Es una posibilidad, me gusta, pero no lo tengo definido. 

- ¿Cómo es la relación con tu hijo Santiago? ¿Juega en La Loba no? 
- Sí, juega en La Loba y estudia Ingeniería en la Unnoba. Jugó hasta hace poquito porque le descubrieron un problemita en el corazón, nada grave, pero, tuvo que dejar para hacerse unos estudios. Tiene arritmia y se tiene controlar cada seis meses. Hace poco se controló y estaba un poquito mejor. Ahora el próximo chequeo es en diciembre. Pero por suerte anda bien.  

- ¿Cómo juega? ¿Cómo lo ve su padre?
- Bien, es zurdo, juega de marcador de punta y también de volante. En uno de los últimos torneos salió campeón con la quinta de La Loba, le ganaron la final a Rivadavia de Lincoln. 

- Entonces se puede dar un mediocampo Aquino-Aquino. 
- Yo siempre le digo que se apure porque a mí me queda poco (risas). Hemos compartido algunos entrenamientos y la verdad que se disfruta. Hoy estamos con este problemita de salud, esperemos que se resuelva. Lo más importante es la salud. Yo también siempre le digo que estudie y por  suerte anda bien. 

- ¿Cómo se dio esta linda relación que tenés con la gente de La Loba?
- Es hermoso y estoy muy agradecido con la gente. Nació todo por mi hijo, justamente. En 2014 dejé de jugar profesionalmente, jugué en Villa y después empecé a jugar en la zona, en Social de Ascensión, en Arenales Fútbol Club y él siempre me decía que me viniera a jugar a La Loba. Yo lo iba a ver cuando él jugaba hasta que un día me habló el Lorito Allende (actual presidente) y me propuso jugar. Hablamos y arranqué. El culpable fue mi hijo (risas). Pero la verdad es que gracias a él viví momentos muy lindos, no solo por los logros deportivos, sino por el trato, el cariño de la gente en el día a día. La gente de La Loba es muy respetuosa y siempre está alentando al equipo. Estoy muy agradecido. Tengo un cariño muy especial por el club.
De esta manera, solo resta aguantar a que el tiempo pase para volverlo a ver. Quizás sean sus últimos campeonatos o quizás sus últimos partidos. Lo cierto es que Jonhy Aquino es un claro ejemplo de conducta, de seriedad y de muchísimo amor por este maravilloso juego que se llama fútbol.

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