Hincha armó un museo y un bar de Boca en su casa
Norberto Ilardo vivió en cancha las seis Libertadores que ganó el CABJ y montó un boliche repleto de reliquias en su propio hogar.
Su papá le contagió el amor por Boca. Y gracias a eso hoy es uno de los pocos fanáticos que vivió las seis consagraciones de su equipo por Copa Libertadores en cancha. Desde la edición de 1977 hasta la del 2007, presenció todas, de local y de visitante.
Se trata de Norberto Ilardo, un socio muy involucrado con el club que hoy día es historia viva de la pasión: tiene un museo y un bar xeneize en su propia casa. Sí, en tiempos de aislamiento, cuando nadie puede salir de su casa.
Su pasión por los colores azul y oro comenzó a los 9 años. El 6 de diciembre de 1964 su papá lo llevó por primera vez a la Bombonera para que vea al campeón (se había coronado unos días antes por empatar contra River) jugar contra Chacarita.
Finalmente fue victoria del local por 2-1 con goles de Salvador Catalano y de Ángel Clemente Rojas. Luego de eso, cuando fue creciendo empezó a ir a la cancha con más regularidad hasta que terminó yendo todos los partidos.
Algo que cualquier fanático le envidiaría a Ilardo son sus viajes y cómo vivió en carne propia las siete finales. Sin embargo, él aclara que no hubo ninguna como la primera, en la que Boca le ganó tras tres partidos a Cruzeiro por penales.
Luego del 1-0 en “La Bombonera” viajó con un amigo a Brasil. Pero como el Xeneize perdió el segundo partido se tuvo que jugar "el bueno" en Montevideo. Y ahí también estuvo presente Norberto, casi sin dinero. "Nos habilitaron pasillos de cines para dormir por Boca", contó. Finalmente se llevó la gran alegría de ver al Xeneize siendo campeón de América.
Y así como estuvo en esa primera Libertadores del equipo dirigido por el Toto Lorenzo, también presenció la del 2007 con Miguel Russo. Y esa tuvo una gran particularidad: el día anterior a que el Xeneize viaje a Brasil para la revancha contra Gremio, Norberto llevó a la práctica dos banderas gigantes con las caras de los ídolos del club hechas por amigos de él a su pedido. Una verdadera obra de arte que Olé puso en su tapa: "El día de la bandera". En la bandera se ve a Juan Román Riquelme firmando autógrafos a centímetros del trapo.
Increíbles reliquias
Pero como esa obra enorme no puede ser desplegada en su casa y tampoco tiene facilidad para trasladarla, decidió hacer dos réplicas en miniatura para exhibir. ¿Dónde? En una habitación donde montó su propio museo bar, con increíbles reliquias.
Banderas, camisetas, banderines, medallas de campeonatos, VHS y DVDs de campeonatos, cuadros con fotos de él junto a jugadores de la institución y dos construcciones a escala de La Bombonera (una hecha de ladrillos de juguete e iluminada), entre tantas otras cosas adornan su inmejorable colección, digna de considerarse como un museo oficial del club.
Aunque Norberto es un fanático coleccionista, también atesora otras cosas de gran valor que no son materiales. Por ejemplo, de su memoria nunca se va a ir el encuentro que tuvo con Blas Armando Giunta en un restaurante. Cuando el ídolo de Boca estaba en plenas conversaciones con la dirigencia de Almirante Brown para ser DT, Norberto lo cruzó por casualidad mientras salía a comer con su familia y casi sin pensar resolvió la situación: le pidió a su hijo Ezequiel que vaya a buscar una bandera y una camiseta del Xeneize y las hizo firmar por la leyenda.
Con el correr de los años, Ilardo fue viviendo los partidos de Boca cada vez más desde adentro. Ya no se conformaba con solo ir a la cancha y comenzó a averiguar dónde se hospedarían los jugadores en los encuentros de visitante y reservó un lugar en el mismo establecimiento. Así fue como consiguió otra de sus anécdotas más increíbles: en el lobby de un hotel brasileño se cruzó con Leandro Somoza tocando el piano y no dudó en sumarse. "¿Te hago el acompañamiento?", le tiró. Y el actual ayudante de Russo le dijo que sí, inmediatamente.
Si bien su colección es propia de un museo y de algún reconocimiento, Norberto siente que no está completo, que le falta algo."Muero, de verdad que muero, por una firma y una foto con Diego. Me encantaría conocerlo y tener una foto con él", expresó. Claro, su fanatismo por Maradona es enorme y es con el único ídolo con el que no tiene un recuerdo.