Técnico, hábil, veloz, de buena pegada y llegada al área rival, Gonzalo Maroni parecía tener todas las cualidades para convertirse en el futuro crack de Boca. El xeneize, en realidad, se lo había comprado a Instituto, pero su explosión en Primera fue con la azul y oro en el pecho y Gullermo Barros Schelotto en el banco.
A mediados del 2018, sin embargo, no se sintió tenido en cuenta por el “Mellizo” y decidió buscar nuevos horizontes. Su destino fue la Sampdoria de Italia, club en el que jugó solo dos partidos oficiales y donde su vínculo vence este 30 de junio. Por contrato, debe volver a Boca.
Maroni no tuvo la participación que esperaba en la Serie “A”. Las únicas veces que sumó minutos, de hecho, lo hizo por Copa Italia, una competencia menor equivalente a la Copa Argentina. Uno, el 18 de agosto del 2019 contra el Crotone (marcó el 3-1 final).
El otro, el 5 de diciembre del mismo año, en la derrota 2-1 contra el Cagliari: entró a los 19' del segundo tiempo en lugar de Emiliano Rigoni. Teniendo en cuenta estos antecedentes, y al altísimo valor de la opción de compra, es un hecho que el cordobés no seguirá en el conjunto genovés.
Maroni había arrancado bien, pero casi no tuvo oportunidades. En su primera pretemporada, sin ir más lejos, la rompió. Convirtió un gol en la goleada 15 a 0 contra el humilde Sellero Novelle y unos días más tarde, otro más en la victoria 5-3 ante el Spezia, de la Serie “B”.
Pero enseguida todo se derrumbó. Una lesión en el tobillo lo marginó de las canchas durante más de un mes y luego no fue tenido en cuenta por los diferentes entrenadores que pasaron por la Samp: Marco Giampaolo, Eusebio Di Francesco y, desde octubre del año pasado, el experimentado Claudio Ranieri.
Así las cosas, resulta casi imposible que los “tanos”, que invirtieron 800 mil euros por el préstamo, decidan invertir ahora otros 11 millones en comprar el pase definitivo del enganche.
Maroni integra una lista de 16 futbolistas que deben volver a Boca a mitad de año. Y si bien volvería a tener brava competencia por el puesto, no se descarta que pueda quedarse a pelearla.
En su primer ciclo en Boca, Maroni también fue de mayor a menor. Lo que le faltó, en realidad, fue continuidad. En un plantel plagado de figuras en su posición (Tevez, Cardona, Bebelo, más la llegada de Zárate), le costó adaptarse al esquema de Guillermo (jugaba sin enganche) y debió buscar nuevos horizontes.
Los hinchas, igual, lo pidieron siempre. Y sobre todo después de su enorme debut como titular contra Arsenal, en abril del 2017, cuando metió un golazo e hizo estallar a “La Bombonera” con un lujo de antología: sombrerito de espaldas contra Bottinelli y luego, sin piedad, caño a Renzo Pérez.
Donde sí le fue bien a “Gonchi” fue con la celeste y blanca. Marcó dos goles en dos partidos en el Sudamericano Sub 20 de Chile (los dos contra Uruguay, en diferentes partidos), y luego participó del Mundial de la categoría, en Polonia. En junio se conocerá cuál será su destino. En Boca, muchos ya lo esperan con los brazos abiertos.
EL ENGANCHE ESTÁ EN ITALIA
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