Laferrere, club que milita en la cuarta categoría del fútbol argentino, comenzó el lunes a organizar en su sede en el partido bonaerense de La Matanza ollas populares en las que prepara comidas calientes para repartir entre los vecinos que lleven un recipiente para hacerle frente a la crisis social por el coronavirus y la iniciativa triplicó, en apenas tres jornadas, la cantidad de personas asistidas.
El barrio cuenta con casi 400 mil habitantes y es una de las zonas humildes del conurbano bonaerense, por lo que la iniciativa tuvo una repercusión positiva y rápidamente se pasó de 300 comensales en el primer día a 1000 personas, ayer, que llegaron a ocupar cuatro cuadras de cola con una distancia de dos metros entre ellas, dijeron autoridades del club.
La idea, que nació de la Comisión Directiva y de los hinchas, arrancó esta semana con comidas calientes, guisos y locros, entre las 12 y las 13 horas.
La cocina está a cargo de un pequeño grupo de simpatizantes y directivos, que se rotaron para evitar respetar las medidas de higiene y tomar las medidas precautorias establecidas por el gobierno nacional y de la provincia.
"Como club tenemos un rol social que cumplir y queremos ayudar a la gente que la está pasando mal por la posibilidad de contagios y la falta de trabajo en este momento", destacó el vicepresidente del club, Heber Arriola.
En principio, la olla popular se hará hasta el 12 de abril, fecha establecida por el presidente Alberto Fernández como límite del aislamiento social y obligatorio (cuarentena), y tiene lugar los lunes, miércoles y viernes.
Las personas que asistieron lo hicieron de manera ordenada y se mostraron "muy agradecidas" con el club, que les permitió llevarse un tupper con comida por cada presente.
Medidas de prevención
El objetivo, además de hacerle frente al impacto económico por la pandemia, es evitar contagios entre los asistentes y por eso se les solicita que lleven un recipiente para retirar el alimento.
"Estaremos en principio durante las dos semanas de cuarentena ofreciendo comida caliente los lunes, miércoles y viernes. La gente hace la fila con una distancia de dos metros entre sí, pedimos que venga una por familia y con un recipiente para llevárselo", detalló Arriola.
El impacto social y económico de la pandemia se reflejó con el inicio de las filas desde las 9 de la mañana.
El club también recibió donaciones de alimentos y elementos de cocina por parte de los mismos dirigentes, hinchas y algunos comerciantes de la zona para hacerle frente a la demanda que se incrementó fuertemente.
"La gente respeta mucho las cuestiones de prevención, como la distancia de un metro y medio, y quienes no llegan a recibir lo entienden perfectamente, porque saben que todo lo que hacemos es a pulmón", destacó Arriola.
Asimismo, el directivo resaltó que pasaron "años complicados" y que también defendieron a los clubes cuando los quisieron "convertir en Sociedades Anónimas Deportivas" por la identificación que hay con "los barrios y su público".
Laferrere es uno de los tantos clubes que colaboró durante la pandemia, ya que en la misma categoría Central Córdoba de Rosario también organizó ollas populares y Deportivo Merlo ofreció sus predios para instalar camas.
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