El 2019 de El Linqueño quedará en el recuerdo de todos sus hinchas. Un año lleno de alegrías coronado de la mejor manera. Cuatro títulos, tres clásicos ante Rivadavia (L) y una alegría inmensa de un equipo que quedará en la historia de la institución Albiazul.
El sábado, en Tandil, venció por 3 a 2 a Liniers de Bahía Blanca y se quedó con el título del Torneo de la Federación de Fútbol Bonaerense Pampeana. Con un soberbio trabajo de Hugo Palmerola, y el acompañamiento de todo un equipo que no tuvo fisuras, venció con justicia al "Chivo" y levantó una nueva copa.
El partido
En el arranque, El Linqueño buscó tomar el protagonismo del juego con un Hugo Palmerola muy movedizo por izquierda y por derecha. Pero ya por los 25 minutos aparecía mejor Liniers y se adelantó en el campo. Así, avisó en una contra rápida Cerato, quien se fue en un cuerpo a cuerpo con Acosta, se las ingenió para sacar el tiro, pero el disparo se fue pegado al palo izquierdo de Moyano.
Un minuto más tarde, el Albiazul no logró sacar la pelota con claridad, y terminó cometiendo una falta en tres cuartos del ataque, llegó el centro de Onorio y Juan Malerva apareció en el punto del penal para poner el 1 a 0.
El Linqueño sintió el golpe y por varios minutos se desordenó. No obstante, a los 38 minutos, Palmerola se mandó una corrida memorable, definió frente al arquero y cuando la pelota se metía, salvó Malerva, el rebote le volvió a quedar al delantero linqueñista que esta vez no perdonó y le dio el empate al Albiazul.
El complemento
En la primera del complemento, Palmerola robó una pelota al lado del banderín Alan Martínez lo agarró de la camiseta y el árbitro cobró falta. En ese tiro libre, tocaron la pelota al medio para la llegada de Romero pero el disparo rebotó y se fue al córner. El Linqueño aparecía mejor en el primer tramo, con Palmerola picante por derecha.
Sobre los 9 minutos llegó un nuevo centro de Romero, Antonelli cabeceó, Petrovelli definió pero una mano en la línea le ahogó el grito al 10, pero el árbitro cobró penal y Palmerola, con una definición exquisita, lo cambió por gol y puso el 2 a 1.
Tras el gol Liniers se adelantó pero no lograba crear peligro. Antonelli empezó a ser importante para aguantarla arriba y así era el destino de los centros. Así, a los 20 minutos, Lagrimal se fue expulsado tras una falta a Antonelli. El árbitro le mostró la amarilla al defensor por la infracción e inmediatamente le mostró la roja por protestar. Luego, en un nuevo pelotazo a Antonelli hubo una falta en el borde del área. Palmerola acomodó, le pegó de derecha, pero la pelota dio en el ángulo.
Sobre los 25, cuando Liniers no había hecho nada, y estaba totalmente caído, en un pelotazo largo sobre la derecha del ataque, Moyano salió lejos, llegó tarde, derribó a Cerato y el árbitro cobró un correcto penal. Onorio se hizo cargo y puso el 2 a 2.
A pesar de tener un hombre más, el elenco de Julio Ramírez no lograba hacer diferencia y ya en el tramo final, el partido se hizo deslucido.
A los 43, El Linqueño avanzó por derecha, la pelota le quedó a Petrovelli en la línea del área grande, la paró de pecho y metió un derechazo al ángulo para poner el 3 a 2. Un golazo del cerebro para darle la victoria a El Linqueño.
Llegó el final y los muchachos orientados por Julio Ramírez tuvieron su festejo merecido. Copa en alto y nuevo título. Un año casi perfecto que, sumado al básquet de anoche, y a todos los trabajos realizados en la entidad, llevan a lo institucional a una plana superior.
El plantel
El Linqueño formó con Daniel Moyano, Maximiliano Acosta, Matías Badano, Braian Romero, Bruno Verón, Jesús Ávalos, Hugo Palmerola, Jonathan Simón, Maximiliano Antonelli, Ezequiel Petrovelli y Enzo Cuadrado. D.T. Julio Ramírez. Suplentes: Emanuel Corchette, Mauricio Pavón Zárate, Lucas Ciotti, Emanuel Ronzano y Matías Casoppero.
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